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La x en la frente.- La renuncia de Gaby Olvera

Por Moisés MOLINA

Gabriela Olvera ha renunciado a su candidatura a la diputación federal por el distrito 08 con cabecera en Oaxaca de Juárez por la coalición PAN-PRD-MC.

Dicen que lo que se ve no se juzga y desde un inicio Gaby, como le decimos sus amigos, se veía fuera de cuadro.

Era prácticamente una candidata independiente, huérfana en una coalición que Ulises Ruiz con dinero puso de rodillas a merced de Héctor Pablo Ramírez Léyva.

La merma del PRD y la desaparición del PAN del mapa electoral oaxaqueño desde el proceso electoral federal de 2015 al ser relegado a un mediocre cuarto lugar en las preferencias electorales, lo hicieron posible.

Hoy se hace público lo que hasta hoy era una percepción. En la coalición PAN-PRD-MC cada quien se rasca con sus propias uñas.

La coalición en Oaxaca no se llama “Por México al Frente”, se llama Héctor Pablo.

No hay comunicación entre las dirigencias de los partidos que la integran, menos entre sus estructuras para los que las tienen. Es, indiscutiblemente, un amasijo de intereses puesto al servicio de un proyecto personal y ambicioso.

Gaby lo dijo con Jaime Velásquez: “Héctor Pablo está tomando por asalto al PRD”. Hay que verlo más allá. HP es un personero. Quien está tomando por asalto al PRD es Ulises Ruiz. Quiere regresar. Extraña sus fueros.

A Manuel García Corpus y a Beatriz Rodríguez los ha llevado al PRD. Los dos serán Diputados Federales sin hacer campaña.

Cada voto por Héctor Pablo es un voto por Ulises Ruiz. Para consumar el plan nada ni nadie importa tanto como Héctor Pablo, ni siquiera Anaya. La puerta de regreso se llama “Senado de la República”.

Por ello la ausencia de escrúpulo, el ninguneo, la actitud sobrada, la soberbia, la exclusión y la discriminación.

Todas y todos están obligados a aportarle votos a Héctor Pablo.

No son sus compañeros de equipo, mucho menos de proyecto; son sus subordinados, sus peones.

Y va más allá. No es solo el hecho de que se niegue a atenderlos.

Ojalá todo se circunscribiera a no dejarse ayudar. Héctor Pablo arremete contra los suyos.

Y en el caso que nos ocupa arremetió contra una mujer.

Es, por dondequiera que se le vea, un caso más de violencia política contra las mujeres y de exclusión.

Mientras la legislación camina lenta y tortuosamente hacia la inclusión de las mujeres en la toma de decisiones, en la práctica se les sigue acosando, agrediendo, excluyendo, ninguneando, subestimando.

Gaby acusa –y según sé, presentó pruebas de sus dichos en conferencia de prensa- agresiones verbales vía redes sociales por colaboradores de Héctor Pablo.

La primordial razón: el recalcitrante anti “hpismo” de su pareja sentimental.

Increíble que en pleno siglo XXI sigan existiendo espíritus tan miserables incapaces de entender que una mujer no se define nunca en relación con su pareja. Tiene su propia esencia.

Gaby es Gaby y Miguel es Miguel. Son dos cabezas con mundos que no son idénticos.

Podremos o no estar de acuerdo con Gaby cuando dice que no hay que estar donde no nos quieren, pero indudablemente lo menos que podemos esperar de un equipo es ser tomados en cuanta.

Pero, al parecer, estamos ante un caso inédito en Oaxaca son de el equipo es de uno y en que una coalición no es un proyecto ni descansa en un trabajo en equipo.

Estamos en una campaña en la que el cargo más alto de elección en Oaxaca es el de Senador y deben ser, por ello, los candidatos al Senado los líderes del equipo. En estos tiempos nadie sobra, solamente Gaby.

Que no la invitaban a los eventos; que nadie le pidió acompañar al Presidente Nacional de PRD cuando estuvo en Oaxaca y que nunca atendieron su interés de reunirse con la estructura de los partidos podrán ser razones válidas o no.

El hecho es que hoy, desde la representación electoral que corresponde a nuestra ciudad capital, que se suponía bastión del panismo, se prenden las luces de alerta para la coalición de Ricardo Anaya.

Hoy es Gaby. No sabemos si mañana serán algunos otros.

Hay molestia, hay inconformidad, hay antipatía, hay distanciamiento, hay orfandad. Es una coalición que huele a tristeza.

Un candidato por aquí, otro por allá haciendo sus esfuerzos aislados.

Mientras en MORENA van todos en torno a Andrés Manuel y en el PRI en torno a Meade y Raúl Bolaños Cacho Cué, en Oaxaca Héctor Pablo va en torno a Ulises Ruiz.

 

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