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Crónica Política: Los deseos de Peña Nieto

#Opinión Por: Rosy RAMALES

Enrique Peña Nieto no sabe aún a qué se dedicará cuando dentro de un año y tres meses concluya su mandato como Presidente de México. Pero lo que sí tiene muy definido es retirarse de la política.

Así se desprende de la entrevista que le hizo David Aponte del periódico El Universal, en la cual Peña Nieto adelantó que la única decisión que ha tomado desde ahora es “concluir (su) vida política en México”.

Muy buena decisión; los mexicanos se lo agradecerán; de entrada quienes militan en el PRI, salvo su círculo político. Aunque él pertenece al Grupo Atlacomulco, que siempre se forma en primera fila para intervenir en asuntos políticos; incluso, es semillero de los llamados “Golden Boys”.

Sin embargo, el presidente Enrique Peña puede poner el ejemplo, y no andar como cuasi coordinador de campaña como es el caso del ex mandatario Felipe Calderón Hinojosa, quien se ha convertido en la sombra de su esposa Margarita Zavala, aspirante a la candidatura a la Presidencia de México por el Partido Acción Nacional (PAN) para las elecciones del 2018.

Hasta pareciera que Felipe Calderón alienta las aspiraciones de su esposa, a quien perjudica cada vez que se le ocurre opinar sobre política en nuestro país. Ya de por sí representa una mala compañía política para Margarita Zavala por su desempeño como Presidente de la República, que dejó lugar a dudas e insatisfechos a buena parte de los mexicanos.

Luego otro panista: Vicente Fox Quezada con su inseparable Marthita Sahagún, que anda haciendo declaraciones de prensa alborotando políticamente.

De los ex presidentes emanados del PRI, Carlos Salinas de Gortari no se ha quedado del todo quieto. Ciertamente, dejó de participar activamente en tareas partidarias, pero sigue moviendo hilos políticos y aún influye en decisiones políticas del partido; es un secreto a voces.

En fin, que el presidente Peña Nieto dijo: “No dedicado ya a la política, habré de reinventarme, ¿haciendo qué, en qué? No lo sé todavía, no tengo claro, es algo que habré de definir una vez que concluya esta responsabilidad; pero la que sí tengo tomada por decisión es concluir mi vida política en México”.

Claro, a qué más puede aspirar un político que ya llegó y ejerció el cargo de elección popular más alto: La Presidencia de la República; y es el mayor privilegio, como bien dijo Peña Nieto. Incluso, ya fue gobernador del Estado de México, su entidad natal.

Evidentemente, ejercer los más altos cargos de elección popular, no le cancela sus derechos político electorales, aunque se los restringe para volver a ejercer éstos. Pero no hay prohibiciones para aspirar a ser diputado local o federal, o Senador de la República, en algún otro momento de su vida. Sin embargo, política y moralmente ya no queda.

O imagínenselo como presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI. ¿Ser subordinado cuando fue el Jefe Político del priismo? Tampoco queda.

Los ex Presidentes de México gozan de una pensión vitalicia, cuyo monto, por cierto, nunca se ha sabido con certeza; además les asignan personal de seguridad y quien sabe cuántas cosas más. Por lo tanto, no tienen la preocupación de un obrero que se queda sin trabajo.

Seguramente la pensión vitalicia da a los ex mandatarios la posibilidad de vivir bien; además cuentan con el dinero que pudieron acumular durante el sexenio correspondiente a su sueldo, considerando que durante el ejercicio del cargo casi todos sus gastos corren por cuenta del erario: Tienen casa con todo y menaje, comida, autos y hasta viajes a cualquier destino nacional o internacional.

Incluso, el ejercicio del poder les abre la posibilidad de hacerse de bienes y negocios; a veces de manera ilícita, lamentablemente.

En fin, ¿qué puede hacer Peña Nieto cuando concluya su mandato como Presidente de México? Pues primero tomarse unas largas vacaciones (quien sabe si merecidas), y luego cumplir su promesa de dar por concluida su carrera política.

El mismo ejemplo deberían seguir los ex gobernadores en su respectiva entidad federativa, y no andar peleando la postulación a Senadores de la República o diputados federales por el principio de mayoría relativa. Dan pena ajena, proyectando no vocación de servicio, sino ambición de poder por el poder.

Con sus excepciones, no dejan de inmiscuirse en los asuntos políticos de su entidad natal, en las decisiones del Comité Local de su partido y hasta en la administración pública estatal. Tanto así que llegar a generar conflictos, choques y divisionismo, no solamente al interior del partido, sino en la población en general. Ahí está el caso Oaxaca, con dos ex mandatarios persistentes en la lucha por el control político en el estado: Ulises Ruiz y José Murat.

Claro, los ex gobernadores de cualquier entidad todavía tienen la posibilidad de aspirar a competir por la Presidencia de México.

Retomando el tema: Enrique Peña Nieto ya hizo historia en nuestro país, no solamente porque su nombre aparecerá como uno de los Mandatarios de nuestra Nación, sino porque como candidato recuperó la Presidencia de México para el PRI.

Y el ejercicio del cargo será uno de los factores para que en las elecciones del 2018, el PRI conserve la Presidencia de la República o la pierda nuevamente y México entre a otro periodo de transición.

Otro factor determinante será el candidato del PRI, cuyo perfil bosquejó Peña Nieto en la misma entrevista hecha en El Universal: “De una conducta y una trayectoria honesta, limpia, de reconocimiento y de prestigio”.

Y tiene razón, un perfil con las cualidades mencionadas “hará que el PRI tenga un candidato altamente competitivo”.

Pero ¿y quién es ese dechado de virtudes? Pues a juicio de Miguel Ángel Osorio Chong, en el PRI “hay muchos y muchas” con el perfil delineado por Peña Nieto para el candidato presidencial. ¿En serio? Solo le faltó decir: “Yo mero”. ¿O quiso decir algo así como: Todos menos José Antonio Meade Kuribreña, considerando que este no es militante del Revolucionario Institucional?

En fin, ¿en quién estaría pensando Peña Nieto cuando mencionó las cualidades del candidato idóneo para el PRI? ¿En alguno de los dos anteriores? ¿En Aurelio Nuño? ¿En Manlio Fabio Beltrones?

¿Y quien de ellos reúne el otro atributo en el perfil delineado por Peña Nieto para el candidato del PRI?: “Que sea alguien que tenga una visión clara del México que quiere construir y al que quiera aportar, que haya claridad en la visión de hacia dónde va México y cómo debe caminar y avanzar para llegar a mejores condiciones”.

Lo sabremos dentro de unos meses, probablemente cuando inicie el periodo de precampañas, considerando la praxis priista de “precandidato de unidad”.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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