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#Opinión Alfredo Martínez de Aguilar
Con el eterno conocimiento humanista de los clásicos griegos y romanos, aprendimos que hace muchos siglos Séneca alertó que uno de los peores males de la República es el exceso de leyes.
Obligada y necesariamente éste trae consigo la anarquía y el caos. Los mexicanos en general y de manera particular los oaxaqueños lo comprobamos y sufrimos cotidianamente en el día a día.
La proliferación de leyes de un país causa más daños que beneficios por su incumplimiento. Es, pues, una maniobra perversa para joder al pueblo, puesto que quien hace la Ley hace la trampa.
La ignorancia de los legisladores impide entender que las ideas sencillas tienen la ventaja de articular pensamientos sueltos y así lograr una visión clara del proyecto de vida y nación.
Y ésta es una buena idea a considerar en los tiempos en los que se ha tomado como algo dado la relación entre la exagerada aprobación de leyes y el beneficio probable a los ciudadanos.
¿Quién no cree que más leyes más complejas es solución a los problemas que enfrentamos, a pesar que menos leyes, más sencillas, crean situaciones más propicias al bienestar general?
Claro y concreto ejemplo de ello es la compleja y complicada maraña legislativa en materia fiscal que solo confunde a los causantes de a pie y beneficia a los grandes empresarios.
A través de la maniobra legaloide de la consolidación fiscal las grandes empresas pagan impuestos simbólicos, enormemente menores a las de los micro y pequeños empresarios.
No obstante la estricta prohibición constitucional de la existencia de monopolios en el país
éstos siguen existiendo en los sectores privado y público, empezando por Petróleos Mexicanos.
Para no ir tan lejos por un ejemplo privado, ahí está el todavía monopolio de Teléfonos de México, propiedad de Carlos Slim Helú, quien se da el lujo de paralizar las telecomunicaciones.
Así ocurrió el pasado lunes, cuando con el pretexto de actos de vandalismo, según dio a conocer Telmex, el hombre más rico de México dejó sin servicio de Internet a gran parte del país.
Al final del día, no hubo ni siquiera una maldita disculpa de dientes para afuera por parte del presunto financiero de la subversión de Manuel Andrés López Obrador y su partido Morena.
Entendible por las amplísimas redes de complicidad que la Secretaría de Comunicaciones y Transportes no investigue la paralización de las comunicaciones digitales, a través de Internet,
Deben hacerlo las Secretarías de Gobernación, Defensa Nacional, Marina y la Procuraduría General de la República (PGR) al tratarse del atentado a las vías generales de comunicación.
El gabinete de seguridad nacional está obligado a investigar exhaustivamente la prolongada falla del servicio de internet Infinitum de Telmex, porque no es simple vandalismo, es terrorismo.
Nadie por más violento o loco que esté corta las líneas de fibra óptica, si no tiene el objetivo de provocar un claro sabotaje de las telecomunicaciones con alta carga político-ideológica.
Aquí es donde la puerca tuerce el rabo, porque sin el menor asomo conspiracionista, es un asunto de seguridad nacional que el monopolio de un hombre todopoderoso paralice al país.
No pecamos de ingenuos y no dejamos de reconocer que por encima del Presidente Enrique Peña Nieto y de los titulares de las Fuerzas Armadas, el hombre mejor informado es Slim.
Los millones de llamadas hechas en el día a día en México desde los teléfonos fijos y los móviles, públicos y privados, son analizadas con sofisticados códigos con palabras claves.
De ser necesario y útiles, dichos millones de llamadas son grabadas y archivadas, para ser utilizadas en su momento. No hay, pues secretos para Teléfonos de México y Carlos Slim Helú.
En defensa de nuestro dicho, baste mencionar que la mejor prueba de este ello son las sábanas de llamadas telefónicas proporcionadas por Telmex en delitos de alto impacto, como secuestros.
Obligado es sumar a esta cruel realidad el escenario político futuro de un sabotaje mayor, con el pretexto de actos vandálicos durante la madre de todas las batallas electorales en 2018.
Hoy, más que nunca, es obligado pensar mal para acertar. Manuel Andrés López Obrador y Morena está obsesionado en tomar por asalto la presidencia en las elecciones de 2018.
Y si el ensayo previo para incendiar el país ha sido reincendiar Oaxaca con el apoyo de los activistas y milicianos de la CNTE y de los grupos armados que le apoyan ¡Cuidado!
Asimismo, si es evidente, público y notorio que Carlos Slim Helú apoya a MALO y al Movimiento de Regeneración Nacional desde que López fue Jefe de Gobierno ¡Cuidado!
¡Qué el monopolio de Teléfonos de México no nos salga con la estupidez que falló durante varias horas su servicio de internet Infinitum por vandalismo en la fibra óptica, en Sinaloa!
Y menos que Telmex y Carlos Slim Helú nos salgan con la estupidez que pretendan culpar a los cárteles del narcotráfico del corte de la fibra óptica en Sinaloa, porque confirmaría el sabotaje.
Luego de múltiples reportes de anomalías en el servicio de internet Infinitum, operado por Telmex, la compañía reconoció el fallo y lo atribuyó a actos de vandalismo en Sinaloa.
“Hoy al medio día se registró un corte de fibra óptica a 14.9 kilómetros de Mazatlán por probables actos de vandalismo, motivo por el que se vieron afectados los servicios que presta la empresa a nuestros clientes en distintas partes del país”, dijo la empresa en un comunicado.
“Técnicos especializados de TELMEX trabajaron en el lugar de la afectación y el servicio ya se encuentra restablecido. Así mismo se emprenderán acciones legales contra quienes resulten responsables de esta fuerte afectación”, abundó.
Más de 7 mil tuits se hicieron este lunes sobre las fallas en el servicio que presta la empresa Telmex, por lo que hicieron a ésta Trending Topic en Twitter a lo largo de pocas horas.
