CRÓNICA POLÍTICA: La propuesta de Carol ¿puede derivar en terrorismo fiscal?

Opinión por  Rosy RAMALES

La Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal 2019 recién aprobada incorporó una propuesta del diputado federal oaxaqueño Carol Antonio Altamirano, de Morena para recaudar más dinero para el gasto público.

¿Y cómo? Con el combate a la facturación con operaciones simuladas.

Según lo ventilado, Carol planteó que con dicho combate se recaudarán 17 mil 576 millones de pesos adicionales por concepto de Impuesto al Valor Agregado (IVA) y seis mil 192 millones de pesos más por Impuesto Sobre la Renta (ISR).

Porque se puede aumentar la recaudación vía tales impuestos al “eliminar la compensación universal, pues no se devolverán aquellos saldos a favor que no sean legítimos por provenir de actos amparados por facturas apócrifas, cerrando la posibilidad de devolver saldos de impuestos no enterados al SAT”.

Ese y otros planteamientos vía reservas,  ajustaron a la alza lo previsible en la Ley de Ingresos de la Federación para el Ejercicio Fiscal de 2019, mediante la cual se prevén recaudar cinco billones 838 mil 59.7 millones de pesos (mdp), monto mayor en 23 mil 768 millones de pesos a lo estimado originalmente.

Buena idea la del diputado Carol. Pero la pregunta es: ¿Y cual es o será el procedimiento para detectar las facturas apócrifas? ¿Cómo se tendrá la certeza de ello? ¿No se corre el riesgo de generar un terrorismo fiscal?

Puede suceder que las autoridades hacendarias, por algún error en los contribuyentes (ya sea personas morales o físicas) consideren facturas simuladas cuando en realidad no lo sean. Y mientras ello se comprueba meterán en conflicto a quienes pagan impuestos, además de sujetarlos a procedimientos comprobatorios.

Quizá la tendencia sea el no devolver de ningún modo los saldos a favor. ¿O no?

Ya de por sí se persigue a los contribuyentes que aparentemente realizan operaciones con “empresas fantasmas” tan solo porque la autoridad hacendaria detecta alguna factura que según proviene sobre todo de personas morales inexistentes, cuando en ocasiones solo se trata de errores o falta de alguna comprobación.

Incluso, si determinada empresa no se encuentra en el catálogo de proveedores se da como si fuera fantasma.

Y la consecuencia no solamente es pagar la contribución que supuestamente se dejó de pagar, sino que también imponen multas millonarias. Y lo peor, inician la investigación a partir de empresas bien establecidas para dar con las fantasmas.

Es un tema escabroso que solo entienden los especialistas en materia fiscal. Mientras que los ciudadanos y ciudadanas solo entendemos de la persecución a veces injustificada.

Haría falta que las autoridades hacendarias expliquen con bolitas y palitos cómo viene la Ley de Ingresos de la Federación 2019 y toda la normatividad relacionada para recaudar más recursos el próximo año.

Y claro, como lo ordena la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos: Las y los ciudadanos están obligados a contribuir para el gasto público. ¿Y cómo se obliga a los funcionarios y representantes populares a ejercer el presupuesto correctamente, sin atracos para beneficio electoral o personal?

¡No hay manera, aún cuando existen las leyes de transparencia y normatividad para sancionar el peculado y demás! Y cuando se les llega a sancionar pasan años. ¿Veremos algo diferente en la era de la llamada “cuarta transformación”?

Quien sabe. Quizá sea difícil. Para que haya más dinero y éste alcance, no solamente son necesarias las leyes recaudatorias, sino también el ajuste del cinturón de los servidores públicos y de los representantes populares. Pero ya ven cuánta resistencia ha habido a la Ley de Remuneraciones.

Y seguramente los legisladores no renunciarán a recibir su “aguinaldo” como si se tratara de personas asalariadas. Incluso, recién asumieron el cargo ya hablaban de un aguinaldo correspondiente a 45 días de dieta. ¡Se pasan! Eso sí, el pueblo en general y los contribuyentes que se aguanten.

En fin.

EL BESO DEL DIABLO

Cómo quieren que los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación sean independientes si se contaminan con el “beso del diablo”; es decir, si la elección de los mismos se partidiza y se politiza desde el momento mismo en que el titular del Ejecutivo envía una terna para que de entre ésta elija el Senado

Ahí está el atorón en el Senado de la República para elegir a quien ocupará la vacante que deja José Ramón Cossío.

No, no y no, ese no es un signo de una “cuarta transformación”.

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