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Que no le digan… El ajedrecista

#OpiniónPor: Mario A. Medina

El 4 de marzo de 1929 vio por primera vez la luz el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o  mejor dicho, el Partido Nacional Revolucionario (PNR) a propuesta del avezado político y militar Plutarco Elías Calles. El PNR debería ser un parido de masas, encabezar los derechos de los trabajadores; pugnaban porque la riqueza fuera distribuida, pero además se definió como una organización enemiga de la derecha.

Nueve años después, siendo Presidente de la República Lázaro Cárdenas, cambió a Partido de la Revolución Mexicana (PRM) y años más tarde, siendo presidente del país Adolfo López Mateos, se convirtió en el PRI.

Desde ese entonces y hasta el año 2000 el PRI estuvo al frente del poder presidencial cuando llegó la llamada “alternancia” con el panista, Vicente Fox y seis años más con Felipe Calderón. Dos sexenios de la denominada: “Docena Trágica”. Regresaría con el actual Jefe del Ejecutivo, Enrique Peña Nieto.

Hay una frase que al parecer es incierta su autoría -algún político se la atribuía Fernando Gutiérrez Barrios y otros dicen que la mencionaba Jesús Reyes Heroles -: “Cualquier cantidad es poca para comprar a la oposición”.

Si algo hay que reconocerle al PRI es su capacidad para “renovarse”. En el 2000 –recuerdo-, muchos lo daban por “muerto”; se hablaba de que era necesario de cambiar de siglas, de línea política, pero no, siguió siendo el mismo. Sí, el mismo nombre y las mismas viejas prácticas para prevalecer, y prevaleció. Perdió el Congreso y lo recuperó

Hoy está de nuevo en el hoyo. Dividido, aseguran muchos, pero al fin y al cabo jalando para el mismo lado como lo hicieron en el 2012 para regresar al poder. El poder enamora, pero sobre todo embriaga y cuando se prueban esas “mieles”, nadie, absolutamente nadie pretende divorciarse del poder.

Y sí, si hay algo que reconocerle también al PRI, que es algo así como el Boris Spassky  o el  Anatoly Karpov  o tal vez Garry Kasparov, maestros reconocidos del ajedrez mundial. El PRI tiene grandes ajedrecistas de la política que ya empezaron a mover sus piezas, sus peones, sus alfiles que le permitan seguir en el poder.

Sea el grupo “Paste Power” o “Grupo Hidalgo” que encabeza el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, el Atlacomulco del presidente Peña o el de Manlio Fabio Beltrones. Desde hace rato trabajan para ese propósito y una de las operaciones que están practicando es el de las divisiones y no las que se puedan generar entre ellos, sino –así lo dicen- “las que hay que provocar entre los otros”, es decir, los de la otra derecha y la izquierda.

Paciente, atento, el PRI, piensa cada una de sus jugadas porque son sabedores que sus simpatías en todo el país están a la baja gracias al mal gobierno de Enrique Peña Nieto. Ivonne Álvarez, la priísta “rebelde” de moda, ha descrito esta “dificultad” por la que se encuentra su partido pero, digamos, de manera suave: “hay conciencia entre los priistas del país del momento político que vivimos, en medio de severas dificultades económicas y con una sociedad diversa y plural”. Diagnóstico bastante benevolente.

El PRI mueve sus peones y alfiles porque necesita una izquierda dividida. Una que, como diría El Chavo del Ocho, “sin querer queriendo” la divide porque piensa que solos van a ganar y la otra que ¿cree? en aquel axioma que asegura que los extremos se tocan y que izquierda y derecha juntos van gobernar.

El próximo 12 de agosto los priístas realizarán su XXII Asamblea Nacional Ordinaria. “Un encuentro con base al ejemplo de la XIV asamblea que organizó nuestro líder, Luis Donaldo Colosio que en su momento fue un volcán político en erupción”, ha señalado el aprendiz de político, quien tuvo que mostrar su credencial de afiliación y que estaba firmada por Colosio para que se le creyera que sí es priísta, es decir, Enrique Ochoa Reza, de quien se dice, dirige a ese partido.

En fin son varios los temas que “debatirán” los priistas: Visión de futuro, Rendición de Cuentas y Ética; Declaración de Principios, Programa de Acción y Estatutos, así como la definición de los criterios de selección de sus candidatos rumbo a 2018, incluyendo a la Presidencia de la República y su plataforma electoral.

El PRI mueve sus peones, sus alfiles. Recurre a las grandes jugadas de su historia. Póngale usted el sinónimo que quiera. Actualícela con el nombre del líder priísta que mejor encaje, desde El mate de El Pastor que es el mate más famoso y que suele ser muy usado por los jugadores que están aprendiendo a jugar hasta El mate de Boden que sacrifica la dama o una torre para abrir una línea sobre el rey enemigo donde se da jaque mate con dos alfiles. El objetivo, conservar el reinado.

*Periodista

 

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