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PRI, ¿resurgirá de sus cenizas?

Crónica Política: ¿Pierde o gana el PRI con la renuncia de Samuel Gurrión?

Opinión por: Rosy RAMALES

Ya estaba muy cantada la renuncia del diputado local Samuel Gurrión Matías al PRI, donde empezó a militar quizá hace seis años cuando entonces el partido le dio la oportunidad de postularlo como candidato a diputado federal por el distrito de Juchitán de Zaragoza, Oaxaca; una oportunidad conseguida merced a los buenos oficios de José Murat Casab.

Aunque personas cercanas al polémico Samuel Gurrión aseguran que fue Manlio Fabio Beltrones Rivera quien lo impulsó. ¿Qué no lo conoció tras conseguir la curul federal? Nunca antes había pisado escenarios nacionales, ni alternado con la crema y nata de la clase política del país hasta su llegada a la Cámara Baja del Congreso de la Unión.

Y ahí hizo amigos con esa habilidad que le caracteriza para tejer relaciones. Regalos, halagos, paseos, compromisos y promesas diversas, incluso de lealtad. La misma táctica de siempre hasta conseguir los objetivos.

Así incursionó y escaló el primer peldaño en política, primero ingresando al círculo político local priista y luego alcanzando la candidatura a la diputación federal por Juchitán; la única que en 2012 ganó el PRI, pero a base de “convencer” al contrincante y a la autoridad electoral. Desde el primer momento fue un secreto a voces la derrota priista en los 11 distritos de aquél entonces.

En la Cámara de Diputados Federal, Samuel Gurrión tejió relaciones, y con el privilegio que da la curul se dedicó a realizar gestión social en los municipios oaxaqueños en general, no solo de su distrito. No perdió ni un instante, lo hizo tan pronto asumió la diputación.

Recorrió la entidad, y vía programas “sociales” propios entregó lentes, pantalones de mezclilla, despensas, equipos de buceo a pescadores y camisetas a sindicalizados. Así evidenció su siguiente aspiración: La búsqueda de la candidatura a gobernador o, mediante negociación, por lo menos una diputación plurinominal.

Llegó el proceso local del 2016 y Samuel figuró entre los prospectos a gobernador, peleando la candidatura a sabiendas de la cantada postulación de Alejandro Murat, hijo de quien le dio la oportunidad no solo en política, sino también de ingresar al mundo del emprendedor a gran escala.

¿Amagó en aquél entonces con abandonar el PRI junto con sus “seguidores”?  Samuel Gurrión, usando sus medios de comunicación y valiéndose de la amistad con periodista, construyó una imagen mediática. Quien sabe hasta donde eran reales las multitudes aparecidas en fotografías de mítines y encuentros con la población.

Cuando el Comité Ejecutivo Nacional del PRI anunció la candidatura de Alejandro Murat Hinojosa a la gubernatura de Oaxaca, Samuel Gurrión le levantó la mano; no por disciplina partidaria, ni por lealtad a quien lo hizo político, sino porque negoció la primera posición de la lista para diputados plurinominales.

Y Alejandro Murat, ya como jefe político del priismo oaxaqueño, le concedió presidir la Mesa Directiva del Congreso del Estado, incluso participando en las reuniones de la Junta de Coordinación Política como si se tratara de una Conferencia de facto.

El PRI y José Murat crearon a Samuel Gurrión como político, lo dejaron crecer, le otorgaron todo tipo de canonjías y le permitieron adquirir gran poder. Y después de tanto apapacho, ¡zaz!, viene el rompimiento.

Samuel quiso la candidatura del PRI para Senador de la República para las elecciones de julio próximo, y no se la concedieron; incluso, en el convenio de la coalición “Todos por México”, la primera fórmula oaxaqueñas es para el PVEM y la segunda fórmula es para el Revolucionario Institucional.

Sin embargo, en la primera fórmula bien pueden ir priistas bajo las siglas del PVEM. Para encabezarla suenan los siguientes nombres: Raúl Bolaños Cacho Cué y Gerardo Gutiérrez Candiani (éste proclive al panismo vía su amistad con Diódoro Carrasco Altamirano).

