Igavec Noticias Noticias Oaxaca
#Opinión Alfredo Martínez de Aguilar
Si al iniciar su gobierno en dos meses más, Alejandro Murat no arranca con el combate a la corrupción y mete a la cárcel a dos o tres de los grandes pillos del gobierno de Gabino Cué, condenará al más rotundo fracaso su ambiciosa meta de hacer realidad El Milagro Oaxaqueño.
Será la mayor y mejor manera de legitimar su ejercicio del poder consolidando la fortaleza de su legitimidad de origen, pues ésta último es sólo el principio de la legalidad al ser electo por el voto ciudadano, pero que requiere de su obligada convalidación al asumir el poder.
La medida del éxito o fracaso de su esperanzadora administración, ahora sí de cambio, será pues el permanente combate a la corrupción. Para lograrlo tiene a su favor llegar al gobierno con un enorme bono democrático, representado por el triunfo indiscutible por más de 128 mil votos.
También tiene a su favor el gran bono demográfico de su juventud, caracterizada por la madurez del trabajo con resultados a nivel estatal y federal. Alejandro Murat, político inteligente y preparado académicamente a nivel internacional, no tiene derecho a fallar a los oaxaqueños.
El juicio de la historia será implacable con él, sino gobierna con visión y sensibilidad de estadista, como lo reclama Oaxaca y México todo. Si lo hace será la plataforma que lo catapulte a mayores responsabilidades nacionales a mediano plazo, previa aduana secretarial.
Así lo sentenciamos al presentar el libro ‘La Reinvención de la Política’ de Marcelino Miranda Añorve, cuatro días antes que, con el mayor cinismo del mundo Germán Tenorio Vasconcelos mentara la madre a los oaxaqueños con su lujosa motocicleta BMW en viaje a Chicago.
El controvertido ex secretario de Salud presumió en redes sociales la adquisición de su nuevo vehículo millonario. Sin el mínimo escrúpulo, no le importa insultar la dignidad de millones de oaxaqueños hundidos en la miseria y la marginación, por el saqueo de los funcionarios.
Imbuidos del espíritu nacionalista, patriota, no patriotero de las Fiestas Patrias, el homenaje a la Bandera Nacional hace renacer la perenne esperanza por cambiar el estado de cosas actual con justicia social, desarrollo, progreso, paz y dignidad. La esperanza es lo que muere al último.
Durante su gestión como secretario de salud en el estado, Tenorio Vasconcelos adquirió un avión privado en el 2014, tipo Cessna Aircraft con matrícula XB-LKO y número de serie 340-0230, presuntamente comprado a la Inmobiliaria Tenorio SA de CV y cuyo costo ascendió a 3.5 millones de pesos.
No se sabía ni se ha desvelado públicamente que el avión que compró el ex secretario de Salud y director de los Servicios de Salud del Estado de Oaxaca (SSO) era propiedad inicialmente del monopolista de la venta de medicamentos al Seguro Popular, Juan José Álvarez Candiani.
El magnate de la venta de medicamentos similares haciéndolos pasar por medicinas de patente al cambiar los empaques en una imprenta establecida en la ciudad de Puebla, es primo político del no menos corruptazo ex director del Seguro Popular, Salvador Monroy Rodríguez.
Ante los graves y escandalosos casos de corrupción y malversación de recursos, «El Doctor Muerte», -como le motejó Rebeca Romero, directora del portal ADNsureste-, renunció al cargo. Ante ello, la Secretaría de la Contraloría y Transparencia lo inhabilitó por 13 años, de responsabilidades administrativas, pero le dejó disfrutar su riqueza mal habida.
El martes 30 de agosto escribimos: La única opción que queda al presidente Enrique Peña Nieto para mejorar su pésima imagen ante el pueblo de México es combatir, ahora sí, de manera eficaz, eficiente y efectiva, la escandalosa corrupción que tanto ha dañado a su gobierno y al país todo.
Esta decisión reviste singular trascendencia a la luz de la perversa maniobra legaloide de simplemente inhabilitar a los funcionarios corruptos, a efecto de garantizarles total impunidad y que disfruten sin ningún problema su riqueza mal habida.
Recientemente, la Secretaría de la Contraloría y Transparencia Gubernamental del Gobierno de Oaxaca confirmó 142 casos de inhabilitación durante la administración del gobernador Gabino Cué Monteagudo y 5, 629 funcionarios sancionados.
La simple inhabilitación, sin obligar a los servidores públicos involucrados en acciones de corrupción a devolver los recursos públicos robados, es una sanción muy cómoda para ayudar y proteger a los familiares, amigos, compadres y seguramente socios.
Uno de los casos más sonados es la inhabilitación por trece años que la Contraloría impuso a Germán Tenorio Vasconcelos, ex secretario y Director General de los Servicios de Salud de Oaxaca. El ex cercano colaborador del gobernador Gabino Cué, no podrá desempeñar empleo, cargo o comisión al servicio del Estado o Municipios.
Y usted cree, querido lector, que al médico Germán de Jesús Tenorio Vasconcelos realmente importa que no podrá desempeñar empleo, cargo o comisión al servicio del Estado o Municipios, cuando lo puede hacer en el gobierno federal.
Son de risa loca este tipo de perversas maniobras legaloides para garantizar total impunidad a los funcionarios corruptos. Recuerde que por sus actos de corrupción en la Secretaría de Gobernación con Diódoro Carrasco en la compra de doce aviones y compras sin licitación, fueron inhabilitados varios funcionarios que se refugiaron en el gobierno de Gabino Cué.
Los casos más conocido son los de Jorge Enrique Castillo Díaz, ex jefe de la Oficina de la Gubernatura y ex representante del Gobierno de Oaxaca en el DF, así como el de Gerardo Cajiga Estrada, ex secretario de Finanzas con Gabino Cué.
Asimismo, la Dirección de Responsabilidades y Situación Patrimonial, inició cuatro nuevos procedimientos de responsabilidad administrativa disciplinaria contra Tenorio, en la que se le atribuye un probable daño al erario federal por un monto aproximado de 87 millones de pesos, así como de otras faltas administrativas en el ejercicio de su cargo.
De ahí, que uno de los mayores servicios que puede prestar a la República en general y de manera particular al presidente Enrique Peña Nieto, Alejandro Murat Hinojosa es que, después de tomar posesión, una de sus primeras acciones sea meter a la cárcel a dos o tres grandes rateros del gobierno anterior.
