¿Qué cantidad de dinero debe alcanzar la corrupción en la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca para que sus funcionarios públicos estén dispuestos a matar a uno de sus ex compañeros y a realizar actos de terrorismo al estallar artefactos explosivos en sus propias instalaciones?
Ayer martes en la madrugada grupos interesados en provocar terror en la capital oaxaqueña en general y de manera especial al interior de la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca hicieron estallar un artefacto explosivo en en el inmueble de la Dirección de Enseñanza y Calidad.
El ‘modus operandi’ de este tipo de acciones, de ninguna manera se trata de operaciones individuales aisladas, sino de acciones concertadas, debidamente planificadas y fielmente ejecutadas, con logística militar o paramilitar, lo que le eleva a asunto de seguridad nacional.
¿Cuál es el mensaje y a quiénes está dirigido con estas acciones de terrorismo en instalaciones de la Secretaría y Servicios de Salud? Por qué se busca sembrar terror? ¿Qué se busca ocultar? ¿Acaso la investigación sobre la ejecución de Rafael Pérez Gavilán y la corrupción?
Si en política y, consecuentemente en la administración pública, nada ocurre por generación espontánea, caso fortuito o azar del destino, será simple coincidencia o causalidad más que casualidad que ayer también se aseguró un arsenal con armas de alto poder en Tuxtepec.
¿Estará en marcha en las principales ciudades del estado de Oaxaca la instalación de ‘casas de seguridad’ con el almacenamiento de fusiles de asalto y lanzagranadas? ¿Quiénes realizan estas acciones armadas y para qué? ¿Es el crimen organizado, el narcotráfico o la guerrilla?
La participación de cualquiera de estos actores en dichas acciones confiere la categoría de asunto de seguridad nacional la escandalosa corrupción en la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca y el aseguramiento del arsenal en la ‘casa de seguridad’ descubierta en Tuxtepec.
No hay que pasar por alto que organizaciones radicales que actúan como brazo político de grupos armados han penetrador la estructura de la Secretaría y Servicios de Salud al apoyar a la disidencia sindical. Por otro lado, la capital oaxaqueña y Tuxtepec, tienen tradición guerrillera.
Por cierto, reaparecieron ya públicamente algunos ex guerrilleros, que han venido actuando en acciones subversivas desde la década de los 70, en el conflicto de 2006 con la APPO y su reedición en 2016 con la CNTE, en la asociación Plataforma Oaxaca Solidario, para blindarse.
¿Qué secreto se llevó a la tumba Rafael Pérez Gavilán Escalante, ex subdirector de Administración y Finanzas de la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca? Por qué le ejecutaron para callarlo para siempre? ¿Qué información o documentos comprometedores tenía?
Transcurrió ya más de un año de la ejecución, que no asesinato fortuito de Rafael Pérez Gavilán. Han pasado 19 meses para ser precisos sin que se avance en la investigación que permita identificar a los autores intelectuales y materiales de la ejecución, previa tortura, en su hogar.
¿Qué esconde y qué hay detrás de la escandalosa corrupción en la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca, debidamente documentada y a la vista de todos? Obligado es preguntar si la fuente de esa corrupción, además del presupuesto, es el tráfico de órganos o drogas controladas.
No hay que olvidar que en las clínicas y hospitales del sector salud, pero particularmente de la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca, que atiende a población abierta, no se respetan ni con mucho los protocolos en materia de control de órganos y de drogas controladas.
Poco se sabe que ambas dependencias concentradas en una sola regulan y deben controlar estrictamente de manera legal las dos materias. Los medicamentos controlados son un gran negocio, sobre todo, la prescripción de metadona en la rehabilitación de adictos a las drogas.
Por simple curiosidad ha observado, querido lector, cómo han proliferado las clínicas particulares y los llamados centros de rehabilitación de adictos a las drogas que recetan metadona a sus pacientes. Ha habido ya casos ejecuciones en este tipo de jugosos negocios.
También por simple curiosidad es necesario preguntar por qué, a pesar de la gran competencia que enfrentan las cadenas locales y nacionales de farmacias, éstas siguen proliferando en el estado, particularmente, en la capital oaxaqueña. ¿Qué tipo de medicamentos venden?
Indispensable es preguntar si la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca como autoridades sanitarias, aplican las medidas de control y vigilancia en la venta y suministro al público de las substancias psicotrópicas y estupefacientes, reguladas por la Ley General de Salud de México.
Los medicamentos controlados, especialmente substancias psicotrópicas y estupefacientes, solo pueden adquirirse con receta o permiso especial, expedido por la Secretaría de Salud, de acuerdo con los términos señalados en el Capítulo V de la Ley General de Salud de México.
A la luz de estos hechos, es obligación de la Unidad de Inteligencia Financiera de la Secretaría de Hacienda profundizar sus investigaciones sobre la escandalosa corrupción en la Secretaría y Servicios de Salud de Oaxaca, así como a la PGR por el peculado y presunto lavado de dinero. Reducir a su mínima expresión la sanción legal con la simple inhabilitación, así sea por 80 años, como en el caso del ex secretario y ex director de los Servicios de Salud, Germán Tenorio, es la mayor burla y estupidez que las autoridades pueden cometer, sin quitarle el dinero robado.