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Jóvenes egresados: una esperanza hacia el futuro

Edwin García/IGAVEC

Huajuapan de León, Oax.-  Con la generación que llevaría el nombre de Gabino Cué Monteagudo, cientos de jóvenes del Colegio de Bachilleres de Estado de Oaxaca (Cobao) Plantel 08, se despidieron de aquellos salones que albergaron risas, enojos, tristezas y muchas emociones, y que hoy se concretan con aspirar a algo más, sin pensar los retos a los cuales se enfrentan por las escasas oportunidades al ingresar a la universidad, al ser de paga y exigir un nivel excelencia en su educación.

El nombre de la generación, que llevaría el nombre del ejecutivo, fue retirada días a tras ante la inconformidad de los alumnos por los hechos de violencia suscitados en Asunción Nochixtlán y diferentes partes del Estado.

Un traje nuevo, confeccionado con colores que los inclinan hacia una vida profesional de mucho fruto, los alumnos de Cobao dejan atrás la niñez y juventud, para llegar a la adolescencia que desde la niñez se empaña por problemas como lo son la drogadicción, el alcoholismo, pandillerismo, que se originan por la desintegración familiar y la falta de políticas públicas para incentivarlos.

Marely Aguirre Tobon, ex alumna del Cobao 08 Huajuapan, fue la encargada de despedir a sus compañeros y aquellos jóvenes que durante tres años estuvieron conviviendo y compartiendo los conocimientos gracias al empeño y esmero de sus maestros, siendo testigos la diputada federal Yaret Adriana Guevara Jiménez y Martín Aguirre Ramírez, presidente electo de Huajuapan y docente de esta institución, quienes recordaron los hechos que marcaron su vida.

Para la oradora, el éxito y los sueños se logran gracias al empeño y esmero con el que se entregan a los estudios pese a la falta de recursos, los problemas familiares, y sobre todo los problemas que afectan a la sociedad. “Hoy a mis compañeros y amigos, no les digo adiós sino un hasta pronto, yo sé que en la vida adulta nos vamos a encontrar porque la vida es corta y el mundo es pequeño, y cuando seamos grandes nos volveremos a topar”, dijo Aguirre Tobon.

Con la cara incierta de no saber cuál será su futuro, o bien, si elegirán bien a la institución en donde estudiar, cientos de jóvenes dejan las aulas y buscarán nuevos espacios, algunos cuantos se irán a costosas universidades a Puebla, la capital del estado, o bien a la ciudad de México, y otros más se verán a la necesidad de trabajar, e integrarse a las filas más del desempleo y marginación orillados hacia los escasos apoyos que hay hacia este sector.

Pese a todo lo anterior, todos los problemas y retos a enfrentar una vez dejando el bachillerato, no lo supera este acto de emoción en donde muchos dejan al amigo, compañero y hermano, que los estuvo escuchando en las buenas y en las malas, y que también los hizo reflexionar sobre el camino que estaban tomando hacia las drogas y el alcohol.

¿Qué pasará con estos jóvenes? ¿Sus padres se encargarán de ellos? La respuesta está al aire, así como si caerá sol o águila como cuando lanzas la moneda; estos jóvenes se integran a una vida escasa de esperanzas y oportunidades debido a la sobre demanda que existen en todos los sectores, y en dónde; este es el mundo real en donde los sueños se mueren por la falta de oportunidades.

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