En fin, como sea, pero ahora el PRI no le cumplió el capricho a Samuel Gurrión, quien ayer renunció al partido porque éste ha perdido el rumbo social, según él. Negó su probable migración a la coalición “Por México al Frente” como candidato al Senado por el estado de Oaxaca; sin embargo, admitió abrigar la aspiración al cargo de elección popular. Y entre tantas otras cosas, pidió que no tomen represalias en su contra.

ENTONCES, ¿PIERDE O GANA EL PRI?

Con certeza se sabrá al paso del tiempo. De por sí con Samuel Gurrión o sin él, es panorama electoral del PRI no es nada alentador en este momento en el estado de Oaxaca.

Pero quizá pierda más Samuel, quien como diputado local seguirá gozando de su dieta (“el sueldito de 120 mil pesos” como él le llama), pero probablemente perderá las posiciones parlamentarias que tenía como diputado de la bancada priista. Por ejemplo, la presidencia de la Comisión Especial para la Reconstrucción del Istmo, y la Dirección de Relaciones Públicas donde colocó a su gente. ¿O ya no la tiene?

Perderá también, quizá, toda su gestión de obras y programas sociales que hubiese pactado con anterioridad a su decisión de marcharse del PRI.

Tal vez gane algo el PRI, porque Samuel Gurrión se auto confeccionó muy mala imagen en importantes sectores de la sociedad oaxaqueña. Podrá enganchar a los electores de comunidades en pobreza vía cualquier tipo de beneficio, pero ya no engaña a electores de zonas urbanas con pleno conocimiento de la forma de ser y de actuar.

Samuel es capaz hasta de pisotear a sus propios amigos con tal de conseguir sus objetivos.

Solo sus seguidores cautivos pueden creer discursos como el siguiente: “Mi compromiso ha sido siempre tenderle una mano amiga a las mujeres y hombres de nuestra tierra, ser su voz, ser su aliado, y contribuir a la solución de sus demandas”.

TRAICIONÓ

¿Verdad o mentira? Pero en los corrillos priistas oaxaqueños cuentan que Samuel Gurrión “traicionó” a quien le dio la oportunidad, no solo en política.

Y el grupo político que le abrió las puertas, perdona todo, menos la traición.

Por eso Samuel Gurrión no pudo obtener la candidatura al Senado de la República vía la coalición “Todos por México”, ni tampoco la candidatura a diputado federal por la vía plurinominal como alternativa.

Quien sabe si Samuel Gurrión midió los alcances de su dimisión al PRI, no porque haga falta en el partido, sino por las implicaciones en año electoral.

Si en algún partido le conocen su Talón de Aquiles, es en el PRI, donde lo hicieron de la nada política. Y si alguien le sabe sus debilidades, es precisamente quien le dio la oportunidad.

¿SALTO AL VACÍO?

Ya ni siquiera es un secreto a voces la posibilidad del ingreso de Samuel Gurrión a la coalición “Por México al Frente” para su postulación como candidato de ésta al Senado de la República por el estado de Oaxaca.

Sin embargo, en el convenio de coalición la primera fórmula le corresponde al PRD para  mujeres; y la segunda al PAN para hombres. Entonces, los partidos coaligados tendrían que cambiar el género en la fórmulas para que Samuel Gurrión pudiera encabezar la primera.

Y no es tan sencillo; implica mover las fórmulas en diversas entidades del país, pues por ley en 16 entidades la primera fórmula debe ser encabezada por mujeres, y en 16 por hombres.

¿Samuel Gurrión calculó bien? ¿O dio un salto al vació? Porque aun cuando consiga los cambios necesarios sin afectar el principio de paridad y la coalición “Por México al Frente” lo postule como candidato, en Oaxaca perredistas y panistas le harían el vacío; no todos, pero sí parte.

PRD y PAN vienen saliendo del gobierno oaxaqueño, donde gobernaron como coalición de facto, y diversos perredistas y panistas tienen carpetas de investigación en su contra; entonces hay elementos por donde inmovilizarlos.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

 

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