OAXPRESS: ¿desde cuándo, el transporte público concesionado se convirtió en un problema social?

#Opinión Por:  Juan Pérez Audelo

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Una pregunta que persiste en el imaginario colectivo es: ¿desde cuándo, el transporte público concesionado se convirtió en un problema social? Hagamos un poco de historia. Hasta el gobierno de Diódoro Carrasco, que terminó en 1998, todo lo relativo a concesiones y permisos, se remitían a la Secretaría General de Gobierno. Dichos beneficios se daban por igual a organizaciones de taxistas que a políticos. Pero no pasaba nada.

En 1999, durante el primer año del gobierno de José Murat inició operaciones la desaparecida Secretaría de Transporte –la SETRAN-. Ahí inicio la venta al mayoreo y menudeo de concesiones, bajo un riguroso pago. La corrupción empezó a aflorar. Sabemos que los pagos en efectivo se realizaban hasta en cajas de cartón. La saturación de unidades de transporte público comenzó a permear en todo el estado.

Con el gobierno de Ulises Ruiz la situación empeoró. Concesiones y permisos eran parte de los resortes para afianzar la clientela política. Después del 2006, Ruiz Ortiz tomó una decisión que aún el día de hoy sigue lastimando a Oaxaca: la autorización para poner en marcha la modalidad de moto-taxis. Ahí fue, como se dice vulgarmente, la burra torció el rabo.

En el último mes de su gobierno, la desaparecida Coordinación de Transporte –la COTRAN- instaló una especie de tianguis y venta nocturna. Miles y miles fueron adquiridas a bajo precio; otro tanto fue otorgada a organizaciones sociales, grupos de presión, dirigentes u otros organismos. Incluso a ex empleados. Los famosos taxis foráneos –de por sí una plaga- se convirtieron en un serio problema. Miles y miles circulan por nuestras avenidas, Periférico y carreteras. Hizo su aparición el pirataje.

Con el arribo del gobierno de Gabino Cué, éste ofreció solemnemente, no otorgar una concesión ni permiso más. Se advertía ya el problema. Pero sus subordinados no pensaban lo mismo. Los primeros responsables de la desaparecida COTRAN pusieron también su propio tianguis. Ni siquiera la transformación de la COTRAN en la Secretaría de Vialidad y Transporte -SEVITRA- pudo paliar la ambición de sindicatos, organizaciones sociales y otros grupos.

El otorgamiento de concesiones se salió de control. Nada ha podido calmar la voracidad y la impunidad de quienes se han apropiado de lo que en realidad es un bien público: las concesiones y permisos. Se han otorgado más de 10 mil concesiones en este gobierno, a base de chantaje, de presiones, de bloqueos. El transporte se transformó en un serio asunto de seguridad, de gobernabilidad y una afrenta a la paz social.

¿Qué debe hacer el siguiente gobierno? No otorgar ni una concesión más. Poner orden en las que se han otorgado a la fecha y acotar la ambición de dirigentes y demás vividores, con la ley en la mano. Mano dura es lo que urge. Aquí se requiere fuerza, carácter y aplicar la ley. (JPA)