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POLÍTICA AL MARGEN-Crisis Financiera: Ricos, más Enriquecidos; Pobres, más Empobrecidos

#Opinión Jaime Arizmendi

Argonmexico / Círculo vicioso… Un estudio publicado en 2014 por Oxfam Intermon (ONG que trabaja para erradicar la pobreza), alerta que en Estados Unidos, el 1 por ciento de la población con mayores riquezas ha captado el 95 por ciento del crecimiento económico posterior a la crisis financiera entre 2009 y 2011; mientras que en ese periodo, 90 de cada 100 con menos recursos se han empobrecido.

Peor aún, la mitad más pobre de la población mundial concentra apenas el equivalente a la riqueza acumulada por las 85 personas más ricas del mundo. Dicho informe proyectaba que a fines de 2015 la mitad de la riqueza global estaría en manos del 1 por ciento de la población. Y que de continuar esa tendencia en el mundo, la brecha entre ricos y pobres se ensanchará año con año.

Así, resulta que para el 2013, el 10 por ciento de los estadounidenses más acaudalados ya concentraban más del 50 por ciento de la renta del país de las barras y las estrellas, lo cual significa el porcentaje más elevado desde la Primera Guerra Mundial.

Asimismo, de acuerdo a Eurostat (organismo oficial encargado de manejar las estadísticas del viejo continente), en 2012 un cuarto de la población de los 28 países de la Unión Europea estaba en “peligro de pobreza o exclusión social”. Grecia se encuentra al borde de una crisis humanitaria. Y se advertía que en España cerca de 500 mil familias habían perdido sus viviendas desde 2008.

En tanto que en Italia se duplicó la población en pobreza entre 2007 y 2012; y en Alemania, el ejemplo del desarrollo en la zona del euro, casi 8 millones de personas sobreviven con salarios precarios y sin prestaciones sociales, en los llamados minijobs. Cáustico, el reporte sentenciaba que “el Estado de bienestar se está desmantelando”.

Incluso destaca que Latinoamérica es considerada “la región con mayor desigualdad social del planeta”, cuando cuenta solo con cerca del 60 por ciento de la población dentro de una categoría de pobreza. Y que México, después de Brasil, sobresale por la disparidad en la distribución del ingreso.

Para advertir que hasta ahora, las democracias no han podido establecer mayores controles a los mercados financieros. “El gran capital ha impuesto a nuestra dinámica social la regla de que las ganancias sean privadas”, pero las pérdidas no, éstas son y deben ser: públicas.

Y aunque en Estados Unidos y en países europeos los menos favorecidos sufren en carne propia la creciente precariedad en los salarios, la pérdida de su patrimonio al hacerse impagables sus hipotecas; así como el continuo quebranto de derechos humanos y sociales; las economías en desarrollo como la nuestra, padecen la resaca del desastre económico sin haber participado en el banquete.

En ese contexto, la mayoría social sufre una violencia económica representada en la desigualdad, el desabasto y el desempleo, contrastante con una minoría que tiene elevadísimo poder económico y se niega a perder sus privilegios. Por ello, los cuatro jinetes del apocalipsis cabalgan bajo condiciones socialmente agresivas que generan resentimiento, temor, desorden y confrontación.

En medio de esta problemática hay que considerar que en una democracia no puede haber una política económica legítima, sin contemplar como requisito indispensable la garantía de los derechos humanos, sociales y culturales.

No obstante, el mar de la corrupción y sus cloacas de lodo y podredumbre que aparece durante, o sobre todo al término de la gestión de quienes se enriquecen rápidamente al llegar a un cargo público en México, abarca lo mismo a funcionarios surgidos de uno u otro partido político, o a quienes se ligan con ellos desde el sector privado.

Cierto, la corrupción no empieza ni termina en el sector público. Es un problema de oferta y demanda. El 44% de las empresas en México reconoció haber pagado un soborno, y esto nos ubica solo por debajo de Rusia. Además, el 75% de los pagos extraoficiales que hacen las empresas mexicanas se utiliza para agilizar trámites, obtener licencias y/o permisos. Cuando una tercera parte de esos pagos se reparten en dependencias municipales.

Ciudadanía y corrupción.- Pese a todo ello, los mexicanos nos sentimos honestos. La percepción de corrupción en nuestros círculos cercanos es baja. Así lo expone la Encuesta Nacional de Impacto y Calidad Gubernamental del Inegi:

– El 43% de los mexicanos cree que sus familiares nunca son corruptos. El 38% supone que sus vecinos nunca son corruptos. Y el 20% asume que sus compañeros de trabajo nunca son corruptos. No obstante, en 2013 se registraron más de 4 millones de actos de pequeña corrupción (Inegi). Impunidad.- Sólo 2 de cada 100 delitos de corrupción son castigados, y siempre son los cometidos por mandos inferiores. Además, de las 444 denuncias presentadas por la Auditoría Superior de la Federación desde 1998 hasta 2012, sólo 7 fueron consignadas; es decir, el 1.5 por ciento.

Propuestas.- Federal: Acompañamiento de la Sociedad Civil en la redacción de leyes secundarias. Estatal: Homologar códigos penales para delitos de corrupción. Municipal: Usar herramientas digitales para reducir discrecionalidad y trámites en ventanilla. Multinivel: Perseguir de oficio delitos de corrupción. Corolario: Prohibir uso de dinero en efectivo en actividades gubernamentales.

El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP), acusa que en el país sólo hay seis científicos por cada 100 mil personas económicamente activas. En la brecha laboral hay más de 12 millones de mexicanos.

Con esos negativos datos, el presidente de la Comisión de Competitividad de la Cámara de Diputados, el perredista Héctor Peralta Grappin, previno que la corrupción es uno de los factores que limitan el impulso de la competitividad de la economía mexicana, por lo que urge mejorar los marcos jurídicos regulatorios con aspectos prácticos, no demagógicos.

Y acababa de expresarlo cuando se reveló que el titular de la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE), Santiago Nieto Castillo –quien indagó, acusó y tumbó de una Subsecretaría de Gobernación al ecologista Arturo Escobar–, hace años y aún días antes de haber asumido el cargo público cobraba miles de pesos como asesor del PRD.

El expresidente de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), Raúl Plascencia, confirmó que desde 1999 él rompió con el grupo de Investigaciones Jurídicas de la UNAM, al que pertenece Nieto Castillo, por conducto de José Luis Soberanes, Jaime Cárdenas y María de la Luz Mijangos, quienes han tenido contacto directo con distintas alas del PRD, una de ellas ligada a Andrés Manuel López Obrador. O sea, ni pa´dónde hacerse…

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