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COMUNICADO/
Muy buenos días a todos quienes nos escuchan.
Hoy quisiera tocar un tema en verdad trascendente para nuestra vida familiar y colectiva.
Se trata de la iniciativa de ley que el presidente Enrique Peña Nieto envió recientemente al Congreso de la Unión, con un conjunto de reformas –incluso constitucionales– que norman aspectos de la justicia, distintos a la materia penal, pero que vivimos o sufrimos todos los días, por eso su denominación sintética de justicia cotidiana.
¿Quién no se ha visto en la necesidad de resolver una controversia familiar o entre vecinos, de formalizar la propiedad de su patrimonio, de atender un conflicto mercantil, de obtener una justa solución a un problema laboral, desahogar un pleito civil o en alguna otra instancia administrativa, siempre con dificultades?
¿Quién no ha enfrentado la maraña de procedimientos burocráticos y los largos lapsos de espera para obtener una respuesta, debido a las complejidades del sistema judicial cuando el sistema de impartición de justicia da el mismo trato a las demandas civiles sencillas que a los asuntos penales? Vamos, no diferencia una de los otros.
Para darnos una idea de la relevancia que tiene la justicia cotidiana, pensemos en que los asuntos descritos constituyen casi el 90 por ciento de las controversias presentadas ante los poderes judiciales de nuestro país, incluyendo los miles de procedimientos ante las juntas y tribunales laborales y administrativos.
Ahora, gracias a esta propuesta de reforma de la justicia cotidiana, todos esos asuntos deberán tener instancias de justicia ágil y transparente en todo el país, con mecanismos más cercanos a la negociación y la conciliación, con el ahorro que esto conlleva para quienes carecen de los recursos necesarios para enfrentar largos procesos que requieren asesoría legal que cuesta.
Entonces, de esta manera se está atendiendo un justo reclamo de los trabajadores, los vecinos, los padres de familia, quienes ya no enfrentarán más la frustración de ver que un asunto que debería resolverse en un día se dilata meses o se queda sin resolver, y más cuando no se cuenta con recursos económicos.
Debemos pensar que el camino de la justicia cotidiana no tiene por qué ser tortuoso cuando puede haber soluciones sencillas y prácticas en un sistema justo y parejo para todos en el marco de la ley.
Por eso el PRI apoya plenamente esta reforma que significa un paso necesario para complementar las reformas transformadoras aprobadas en estos últimos años.
La justicia cotidiana asegura que sigan pasando cosas buenas para mejorar la calidad de vida de la población. Eso es lo que nos anima, por ahí debemos trabajar.
Muchas gracias.
