OaxPress: EL 2018 que aún no ha llegado

#Opinión Por: Juan Pérez Audelo

EL 2018 que aún no ha llegado, ha desquiciado a algunos y a otros les ha hecho de manera metafórica, perder la razón. Amén del espíritu de la Ley Federal de Instituciones Políticas y Procedimientos Electorales o de la ley local, en materia de publicidad política, hay quienes han acudido a las publicaciones de frivolidades o sociales para exhibir su imagen. Cuestión sólo de ver la saturación de espectaculares en nuestra capital, con rostros e imágenes que sinceramente no dicen nada, salvo el voyeurismo de quienes se exhiben públicamente para darse a conocer o por simple placer.

Las ciudades como Oaxaca, que pese a los graves problemas que arrastra, debe ser asimismo motivo de revisión de parte de sus autoridades locales, para evitar esa contaminación visual. Desconozco si existe un reglamento para el uso del espacio, así sea considerado privado, para mostrar rostros personales o familiares, los cuales, lejos de contribuir a mejorar la imagen de primer impacto que tienen los visitantes del país o el extranjero que arriban a la capital, la deterioran.

Para evitar sanciones pecuniarias de parte de los órganos electorales –cuando quienes se exhiben públicamente muestran aspiraciones políticas abiertamente- hay una forma sutil de encubrirse afirmando que son las publicaciones las responsables de difundirse. Lo cual es lícito. No lo es, cuando con ello se encubre un propósito de eminente corte político. No están errados pues, los politólogos y líderes de opinión que asumen que la política como tal se ha vuelto un comercio.

Lo que preocupa es que esos planes personales de eminente aspiración política coadyuven a deteriorar aún más nuestra capital. A ello hay que agregar que no obstante los diversos planes de desarrollo urbano que se han visto a lo largo de los últimos quince años al menos, la ciudad ha crecido de manera indiscriminada. La mancha urbana se ha comido prácticamente lo que antes eran áreas verdes y terrenos de cultivo.

No es crítica, sólo que las autoridades de Oaxaca de Juárez revisen con lupa el reglamento que sin duda alguna se refiere a la contaminación visual y, más allá de lo que a los ciudadanos les corresponde en cuanto a sus derechos civiles a mostrarse públicamente, ponderar en cuánto contribuye ello a deteriorar nuestra imagen urbana. No se trata de ocurrencias. Los espectaculares por doquier están a la vista de todos, y hay quienes se siguen preguntando: quienes se muestran en ellos, ¿qué buscan exactamente? (JPA)