OAXPRESS: La transición de éste al nuevo gobierno, el próximo mes de diciembre, no será una más

#Opinión Por:  Juan Pérez Audelo

http://www.oaxpress.info/comentario-hoy-jueves-20-octubre-2016/

La transición de éste al nuevo gobierno, el próximo mes de diciembre, no será una más. Hay dos factores que inciden en que sea un proceso más complejo y, ciertamente, doloroso: por un lado, el gravísimo adeudo que deja la actual administración y, por otra parte, el recorte presupuestal de al menos el 10 por ciento, que tiene previsto para Oaxaca, la Secretaría de Hacienda y Crédito Público, para el 2017.

Nuestra entidad –y ello no es un secreto- arrastra un grave rezago en diversos rubros: campo, vivienda, educación, salud y programas sociales, entre otros. Desde hace al menos tres sexenios, no hemos sido prioridad para la Federación. Seguimos marginados, no sólo en los presupuestos sino también, en la falta de coordinación con las instancias federales que definen las prioridades para el desarrollo.

Alejandro Murat, el gobernador electo, recibirá ciertamente, una entidad devastada social, política y económicamente. Una sociedad enconada y polarizada. La gobernabilidad sometida por mentores, organizaciones sociales y mafias del transporte, ávidas de seguir succionando la ubre gubernamental a placer. Una entidad con la presencia indiscutible del crimen organizado, que sigue salpicando de sangre algunas regiones del estado, como el Istmo, la Cuenca y la Costa.

Pero además, con obras a medias y otras que han quedado como simples sueños. La súper carretera al Istmo, la carretera a la Costa, el proyecto hidráulico Paso Ancho y otras más que será imposible concluir en menos de un mes que le resta de ejercicio a este gobierno. Y que, obviamente, no podrán concluirse ante el impacto adicional del recorte presupuestal, que deja al gobierno en total indefensión ante los retos de un desarrollo sustentable incluyente y equitativo.

No ha sido ociosa pues nuestra insistencia en que haya castigo para quienes han saqueado impunemente el erario público. Como ciudadanos responsables, no podemos permitirnos el lujo de que sigamos a la zaga del país. Que vayamos a la cola de otras entidades. Que sigamos sumergidos en el atraso. Que los nuevos ricos, cuya fortuna se forjó en los recursos públicos, se sigan burlando de la ley y de los oaxaqueños.

Una deuda pública de más de 16 mil millones de pesos y un recorte de cerca de 10 mil millones, representan para una entidad pobre como Oaxaca, un golpe letal; un revés brutal a nuestras expectativas y esperanzas. El nuevo gobierno encontrará pues, un territorio no sólo minado sino lleno de boquetes, al cual tendrá que hacerle frente. Para sacarlo adelante no sólo habrá de requerir fortaleza, compromiso y vocación de servicio, sino además, la fuerza de la ley, que conlleve a pueblo y gobierno a trabajar, sin falsos mesianismos ni el discurso populista que, desafortunadamente, en este régimen, fue pura demagogia. (JPA)