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#Opinión Por: Alfredo Martínez de Aguilar
Si bien la democracia es el menos peor de los gobiernos, no es menos cierto que ésta tiene prerrequisitos difíciles de alcanzar por todos los pueblos, para hacerla realidad humana.
De entrada, la calidad de la normalidad democrática exige construir ciudadanos educados integralmente con valores universales, no simplemente instruidos en el conocimiento científico.
Vital por indispensable es que se trate de personas humanas alimentariamente nutridas, no solo con el estómago satisfecho, y sobre todo activamente participativas de manera permanente.
Con sabiduría los constituyentes precisaron en el artículo 3º. Constitucional que la democracia es ante todo un sistema de vida. De ninguna manera es temporalera ni mucho menos electorera.
Obligadamente ello requiere de un grado de conciencia mayor y de profundas convicciones para pasar de la democracia simplemente representativa a la participativa y más aún, deliberativa.
Como se puede concluir, no es nada fácil pasar de la simple alternancia al fortalecimiento y consolidación de la transición democrática, para finalmente arribar a la normalidad democrática.
Menos cuando el Gobierno federal y local persisten desde hace 36 años en joder a Oaxaca al dar todo a la CNTE, sin importarles que ésta hunda a los oaxaqueños en la ignorancia y miseria.
Uno y otro son llevados por la corrupción que pudre a la República, como una maldición de la que no logramos librarnos, por nuestra apatía, cobardía y en muchos casos, por la complicidad.
Y menos todavía cuando los representantes e integrantes de las instituciones responsables de
impulsar la cultura democrática son los principales culpables de traicionar sus principios.
No faltó razón a Madame Roland al lamentar: ¡Oh Libertad! ¡Cuántos crímenes se cometen en tu nombre! Expresión que podemos hacer extensiva a los crímenes en nombre de la democracia.
Para no ir tan lejos por un ejemplo, baste mencionar los crímenes que en nombre de la gateante democracia oaxaqueña comete el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana.
Pocos oaxaqueños están informados que los concejeros de la entelequia conocida como IEEPCO tiraron a la basura 10 millones de pesos en la promoción del voto en el extranjero.
El resultado de la “promoción” fue una verdadera mentada de madre para los millones de pobres de Oaxaca, pues solo 26 paisanos residentes en otros países votaron desde el extranjero.
¡Imagínese, querido lector! Cada uno de los 26 votos de los oaxaqueños que enviaron su voto para que fuera contado el 05 de junio tuvo un costo de 384 mil 615 pesos con 38 centavos.
Dígame usted, si no es un crimen que el presidente concejero Gustavo Meixueiro Nájera y los integrantes del Concejo General aprobaran tirar literalmente a la basura 10 millones de pesos.
Claro, es mayor la responsabilidad de la Presidenta de la Comisión Provisional de Voto en el Extranjero, Nora Hilda Urdiales Sánchez, y del Secretario, Luis Miguel Santibáñez Suárez.
Criticable que al viaje a EEUU a “promover” el voto con los paisanos residentes algunos concejeros llevaran a sus “detallitos”, como Filiberto Chávez, quien voló con su “asistenta”.
La Contraloría del IEEPCO debe investigar el gasto de 10 millones de pesos, ya que en el viaje a Estados Unidos se dedicaron al turismo y la “dolche vita” y no a la promoción del voto.
Obligado es hacerlo porque se trata de dinero de los expoliados contribuyentes oaxaqueños, no de los concejeros ni funcionarios electorales. Confiamos en la probidad de Esteban Ortiz Rodea.
Más condenable es que, a pesar de esta gran ‘pifia’, que representa un rotundo fracaso del Voto en el Extranjero, el IEEPCO pida al Congreso 243 millones de pesos como Presupuesto 2017.
El próximo año el presupuesto total asciende a 243 millones 813 mil 675 pesos con 35 centavos, de los cuales 131 millones 302 mil 660 pesos con 84 centavos son prerrogativas a partidos.
Confiamos que los diputados, sobre todo del PRI, no aprueben dicho presupusto al IEEPCO con todo y que, como lo comentara Samy Gurrión a sus colegas diputados,lo im’portantes es hacer negocios la
Los 18 socios del IEEPCO – 8 concejeros y 10 representantes de partidos- aprobaron, con el mayor cinismo, el multimillonario presupuesto 2017 del controvertido órgano electoral.
Y calificamos de socios a los concejeros y representantes de los partidos porque su imposición representa el reparto de ‘cuates’ y ‘cuotas’ entre los institutos representantes de la partidocracia.
Por si algunos lectores ignoran u olvidan, Gustavo Meixueiro Nájera, ex secretario particular del alcalde Toño Hernández Fraguas, tiene el fierro del establo de Diódoro Carrasco en las nalgas.
¡Cómo creer que el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana respeta los principios de certeza, legalidad, independencia, imparcialidad, pluriculturalidad, máxima publicidad y objetividad!
La dependencia y pertenencia política a los establos de los ex gobernadores, es el mayor problema de fondo en Oaxaca, porque ha convertido al Gobierno del Estado en un gran negocio.
Pero todavía hay algo peor, que el fierro de los establos políticos en las ancas de los gobernantes en turno y servidores públicos ha prostituido y dado al traste con los órganos autónomos.
Al igual que en el Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO), lo mismo ocurre en la Defensoría de los Derechos Humanos del Pueblo de Oaxaca (DDHPO).
Dos áreas estratégicas, cuya alta misión en materia de defensa de la democracia y defensa de los derechos humanos, ha sido literalmente prostituida al convertirles en ‘cuotas’ de ‘cuates’.
En tales condiciones de dependencia de la mafia del ex gobernador Diódoro Carrasco, cuál autonomía pueden tener el IEEPCO y la Defensoría de los Derechos Humanos. ¡Ninguna!
@efektoaguila
