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#Opinión por Rosy RAMALES
En redes sociales han circulado un par de hojas escaneadas: Una carta de presentación supuestamente de la empresa “De las Heras Demotecnia”, dirigida “a quien corresponda”, y ésta es una persona seleccionada al azar para realizarle una entrevista para fines de encuesta y estadísticos; no precisa el tema de la encuesta.
Y en la otra hoja, la cual no viene membretada como la anterior, se presenta una relación de “aspirantes” del PRI, que se supone son para las dos fórmulas de candidatos al Senado de la República por el estado de Oaxaca, pues aparecen nombres de priistas que han estado sonando constantemente para la postulación, como por ejemplo los siguientes:
Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva, Director General de Liconsa; Mariana Benítez Tiburcio, diputada federal e integrante de la dirigencia nacional del ONMPRI; José Antonio Hernández Fraguas, presidente municipal de la capital oaxaqueña; y Raúl Bolaños Cacho Cué, Secretario de Desarrollo Social y Humano (Sedesoh) de la administración estatal.
Y entre todos los nombres, llama la atención el de Ivette Morán, esposa del Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, y nuera del polémico José Murat Casab, presidente nacional de la Fundación Colosio.
Claro, también vienen nombres que parecen broma por su nula presencia real en las comunidades, o por la falaz presencia mediática y de montajes de reuniones a lleno total, o por el exceso de demagogia.
Pero los nombres señalados párrafos arriba parecen los más serios y con más aceptación social de algún modo. Aunque faltan algunos como, por ejemplo, el de Sofía Castro Ríos, Secretaría de Asuntos Indígenas del gabinete muratista; Mariana Nassar Piñeyro, Directora del DIF-Estatal; Miriam Liborio, Secretaria de la Mujer; y Narcedalia Ramírez Pineda, Directora General del INAES.
En esa hojita, faltan además los nombres de Ángel Meixueiro González, Martín Vázquez Villanueva y Alejandro Avilés Álvarez, de quien se dice haber pactado con los Murat encabezar la primera fórmula al Senado de la República por el estado de Oaxaca. Entonces, ¿para qué tanta encuesta?
La primera pregunta obligada es: ¿La encuesta es real? Hasta este momento la empresa no ha desmentido los documentos circulados en redes sociales.
En fin, decíamos que el nombre que llama la atención es el de Ivette Morán de Murat. Incluso, había sonado con insistencia desde hace algunos meses. Pero después como que lo quitaron de los reflectores; incluso, bajó su actividad como presidenta del DIF-Estatal en las comunidades, que venía realizando con la intensidad de un huracán.
¿La razón? Hay dos versiones: Que su actividad disminuyó porque siempre sí sus hijos fueron inscritos en escuelas fuera del estado de Oaxaca, entonces está con ellos la mayor parte del tiempo y va a la entidad donde gobierna su esposo el tiempo indispensable; tiempo en que realiza diversas acciones a efecto de ir dosificando los respectivos comunicados.
La otra versión: Que a propósito la sacaron de los reflectores locales por la fuerza que per se estaba tomando, posicionándose de manera acelerada en el ánimo de la ciudadanía en general.
Es más, hace algunos días en los corrillos político-electorales trascendió que Ivette Morán de Murat ya no jugaría como prospecto a la candidatura del PRI al Senado de la República, porque no convenía políticamente ni a su esposo ni a su suegro en cuanto a imagen en esta época en que el partido necesita ganar credibilidad , y el gobierno de Alejandro Murat, respeto.
Sin embargo, el nombre de Ivette Morán de Murat vuelve a aparecer como uno de los encuestados, salvo que el estudio no sea real.
Y, miren, Ivette Morán como toda ciudadana mexicana (a menos de que no lo sea) tiene derechos político-electorales y por tanto puede competir por un cargo de elección popular. Que si es conveniente políticamente o no, es otra cosa. Quizá haya quienes tomen con desagrado su eventual postulación y ello impacte negativamente en el PRI, sobre todo si la oposición agarra como bandera electoral el golpeteo hacia ella por tratarse de la esposa del mandatario y dirán que entre la familia Murat y el grupo Atlacomulco se reparten las candidaturas.
Y habrá quienes vean con agrado la candidatura de la Primera Dama de la entidad.
La señora Ivette Morán, a decir verdad, tiene mucha presencia en las comunidades oaxaqueñas porque fue ella quien primero entró en el estado de Oaxaca haciendo trabajo social y político a favor de su esposo Alejandro Murat vía la Fundación AMO cuando él empezaba a buscar la candidatura al gobierno oaxaqueño.
Llegó un momento, incluso, que ella era más conocida y más aceptada que el propio candidato.
Es más, Ivette Morán está mejor posicionada que varias de las competidoras por la candidatura del PRI al Senado por la entidad oaxaqueña, pues a no ser de la diputada federal Mariana Benítez Tiburcio, de Sofía Castro y de Narcedalia Ramírez, que sí vienen trabajando en comunidades labrando capital político, las demás mujeres consideradas como prospectos quieren ganar la postulación tan solo mediáticamente.
En fin, a ver qué pasa.
PRI PONE AL INE EN TELA DE JUICIO
El presidente del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, insiste en que el Instituto Nacional Electoral (INE) hizo modificaciones al Reglamento de Fiscalización y no fueron publicadas en el Diario Oficial de la Federación, ni fueron actualizadas en la página de internet del Instituto.
Y al no ser publicado en el Diario Oficial, no entró en vigor y por lo tanto no puede aplicarse. Así que para él carece de valor la fiscalización aprobada por el INE, la cual arroja que el PRI rebasó el tope de campaña en Coahuila, lo cual constituye una causal constitucional de nulidad de la elección de gobernador en que resultó ganador el priista Miguel Riquelme.
Ups. Pues si Ochoa Reza tuviera razón, el INE habría cometido una grave falta. Y, ciertamente, un Reglamento de Fiscalización no vigente, no puede aplicarse. Pero esperemos la resolución del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde valorarán las supuestas pruebas presentadas por el PRI.
