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Opinión por: Juan Pérez Audelo
Pasaron ya las comparecencias de los funcionarios de primer nivel de la actual administración, como parte de la Glosa del Primer Informe de Gobierno. Todos echaron de su ronco pecho. Por su parte, diputados y diputadas cuestionaron a su manera. La pasarela pareció en algunos casos, un verdadero desolladero. En otros, simple simulación. Y hubo casos, en que hasta comentarios melosos se dijeron.
La lectura es que cada uno cumplió o incumplió a su manera. El informe de salud, por ejemplo, fue muy preocupante. Un déficit por más de cinco mil millones de pesos no es poca cosa. Hay igualmente pasivos millonarios. En el pasado se lucró con la salud y la vida de los oaxaqueños. Se vaciaron las cuentas y se llenó de empleados la dependencia.
En el trasfondo de todo subyace una realidad: se pudo avanzar un poco más, sin embargo, los efectos de la naturaleza fueron factores determinantes. Hace falta mucho por hacer. La agenda pendiente es inherente a la lentitud con la que avanzamos. La responsabilidad ya no es de la mala gestión o el saqueo del pasado, sino la medianía o incapacidad del presente.
A estas alturas, los funcionarios del gabinete legal o ampliado, deben haber superado la famosa “curva de aprendizaje”. Ya no caben los yerros y novatadas. Los servidores públicos foráneos, ésos que nunca han vivido en Oaxaca o que sólo conocen nuestra idiosincrasia de oídas o de anécdotas, deben entender que nuestro universo es diferente.
Oaxaca es un estado rico en muchos rubros: cultura, tradición, recursos naturales, talento, creatividad, etc., pero también es de contrastes: inequidad, desequilibrios sociales y pobreza ancestral. A lo largo de la historia hemos aportado mucho. Este país no se puede concebir sin las grandes aportaciones de nuestros héroes locales.
Pero tal parece que no nos percatamos de ello. Alguien de fuera tiene que venir a decirlo. ¿Cómo entender el arte pictórico contemporáneo sin la aportación de Rufino Tamayo, Francisco Toledo, Rodolfo Morales y toda una generación de talentos, que de mencionar a unos y omitir a otros, podría ser una torpeza imperdonable?
La semana pasada, el magno concierto de más de mil doscientos músicos, niños y adolescentes de ambos sexos, nos ubican como un pueblo con la mayor riqueza a la que puede aspirar un pueblo: la grandeza de su gente. Oaxaca pues, requiere de un gran pacto ciudadano, porque superar el atraso, la pobreza, el rezago, no sólo es competencia del gobierno y de los funcionarios del gabinete legal o ampliado; tampoco de los y las diputadas, sino de todos. (JPA)
