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#Opinión Por:Rosy RAMALES
Qué de cosas van saliendo mientras transcurre el tiempo en los relevos sexenales. ¡Oaxaqueños, agárrense! Ahora resulta que el gobierno del coalicionista Gabino Cué Monteagudo habría endosado al pueblo como deuda pública el tremendo gasto hecho en “organizaciones sociales”.
O sea, todo lo que su administración dio a las “organizaciones sociales” lo dejó en el concepto de deuda pública, la cual asciende a 16 mil millones de pesos, aproximadamente, según fuentes del gobierno estatal. Y serían alrededor de cinco mil millones de pesos los endosados al pueblo del gastito en tales grupos.
¡Nooooooo! Imagínense, los ciudadanos oaxaqueños trabaje y trabaje para contribuir a la manutención de los parásitos, de las sanguijuelas, porque en eso se han convertido dichas organizaciones con sus honrosísimas excepciones.
Y todavía se atreven a cerrar calles y a unirse a luchas como la de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), o a Morena. Y un día sí y otro también, las “organizaciones sociales”, a través de sus líderes, demandan respuestas del Gobierno de Oaxaca y atención a “sus comunidades”. ¡No tienen llenadera!
Ah, todo bajo la amenaza de hacer bloqueos, marchas y plantones; acciones con las cuales estrangulan la economía local al perjudicar a la iniciativa privada (que es la que contribuye al gasto público).
Por cierto, ¿en qué trabajan los líderes de las llamadas organizaciones sociales? Porque si todo lo sacan de los recursos del pueblo con el diezmo que piden a las comunidades por acompañarlos en su “gestión”, entonces su lucha no es social, sino más bien es lucrativa.
Ya es hora que el Gobierno de Oaxaca, ahora encabezado por el joven Alejandro Murat Hinojosa, desenmascare a quienes han convertido la lucha social en un redituable negocio, con sus excepciones. Hay “luchadores sociales” cuyas casas son verdaderas mansiones, cargan auto último modelo con chófer, y comen el los más finos y caros restaurantes.
Además, de acuerdo a la Constitución no debe haber intermediarios entre los municipios y el gobierno, entonces por qué permiten (los gobiernos Federal y Estatal) la mediación y gestión de organizaciones “sociales”; están creando un monstruo y sin llenadera, que además en los procesos electorales se venden al mejor postor.
Aunque últimamente han hecho alianzas fácticas con partidos de izquierda, sobre todo en el estado de Oaxaca, donde la derecha ni pinta y el PRI como partido político se ha ido desdibujando poco a poco. Ciertamente, en el 2016 el Revolucionario Institucional ganó la gubernatura, pero con muy baja votación.
En fin, que si el gobierno oaxaqueño acepta sin chistar el endoso como deuda pública del gasto hecho por la administración anterior en la manutención de “organizaciones sociales”, entonces habrá elementos para que la ciudadanía crea lo siguiente:
Que existe un acuerdo entre la administración saliente y la entrante para brindar protección al ex gobernador y a sus colaboradores más cercanos.
Que las llamadas “organizaciones sociales”, desestabilizadoras a sueldo y brazos electorales, funcionan con financiamiento oficial.
PEIMBERT Y NOCHXTLÁN
¿Recuerdan que terminó en pelea la conmemoración del aniversario del enfrentamiento ocurrido en Nochixtlán? ¿Qué el representante de la organización VOCAL hizo un reclamo y hasta pateó al Defensor de los Derechos Humanos de Pueblo de Oaxaca, Arturo Peimebert Calvo?
Bueno, pues según cuentan, Peimbert habría brindado en exceso y subió al templete a decir un acalorado discurso, incendiario además. Dijo, por ejemplo: “En un día como éste se implementó un operativo que costó mucho dinero; volaron helicópteros y se dispararon armas. Hubo un despliegue policial carísimo. Cuesta mucho dinero matar a gente inocente en México… Aquí en Oaxaca se ejecutó gente con dinero público”.
¡Con dinero público! Que delicado. ¿Del Gobierno Federal o del Local? En ese entonces era gobernador el coalicionista Gabino Cué Monteagudo, su amigo y quien contra viento y marea lo convirtió en el Defensor, pues no cumplía con los requisitos exigidos pero hablándole a los diputados locales de ese momento todo fue posible.
Con razón en los corrillos gabinistas no bajan a Peimbert de traidor.
En fin, que ese día de la conmemoración del aniversario del enfrentamiento en Nochixtlán, el representante de la organización Voces Oaxaqueñas Construyendo Autonomía y Libertad (VOCAL), David Venegas, conocido como “El Alebrije” le reclamó no haber hecho nada en el caso de San Juan Copala, ni haber apoyado lo suficiente a organizaciones sociales.
Y fue ahí cuando se desató la trifulca. Y aquí sí que queda esa frase que dice: “Por sus actos los conocereís”.
Ciertamente, Peimbert como que ha concentrado el 99% de su atención en el caso Nochixtlán. Quizá por una sencilla razón: Le da foro nacional e internacional. ¿Aspirará a convertirse en presidente de la CNDH? ¿O de algún organismo internacional? Ya que no se le hizo la titularidad de la Fiscalía General de Oaxaca.
En fin, Peimbert escucha “Nochixtlán” y ya no sabe ni qué hacer. Por cierto, el día en que asistió el gobernador Alejandro Murat a ese municipio en el contexto de la conmemoración del aniversario, el Defensor no estaba invitado, pero de pronto apareció y ocupó un lugar en el presídium.
Ah…¿con qué brindó? Eso sí no nos lo dijeron. ¿Con agua? ¿O con vino de consagrar? ¿Recordaría sus tiempos de acolito?
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