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#Opinión Alfredo Martínez de Aguilar
(A los directivos, periodistas y trabajadores de la Radiodifusora 94.1 La Mejor de Puerto Escondido, agredidos por activistas y milicianos de la Sección XXII de la CNTE, especialmente a la conductora Nayeli Aldán. Un abrazo solidario).
Al asesinato de Elidio Ramos Zárate y de Raúl Cano López en Juchitán, y la agresión al fotoreportero Mario Jiménez Leyva, la Sección XXII de la CNTE, las organizaciones sociales y grupos armados que le apoyan, sumaron ayer una nueva agresión y amenazas contra periodistas en Oaxaca.
Elidio era reportero del diario El Sur. Raúl, hermano de Manuel Cano, director del periódico Hechos. A más de dos meses de su asesinato, el 19 de junio, se investiga a los encapuchados que dispararon a quemarropa en la cabeza al periodista y a la otra víctima fatal.
Activistas y milicianos tomaron ayer las instalaciones de la radiodifusora 94.1 La Mejor de Puerto Escondido, en la región de la Costa oaxaqueña. Realizaron acciones violentas contra el personal y la infraestructura del inmueble, destrucción de mobiliario urbano, cámaras de video-vigilancia, y pintas en los muros de la radiodifusora.
Asimismo, haciendo uso de la fuerza y sin ninguna mediación con las autoridades locales, los maestros de la Sección 22 mantuvieron retenidos a las y los trabajadores de este medio de comunicación, entre los que se encuentra la periodista Nayeli Aldán, así como técnicos, operadores y personal administrativo.
Una vez más desde esta tribuna expresamos nuestra más enérgica condena a las agresiones y amenazas a los periodistas oaxaqueños, y exigimos a las autoridades estatales y federales ir más allá de sus simples condenas y aplicar todo el peso de la Ley a los presuntos responsables intelectuales y materiales.
Indispensable es que como un primer mecanismo de autodefensa los concesionarios integrantes de la Cámara Nacional de la Industria de Radio y Televisión (CIRT), delegación Oaxaca, acuerden y decreten un boicot informativo contra la Sección XXII de la CNTE siguiendo el ejemplo de un grupo de reporteros a no informar de la Guelaguetza Popular Magisterial.
Para Marx y Engels las tareas y funciones del Periodismo y sus medios como instrumento de expresión y formación de la opinión pública están directamente ligadas al problema de la libertad, considerada por ellos en su forma de libertad de prensa y expresión como presupuesto principal y necesario para que el Periodismo pueda desempeñar sus funciones.
No obstante, la agresión de los activistas y milicianos se dio en protesta porque la radiodifusora dio espacio en su noticiario a grupos de padres de familia que se organizaron para exigir que los maestros y trabajadores de la Sección XXII de la CNTE inicien clases en la Costa.
Incongruente y contradictorio como es el marxismo-leninismo, según Marx la historia de la comunicación es la historia de la manipulación. De cómo los bloques dominantes han conseguido perpetuar su esquema y cómo es aceptado por los dominados, que la clase obrera tenga mentalidad burguesa.
El fotoreportero Mario Jiménez Leyva fue salvajemente agredido por activistas y milicianos del magisterio en la Plaza de la Danza y su equipo seriamente dañado, motivo por el cual presentó la querella correspondiente en la Fiscalía General del Estado.
El fotoreportero agredido Leyva interpuso la querella respectiva en la Fiscalía General del Estado quedando registrada en la Carpeta de Investigación 305/DF/ZC/2016 MESA 3. SECTOR METROPOLITANO. DELITOS INTERPERSONALES.
Gracias a la oportuna y valiente intervención de los compañeros Edwin Hernández y Carlos Torres, Mario no resultó más lesionado. Los agresores están plenamente identificados en las fotografías que de inmediato circularon en las redes sociales.
Las fotografías de la brutal agresión permitieron identificar a Jesús Lazo Paz, Chucho Mariachi, asignado a una escuela primaria de la zona de Putla de Guerrero, quien atacó por la espalda con una varilla en la cabeza al reportero gráfico Jiménez Leyva.
Después de la difusión del video e imágenes donde el activista aparece agrediendo al fotógrafo, fue identificado como trabajador de la escuela primaria Venustiano Carranza de Malpica. Su plaza pertenece al sector 03 y su centro de trabajo corresponde a la zona 046, ambas con sede en Putla de Guerrero. Después de esos hechos violentos no ha sido visto en público.
Jesús Lazo Paz está vinculado con actos de vandalismo en su natal Putla, como la quema de urnas y el robo de papelería oficial del desaparecido Instituto Federal Electoral (IFE). Además de la violencia en el pasado proceso electoral de diputados federales al Congreso de la Unión, ebrio, ha cometido desmanes en fiestas populares como el tradicional carnaval de Putla.
De esta manera, se confirma palmariamente que los activistas y milicianos de la Sección XXII de la CNTE son enemigos de la libertad de expresión, así como de los periodistas, salvo que también sean militantes izquierdosos y ejerzan un periodismo panfletario a su favor.
En contrapartida, la Sección XXII de la CNTE, las organizaciones sociales y los grupos armados que le apoyan acusan a los periodistas de imponer la dictadura de la opinión, de servir al gobierno y de promover la represión por criticar sus acciones subversivas.
Por otro lado, las organizaciones radicales del magisterio se dedican a fichar a los periodistas que cubren sus actos vandálicos. El tiempo nos da la razón. Confirman, pues, que son enemigos de la libertad de expresión y de los periodistas que no son sus cómplices.
En otras palabras, los acusadores de periodistas terminan siendo acusados y culpables de reprimir a los periodistas, lo que nunca han hecho ni harán éstos, porque no tienen por qué hacerlo. Son sus víctimas, no sus verdugos.
¡Oh cruel ironía! Quienes se presentan como supuestamente libertadores del pueblo enseñan el cobre y se muestran como lo que son, en realidad: agresores, opresores y represores. Buscan imponer a toda costa la dictadura del proletariado.
Por si esto no fuera ya de suyo sumamente grave todavía hay algo peor: el hecho que algunos colegas periodistas acepten ser fichados ha provocado una nueva división del gremio ante los periodistas que lo rechazan y condenan.
Con justa razón la mayoría de los periodistas oaxaqueños consideran que ser fichados por la Sección XXII de la CNTE atenta contra la libertad de expresión y el ejercicio libre del periodismo sin censura alguna.
