OAXPRESS: México tuvo una política exterior impecable

#Opinión Por:  Juan Pérez Audelo

A lo largo de su historia, México tuvo una política exterior impecable, reconocida en el mundo diplomático a nivel internacional. Todo ello en base a los principios básicos que la rigen, como la no intervención en los asuntos internos de otras naciones; la solución pacífica de las controversias; su política de rechazo a la proliferación de armas nucleares de destrucción masiva, etcétera., algunos condensados en la Doctrina Carranza, la Doctrina Estrada y otras más.

El reconocimiento mundial a la política exterior de México, se ha traducido en premios, como el Nobel de la Paz, que le fue concedido a Alfonso García Robles, en 1982; el reconocimiento a don Luis Padilla Nervo, firmante de la Carta de las Naciones Unidas y Juez de la Corte Internacional de Justicia de La Haya o a Gilberto Bosques, embajador en Francia durante la ocupación nazi, en donde salvó a miles de judíos de los campos de exterminio y el Holocausto.

Sin embargo, tenemos que reconocer que esa política exterior ha ido en franco deterioro. En momentos cruciales en que nuestra relación bilateral con los Estados Unidos está en grave riesgo, el gobierno muestra los síntomas propios de la ignorancia, la torpeza y la veleidad. El canciller Luis Videgaray, recientemente nombrado, reconoció públicamente, que poco o nada conoce de los principios básicos de la política exterior, al admitir que “va a aprender”.

Y a menos de una semana de su controvertida designación relevó de nuestra embajada de México en Washington, al diplomático oaxaqueño, Carlos Manuel Sada Solana, una decisión que más tarde que temprano mostrará sus efectos más perniciosos. En abono a nuestro paisano, pocos, muy pocos diplomáticos aún de carrera, han tenido el privilegio de estar como responsables de los consulados más importantes en Canadá y la Unión Americana: Toronto, San Antonio, Texas; Chicago, Nueva York y Los Ángeles California.

Sin pretender hacer apología o quemarle incienso a Sada, presumo que esa experiencia le hizo conocer a fondo la problemática de la comunidad hispana en la Unión Americana y consolidar el contacto con los mexicanos que suman millones allá. No había pues, en mi modesta opinión, un diplomático mejor calificado para enfrentar la arremetida del gobierno fascista y xenófobo, que se estrena el 20 de enero en ese país, que un conocedor de la realpolitik en dicho país. Sin embargo, se impusieron los compromisos, la banalidad y la superficialidad, que tanto daño le ha hecho al país, en este régimen. (JPA)