Mole de Caderas platillo nativo sin degustación popular

R.RAMIREZ

Huajuapan de León, Oax.- “La matanza de chivos”, es la obra del pintor Germaín Martínez Cruz, en la que recrea la expresión real del sacrificio o masacre del animal, como el inicio del proceso del popular platillo Mole de Caderas, al alcance de solo un sector de la sociedad.
La serie de pinturas, preparadas como una combinación cultural entre la pintura y la gastronomía, deja ver en los lienzos una serie de colores, en los que sobresale el intenso color rojo, que expresa el dolor, dice el artista plástico.
“Es el complemento completo de la matanza de chivos y que a muchos años de distancia, la tradición del ritual se ha ido transformado al introducir como parte de éste, otras expresiones artísticas como es la danza de los diablos que ha sido parte del festejo del carnaval”.
La idea de pintar esta obra, le nace al visitar lo que un día fuera la hacienda Vista Hermosa, que ahora se encuentra en ruinas, donde también se realizaba esta práctica de la matanza y que en la actualidad, solo una familia en la ex hacienda el Rosario de Santa María Xochixtlapilco, preserva la tradición para el platillo que ha atraído la atención de turistas regionales, nacionales e internacionales.
Germaín Martínez Cruz, afirma, que durante su investigación conoció el bajo salario de los empleados en la matanza y que desde siempre el sueldo de pastores y matanceros ha sido poco, es por eso que al no poder proveerse de víveres para su sustento, les pagaban en especie y durante la matanza, los trabajadores separaban los huesos para preparar su comida.
Opinó que la tradición es buena porque aporta fuentes de empleo a pobladores de localidades de la Mixteca oaxaqueña y poblana, sin embargo el producto final de la matanza que es el mole de caderas, se ha hecho tan popular solo entre un sector de la población quienes pueden pagar el platillo que cuesta entre 400 y 500 pesos en diferentes restaurantes y fuera del alcance de la clase media o baja.
Presentó la idea de hacer más popular la tradición como en las cofradías de las fiestas de pueblo, con aportaciones de diferentes sectores para crear mayores fuentes de empleo, con un producto al alcance de toda la población, retomando el original ritual cuando los matanceros danzaban descalzos con el chivo, para sentir la tierra y dar gracias al creador  además de pedir por mejores tiempos.