“Es cierto eso que dicen, que muchas veces la suprema justicia constituye la suprema maldad” Terencio, El atormentado, Tomo I, 795, p. 283
1).- Un agravio a la identidad
La cultura de nuestros pueblos originarios ha devenido espectáculo, sainete, parodia. Aberrante el uso del legado indígena como instrumento de legitimación política; la apelación a nuestra cosmogonía ancestral para justificar un sistema. Esa moda ha devenido paradigma ominoso de nuestros orígenes. Las culturas de donde provenimos tenían dioses; pero hoy se adoran ídolos –decía Carlos Fuentes-. Benito Juárez no necesitó ni chamanes ni santería ni bastones de mando para ocupar la presidencia de la Suprema Corte. Mucho menos ceremonias, ritos o sacrificios en honor de Quetzacóatl, Tlahuizcalpantecuhtli, Xipe Totec, Pitao Cozobi u otras deidades. Ello muestra la decadencia de nuestras instituciones.
El oaxaqueño Hugo Aguilar, hoy Ministro presidente de la SCJN, tuvo su ceremonia de iniciación. A ese mundo encantado de rituales profanos de copal, romero, ruda y albahaca. Para abrirle espacio en el cosmos Ñuu savi y redimirlo del pecado original. Eliminar las malas vibras. De la sahumada a la levitación, para purificarlo del caos neoliberal –o del desgarriate que trae su partido con el tema del huachicol fiscal-. Entrar en trance con la santería, los cánticos, las “humaderas” y las rameadas.
Testigos de ese ritual ominoso en la zona arqueológica de Cuicuilco, fueron sus promotores. Solemnes, circunspectos, tiernamente ridículos. Hoy Morena –más que en el pasado- ha prostituido lo indígena y lo ha convertido –dijera Octavio Paz- en delirio, aullido, misa negra. A nuestro ministro sólo le faltó que le degollaran una gallina como a su coterráneo ex senador y ex edil de San Juan Mixtepec, Adolfo Gómez, quien ocupó el edificio senatorial para su aquelarre en abril de 2024. El genio de don Gabriel Vargas los hubiera retratado tal cual, con su arte costumbrista de “La Familia Burrón”.
2).- La prueba de fuego
El 1 de septiembre fue una fecha memorable para los mexicanos. La ironía rebasó cualquier expectativa. El escarnio público se viralizó. Opacar el fraude electoral con humos y aromas. El golpe seco a nuestra democracia. No tardó la palmada de la complicidad: el incremento del 17% en el presupuesto 2026 al Poder Judicial. Y la ridícula novatada. “Tres Patines” y “Nananina”, personajes de la “Tremenda Corte” se hubieran ruborizado. Audiencias y desahogos que hicieron aparecer a ministros, magistrados de circuito y jueces de distrito, en su primera chamba, como “gallinas sin cabeza en un cerco de nopales”. Dando tumbos frente a expedientes que dejaron la incertidumbre y los claroscuros de la controvertida Reforma Judicial.
México vive hoy uno de los capítulos más negros de su historia. El cáncer de la corrupción, el narcotráfico y el huachicol fiscal, ha permeado las entrañas más sensibles de las instituciones. La Marina/Armada de México, antes ejemplo de honestidad, no pasó la prueba. Esa red de podredumbre, falsa honestidad y doble moral, han hecho un boquete en la supremacía política de Morena. En medio de todo, la complicidad de las cúpulas del poder público. ¿Acabar con los cárteles de la droga, el lavado de dinero, la extorsión y el crimen? Imposible desterrar la connivencia Estado/partido/delincuencia.
El reto de la Fiscalía General de la República (FGR) y la SSPyPC de Omar García Harfuch no es solapar ni justificar omisiones del pasado. AMLO, Fuerzas Armadas, dirigentes morenistas, funcionarios enquistados con CSP y legisladores secuaces lo sabían. De dónde, si no, salieron los miles de millones para las campañas. Y los alfiles en el nuevo Poder Judicial, apuntalados en tómbolas y acordeones, están a prueba. Ya veremos si esos 881 juzgadores “electos por el pueblo”, hechos en horno de microondas, pagan el favor a sus titiriteros o si aplican la ley a narcos, poli-delincuentes, la mafia de uniforme y demás mañosos. Craso error sacar a militares y marinos de sus espacios vitales. “En arca abierta hasta el justo peca”.
BREVES DE LA GRILLA LOCAL:
— De lo poco que le reconozco al rector de la UABJO, Cristian Eder Carreño, hay algo que vale la pena mencionar: el reconocimiento otorgado al doctor Rodolfo Navarro, un distinguido dermatólogo oaxaqueño, con méritos a nivel internacional, como uno de los únicos investigadores en el tema de la lepra. Aparte, claro, de su labor altruista.
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