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#Opinión Por: Por Mario A. Medina
La noche del 6 de julio de 1988, en la memoria de muchos aún está aquel momento, en que juntos, Rosario Ibarra de Piedra, Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano y Manuel J. Clouthier, afuera de la Secretaría de Gobernación, denunciaban el fraude electoral que llevó a Carlos Salinas de Gortari a la Presidencia de la República.
Nadie, antes por su cabeza se pudo haber imaginado aquella escena: Doña Rosario, postulada por el Partido Revolucionario de los Trabajadores (PRT) de filiación trotskista; Cuauhtémoc, candidato de varios partidos, entre otros, el Mexicano Socialista (PMS) y Clouthier, empresario, pero además hombre franco, abanderado de Acción Nacional.
Aquel frente se dio en el momento mismo en que los tres candidatos decidieron denunciar el gran fraude electoral que se había cometido. Luego habrían de lanzar la “Declaración por la democracia”, pero hasta ahí, no se avanzó más. Si acaso, diría Rosario Ibarra en una entrevista que años después le hizo Blanche Petrich en La Jornada: “Quedó un surco para sembrar bien las ideas de la democracia. Lástima que no siguió la lucha contra el fraude. Quedó mucha tristeza en el pueblo que yo vi, yo sentí. Una tristeza que he vuelto a ver en el fraude de 2006. Pero diferente. Ahora lo que hay es rabia contenida”.
Y sí, me ha tocado de ver en el Congreso de la Unión, en diferentes momentos, que izquierda y derecha pueden llegar a coincidir en temas importantes como el de la falta de democracia, pero es muy cierto que el PAN tiene más coincidencias, inclusive ideológicas, con el PRI.
Acción Nacional, no hay que olvidar, nació en enero de 1939, a iniciativa de uno de los famosos “Siete Sabios” de la Revolución Mexicana: Manuel Gómez Morín. Un gran personaje, sin lugar a dudas. También, es cierto, a instancia de intereses conservadores en contra del cardenismo.
Aquel momento, el del fraude electoral de 1988, que parecía iba a permitir que la izquierda y la derecha marcharan juntos, al menos por el esclarecimiento del resultado de la elección del 6 de julio, se vino abajo. Diego Fernández de Cevallos, “El Jefe Diego”, el de las “concerta-cesiones”, desde la tribuna parlamentaria de San Lázaro, mostró que Carlos Salinas había operado con éxito: “Nadie podría beneficiarse con escudriñar papeles (boletas electorales) que a nada dicen y menos significan. La bancada panista acepta que se destruyan esos míticos documentos…”.
Y sí, insisto, en varios momentos ha sido interesante y hasta increíble ver cómo la izquierda, particularmente el PRD y el PAN llegan a coincidir, pero no en temas torales, no en temas ideológicos.
En 2012, cuando parecía que ambos iban a caminar de la mano para impugnar el proceso electoral por la presunta compra y coacción del voto, alguna mano meció la cuna. Lo mismo ha ocurrido en otros temas donde al final cada uno toma su camino. Hoy, desde el PAN y el PRD se habla de impulsar un frente amplio.
Lo que es claro, este frente está siendo impulsado sólo por una parte de las dirigencias de ambos organismos políticos. Cuando se le pide opinión a la militancia, la de uno y la del otro, inmediatamente se oponen a esa posibilidad, mientras que otra parte de las dirigencias también muestran sus desacuerdos.
Dolores Padierna de la corriente de Izquierda Democrática Nacional (IDN): El PRD “no puede ir con el panismo, al que sólo le importan los negocios”. La senadora ha pedido “ser congruentes con la línea política de izquierda que tiene nuestro partido”. Roberto Gil Zuarth, ha argumentado en contra de dicho frente, por considerar “insensato” que el PAN no coloque al candidato presidencial para encabezar el frente “Somos el partido que está arriba en las preferencias electorales”, argumenta.
Esto es antes. No me quiero imaginar, a pesar de que se suscriba un acuerdo y de que se conforme un programa de gobierno, lo que podría pasar, incluso con un candidato que no fuera ni panista ni de las izquierdas. Y si es Margarita Zavala a cuyo esposo, el PRD, al día siguiente de la elección del 2006 lo desautorizó: “Calderón obtuvo la mayoría de manera ilegítima por medio de un fraude electoral” y durante los años de gobierno del panista, descalificó a su administración.
¿Y si el candidato es perredista? María Luisa Calderón ha dicho que el PRD es una partido “vacío”. Otros como el Senador Ernesto Cordero y el Coordinador panista en San Lázaro, Marko Cortés, han afirmado que quien está interesado en el frente es únicamente la dirigencia, es decir, el presidente nacional de su partido, Ricardo Anaya.
Se dice que en el siglo XIX, científicos pretendieron establecer si había una relación directa entre la forma y tamaño de la frente y la inteligencia de la persona. No encontraron nada, pero lo único que derivó de aquello fue la expresión, “no tener dos dedos de frente” para indicar que alguien realiza una serie de actos que denotan que se carece del más mínimo sentido común o inteligencia.
En el fondo no se puede descalificar al Frente Amplio Democrático, al Frente Amplio Opositor o al Frente Amplio, que desde ahí, parece hay diferencias, pero no alcanzo a ver, aparte de ganar, cuál es el sentido común del frente, que les permita gobernar sin diferencias ni confrontaciones.
Que no le cuenten…
¿El Frente es sólo para sacar al PRI a patadas?, como diría el demagogo de Vicente Fox o ¿para que Andrés Manuel López Obrador no llegue porque es un peligro?, ¿Para México? Sólo es pregunta.
*Periodista | twitter: @M56454832
