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**Exponen trabajo de John Paddock sobre una investigación arqueológica en la región
IGAVEC
Huajuapan de León, Oax.- Con la presentación de “El estilo Ñuiñe y su identificación por John Paddock”, la cual es una investigación exhausta sobre todo lo que rodea a la cultura de la mixteca baja, con lo que se determinó que la región tiene un estilo cultural propio; se llevó a cabo la clausura de actividades del Museo Regional de Huajuapan (MUREH).
En este sentido, el doctor Michael Swanton explicó que el trabajo del arqueólogo Paddock identificó en la Mixteca Baja, vestigios con influencias culturales que no eran ni completamente teotihuacanos ni zapotecas cuando Monte Albán estaba en pleno auge.
Señaló que antes se creía que habían replicado o reproducido la influencia cultural de estos dos centros de poder, entre los años 400 y 800 después de Cristo, sin embargo, el arqueólogo detectó que había rasgos diferentes, lo que significa que en la Mixteca hubo un desarrollo cultural que no simplemente se dedicó a copiar sino que tuvo su propio desarrollo.
“Lo que conocemos es que había un estilo arqueológico, una forma de plasmar la escritura, de hacer la cerámica, de manifestar o expresar los glifos, eran muy influenciados por los zapotecos, pero tiene características propias”, indicó.
Por su parte, el maestro Demián Ortiz Maciel, dijo que lo que pasó en la región es que había dos asentamientos grandes, uno en el Cerro de las Minas en Huajuapan de León y una serie de sitios en la población de San Pedro y San Pablo Tequixtepec, además de pinturas rupestres de Tepelmeme, aunque ese estilo se extendió hasta Guerrero y la región de la Cañada.
“Fue el arqueólogo de origen estadunidense, John Paddock quien con su mirada aguda y su detallado conocimiento del pasado de Oaxaca comenzó a detectar ciertas peculiaridades en antiguas piedras labradas y objetos de cerámica provenientes de la Mixteca Baja que le llevaron a plantear en 1965, una hipótesis alternativa”, subrayó.
Asimismo, Ortiz Maciel manifestó que si bien estos objetos tenían influencia teotihuacana y zapoteca, también presentaban rasgos estéticos y simbólicos que no correspondían a estas culturas, y Paddock supuso que se trataba de un desarrollo estilístico propio de la región al que decidió denominar Ñuiñe, empleando el término que, según su interpretación, era el adecuado para designar en lengua mixteca a la “tierra caliente”, uno de los nombres locales para la Mixteca.
En su participación, Manuel Barragán Rojas, presidente del patronato del MUREH, agradeció la participación de los ponentes antes mencionados así como la colaboración que se ha establecido con las organizaciones de la Fundación Alfredo Harp Helú así como con la biblioteca Juan de Córdoba, esto en el marco de la clausura de la celebración del XX Aniversario del Museo.
