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Que no le digan: Me dan “ñañaras”…

#Opinión Por: Mario A. Medina

En enero de 2002, en Mexicali, Baja California, de gira por aquella entidad del norte del país, Vicente Fox, siendo presidente de México escuchó la pregunta de una niña:

-¿Qué sientes ser presidente? “Da ñañaras” fue la respuesta.

En la historia de México y del mundo, hay un sinfín de frases “celebres”, unas llenas de ingenio, de chispa, de conocimiento, de cinismo y muchas pletóricas de lo que llamamos simplemente demagogia.

Desde luego las nuevas generaciones desconocen aquella del ex presidente Luis Echeverría Álvarez, quien afirmó: “Ni nos perjudica, ni nos beneficia, sino todo lo contrario”. Cómo pasar por alto aquella del profesor Carlos Hank Gonzálezquien sin sonrojarse afirmó: “Un político pobre, es un pobre político”. Sí, lo decía el “humilde” maestro de escuelas rurales que se aprovechó de su paso por la política para luego desembocar en un  próspero empresario.

No podemos olvidar la que reflejaba perfectamente el conocimiento de cómo funcionaba la política a la mexicana que debería ser bien entendida por quienes aspiraban a algún cargo. Sabio de ello, Fidel Velázquez, el sempiterno líder de la CTM, advirtió: “El que se mueve no sale en la foto…”.

Otra que representó un monumento a la corrupción fue el lema de campaña de José López Portillo: “La Solución Somos Todos”, el mismo que con lágrimas en los ojos, durante su último informe de gobierno como presidente de la República, con la voz ahogada, se comprometió: “…defenderé el peso como un perro”. Aquel momento “sublime” de la República, quienes estaban en la Cámara de Diputados en San Lázaro ovacionaron al señor presidente.

Otras, ejemplo de cinismo puro. “La pobreza en México es un mito”, frase que salía de la boca del Secretario de Haciendo con Carlos SalinasPedro Aspe Armella, hoy próspero empresario.

Cómo no olvidar el “entusiasmo demagógico” del propio Salinas de Gortari, quien luego de la firma del Tratado de Libre Comercio festejó: “Compatriotas, México ya es un país del primer mundo…”.

Y sí, hay una mil  freses “celebres”, pero existen otras que ni son célebres, menos históricas, pero eso sí, huecas, demagógicas, desgastadas, retóricas. Declaraciones de quienes se comprometen a “trabajar por el país y por el bien de los mexicanos”. “¡Bravo!, !bravo!”. Habrá que imaginarse los gritos y las matracas de los aplaudidores acarreados.

En la XXI Asamblea Nacional del Partido Revolucionario Institucional, del sábado pasado, no podía de faltar el  ingrediente “rollero”.

“Entusiasta”, cuentan las crónicas periodistas, el Presidente Enrique Peña Nieto llamó a sus correligionarios del PRI: “Vamos a la batalla por el futuro que garantice oportunidades para todos los mexicanos…vamos a la batalla con la seguridad de que México gana cuando gana el PRI”y, otro momento de su discurso: “En unidad, el PRI es invencible”.

Y fue más allá cuando Peña Nieto parecía hablaba de sí mismo: “No es el apego a dogmas o doctrinas lo que define a un verdadero revolucionario, sino la capacidad de innovar y transformar la realidad”.

Sí, Peña Nieto sí se atrevió hablar de la corrupción e impunidad, como algo ajeno a él, cuando sin mencionar nombres y apellidos -de militantes del tricolor, desde luego-, reconoció que  “actuaron mal y dañaron la imagen del partido”, mientras todos comentaban la nota de portada de la revista Proceso: “Los sobornos de Odebrecht. Testimonios en Brasil involucran a Lozoya” y en la foto, Peña aplaudiendo a su recaudador de campaña y ex director general de Pemex.

Y en el chacaleo, o sea en las entrevistas banqueteras, días antes, el Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong: “Llega el PRI unido, llega un PRI con reformas importantes, con visón de futuro…”;“…todos son buenos candidatos, cualquiera puede ser un buen candidato…”.

Que no le cuenten…

Un día antes, luego de aprobar por unanimidad los acuerdos de la Mesa de Estatutos, donde los priístas decidieron abrir la puerta a los candidatos ciudadanos a la presidencia de la República en 2018 y crear la Comisión Anticorrupción, el vicecoordinador de los diputados priistas en la Cámara de Diputados, José Carlos Ramírez Marín nos regaló una verdadera joya, que usted lector póngale el denominador que considere. El yucateco afirmó: “El PRI es el partido de las responsabilidades, la inclusión y la legalidad”.

Pero bueno, después de todos estos discursos, no sé si ponerme a reír, a rezar o llorar y,la verdad,  hasta “ñañaras” me dan.

*Periodista | twitter: @M56454832 

 

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