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#Opinión Por:Rosy RAMALES
En el inter del Consejo Político Estatal del PRI, un militante oaxaqueño en voz baja preguntó: “¿Qué les pasa? Primero retratan al gober con Don Panchito, luego lo ponen con su cartón de chelas y luego lo llevan con los rijosos del basurero municipal!”
El priista tiene razón en parte. Porque es una verdadera locura política sentar y fotografiar al gobernador Alejandro Murat Hinojosa con un desestabilizador social de la talla de don Panchito, que ha mantenido asolados a los habitantes de la agencia Vicente Guerrero y de la colonia González Guardado en el municipio de la Villa de Zaachila, y que tiene órdenes de aprehensión por diversos delitos.
Más que proyectar la imagen del diálogo y la conciliación, generó una imagen de solapamiento con quienes sembraron terror en esos asentamientos humanos, donde los vecinos todos los días denunciaban robos, asaltos, agresiones a mujeres, narcomenudeo, etc. Sentar y retratar al mandatario con don Panchito pareció maquinación de algún cómplice o padrino del “líder social”.
Alejandro Murat se dio cuenta de las maquinaciones de alguno de sus colaboradores, y sigilosamente se desmarcó. La Fiscalía General del Estado busca a don Panchito y compañía; incluso, mediante una recompensa de un millón de pesos por cada uno.
Por otra parte, eso de retratar al gobernador cargando un cartón de chelas (cervezas) demerita la investidura. Sin embargo, puede ser a la inversa si se considera el contexto de la acción: En el Istmo de Tehuantepec celebran fiestas anuales conocidas como Velas, a las cuales las mujeres asisten religiosamente ataviadas con su hermoso traje regional y los hombres van de pantalón negro y guayabera blanca cargando un cartón de cervezas como regalo o aportación al puesto de la persona que los ha invitado a la velada.
Alejandro Murat se unió a la tradición, tratando de ser amable y de convivir. Incluso, quizá intentado adquirir identidad oaxaqueña. En ese contexto, creo que cargar un cartón de cervezas no tiene nada de malo. Lo malo sería que se lo hubiera tomado. Pero este gobernador no toma, por lo menos no de manera pública y escandalosa como sus antecesores.
Ahora, tiene sus aristas llevarlo al basurero municipal ante los habitantes de la agencia Vicente Guerrero y de la colonia González Guardado en el municipio de la Villa de Zaachila, quienes llevaban una semana apoderados del lugar sin permitir la entrada de carros con basura. La capital oaxaqueña y 29 municipios en se convirtieron en basureros , pues no había donde tirar los desechos.
Entre todas sus peticiones, clamaban una sin marcha atrás: Sacar a don Panchito y a sus seguidores de ambos asentamientos. Los habitantes estaban hartos de vivir asolados por este “líder social”. Así, los vecinos dieron una demostración de fuerza de sociedad civil organizada.
Alejandro Murat fue al lugar, como lo pedían los vecinos. Riesgoso, ciertamente. No los ciudadanos organizados, pero sí cualquier enviando de inconformes, pudo haber pasado de los gritos a la agresión física, y ésta hubiese sido la nota. Como fueron nota los chiflidos y los gritos de “sáquenlo”, “que se vaya”, como si lo hubieran corrido sin llegar a acuerdo alguno.
El gobernador se retiró del lugar. Sin embargo, en menos de media hora los vecinos estaban abriendo el basurero municipal, y previamente habían levantado el bloqueo a la carretera que une a la capital oaxaqueña y municipios conurbados con las regiones de la Costa y la Sierra Sur.
Encaró el problema. Después de don Heladio Ramírez López, ningún otro gobernador fue hasta el lugar para hablar con los ciudadanos, sobre todo tratándose de una expresión de auténtica resistencia civil frente a “líderes sociales” solapados por grupos de partidos políticos como el mismo PRI, el PRD, el PAN y hasta Morena.
Ahora sigue la otra amenaza: El boicot a la Guelaguetza por parte de la Sección 22 de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE), cuyas demandas principales no son locales, sino corresponden al ámbito federal. Entonces que vayan a estropear la paz a otra parte.
Que vayan a exigir directamente, a Los Pinos o al Palacio Nacional, al Presidente de México, Enrique Peña Nieto, y al Secretario de Educación Pública, Aurelio Nuño Mayer, la cancelación en Oaxaca de la Reforma Educativa, programas y directrices constitucionales para que pueda proceder la aprobación la Ley Estatal de Educación conforme al Plan de Transformación magisterial.
Caray, la calidad educativa es un derecho humano, y los derechos humanos no son retroactivos, sino progresivos.
Así que ni el Gobierno Federal y mucho menos el Gobierno de Oaxaca pueden darle reversa a la Reforma Educativa. Sin embargo, el Congreso de la Unión sí puede hacer reformas para flexibilizarla. Entonces, vayan y protesten ante los legisladores.
¿Por qué se empeñan en estropear la Guelaguetza? Es la máxima festividad de los oaxaqueños, pero además es la única oportunidad para la reactivación de la economía local; desde el gran empresario turístico, hasta la más humilde vendedora de aguas frescas o chapulines, necesitan recapitalizarse después de los aciagos días del 2016. Todo Oaxaca lo necesita.
La Sección 22 mata a la gallina de los huevos de oro. Vive de las contribuciones del pueblo, y no lo deja trabajar.
Cuando el gobierno local anterior dio el golpe de timón en materia educativa y quitó a la Sección 22 la rectoría en el manejo de programas, presupuesto y estructura en educación, el Gobierno Federal, a través de los secretarios de Gobernación y Educación, prometió acompañar a Oaxaca en todo momento.
Y tal parece que la han dejado sola. Y son los ciudadanos quienes siguen padeciendo los estragos de las movilizaciones magisteriales. Porque los funcionarios, locales y federales, tienen asegurada su sobrevivencia con su sueldo.
¿Dónde está el Gobierno Federal? Miguel Ángel Osorio Chong y Aurelio Nuño andan más ocupados y preocupados en sus aspiraciones político-electorales rumbo al 2018, que en atender el problema en Oaxaca con la Sección 22.
El gobernador Alejandro Murat se reunió con la dirigencia de la gremial la tarde-noche de este jueves, pero hasta la mañana del viernes nada se sabía de acuerdos para calmar a los maestros y convencerlos de desistir en sus acciones de boicot y de provocación; acciones con las cuales parecieran buscar otro enfrentamiento como el de Nochixtlán para tener argumentos, no para conseguir sus demandas, sino para fines electorales en la antesala del proceso electoral.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
