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#Opinión Por: Alfredo Martínez de Aguilar
Controvertido por irreverente y polémico como todos los oaxaqueños contestatarios, Jorge Luis Círigo Vásquez, es respetado y reconocido por muchos y odiado y criticado por muchos otros. Es humanamente honesto, inteligente e inquieto. Siendo gobernador Eliseo Mendoza Berrueto fue diputado local en el estado de Coahuila. Sabe muy bien que nadie es profeta en su tierra.
Hace muchos años nos hicimos amigos leales, gracias a una confrontación político-ideológica. Aclaramos paradas con honor. Coincidimos en luchar por la justicia y contra las arbitrariedades.
Nos une el doloroso recuerdo de la represión y el amargo sabor del exilio de la tierra que nos vio nacer. Gracias a Dios, como reza un principio de psicología, solo se crece en el dolor.
Es un investigador de la medicina tradicional al que sus amigos e integrantes del Concejo Ciudadano de Formación y Cultura Autogestiva llaman ‘doctor’. Para mí es un chamán urbano.
Canalizó la tradición familiar en la lucha armada por cambiar el estado de cosas en México y por el trabajo comunitario, con base en la educación y producción inicial de autoconsumo.
A diferencia de los mercenarios que utilizan a los pobres para enriquecerse está convencido que solo se es verdaderamente libre a través de la luz del conocimiento y el estómago satisfecho.
Es humanamente congruente entre lo que piensa, dice y hace. Desde el Centro Cultural “Las Máscaras”, en Las Salinas, en Viguera, impulsa la educación y la producción alimentaria.
A la fecha ha escrito tres interesantes libros, “Expresiones culturales en Oaxaca, curaciones prácticas y elementos”, “El Temazcal, un encuentro afortunado en mis demonios y dioses”.
Como parte del Oaxaca Intercultural Programa de Fortalecimiento para el Desarrollo Cultural del Estado de Oaxaca la tarde del jueves presentó su nuevo libro “El arte de la salud zapoteca”.
Definitivo ha sido el apoyo de su esposa, Bárbara García Chávez, heredera del talento de su padre Miguel Ángel García Domínguez, ministro de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
El propósito fundamental del libro del también director general de Canal de TV Gente Libre, es difundir el conocimiento ancestral del cuidado de la salud en los pueblos originarios de Oaxaca.
La acuciosa investigación aborda aspectos teóricos y prácticos de la sabia cosmovisión indígena de los pueblos zapotecas de las regiones de Valles Centrales y de la Sierra Norte de Oaxaca.
El libro refiere las experiencias sobre costumbres medicinales como la herbolaria, la lectura del huevo, cera y maíz, inducción del sueño, interpretación de la pulsación y el temazcal.
“Cuando llegué a Zimatlán conocí a una mujer de aproximadamente 88 años de edad, una curandera que en un principio se sintió insegura ante mi quehacer como investigador y que tras esa desconfianza llamó a un gran grupo de mujeres para que le apoyaran a interrogarme y así plantear si existía un problema por casos de brujería.
Después de convencerla que mis intenciones eran las del simple conocimiento, se aseguró de darme una limpia que incluía la lectura de cera y una terapia oral, y cuya consulta terapéutica me dejó totalmente impactado”, relató emocionado de su primera visita que realizó como inicio de la investigación.
“Son mujeres que saben lo que hacen verdaderamente, enfatizó, mujeres que realizan un diagnóstico preciso y que lograrían sorprender a los profesionales de la medicina alópata”, argumentó durante su platica vivencial en compañía del investigador José Francisco Ruiz Cervantes y la actriz Ángeles Cruz.
Con el propósito de difundir el conocimiento ancestral del cuidado de la salud en los pueblos originarios de Oaxaca a través del texto “El arte de la salud zapoteca”, la cineasta oaxaqueña Ángeles Cruz presentadora del libro, subrayó:
“Este libro me llevó a un viaje en el tiempo y en la memoria, la narrativa me llevó de la mano por la historia de dos culturas, sus características, sus encontronazos y su fusión desde la perspectiva de la medicina. Una prosa sencilla que desmenuza la cosmovisión de la cultura indígena en la que lo sagrado y los profano se encuentran. Un mundo en el que los dioses y las fuerzas de la naturaleza juegan un papel imprescindible en la vida y en el concepto de la enfermedad y curación”.
La ganadora del premio del Concurso Nacional de Proyectos de Cortometraje del IMCINE dijo haberse sentido identificada con los relatos que la sumergen en su niñez, además de relacionar las prácticas curativas que se pueden identificar en varias de sus películas como “La tirisia o cómo curar la tristeza”, “Espiral” en la que abunda el tema de la migración y “Cenizas eternas” que muestra la relación entre la madre, la hija y la muerte.
Por su parte, el investigador José Francisco Ruiz Cervantes, dijo que esta obra es una consulta indispensable para los interesados en el tema de la salud en los pueblos indígenas. Una aportación para no perder la sabiduría y la riqueza de seres humanos practicantes de estas tradiciones y costumbres alrededor de la medicina ancestral.
El historiador y director del Instituto de Investigaciones en Humanidad de la UABJO planteó que la medicina ancestral y las terapias curativas zapotecas, son parte de la historia de la identidad de Oaxaca, ya que constituyen las tradiciones y rituales que no deberían ser menospreciadas sólo por la falta de asimilación por parte de médicos y científicos profesionales.
Jorge Luis finalizó con un relato sobre su experiencia en la Sierra Juárez en relación a la ofrenda para el Chaneque del río de la comunidad, un ritual que consistió en sumergir su cuerpo desnudo en agua fría para después asegurar el sentir de la fortaleza y el rejuvenecimiento de su cuerpo y alma.
“Aprendamos a escuchar y a respetar sus formas de vida. Tenemos que empezar con ellos a construir mejores cosas y no a despreciarlos y a pisotearlos, son mujeres y hombres sabios que naturalmente son parte del mundo y que muchas veces por ser egoístas no nos detenemos a conocer y a apoyar las creencias que nos constituyen como oaxaqueños”.
@efektoaguila
