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Opinión por Alfredo Martínez de Aguilar
* De ninguna manera se trata de echar al vuelo las campanas, por el contrario, es indispensable mantener una intensa y permanente coordinación entre los tres órdenes de gobierno, para redoblar esfuerzos, fortalecer y consolidar el control del COVID-19.
* De incurrir en el grave error de bajar la guardia, los titulares de los tres órdenes de gobierno federal, estatal y municipales o bien, permitir que lo hagan los responsables del Sistema Nacional y Estatal de Salud, tendrían que pagar un alto costo político.
(A Jesús Olmedo del portal de noticias Reflexión en Línea y José Leyva de la Agencia RTS, agredidos por la Policía Municipal de Santa Lucía del Camino, mientras cubrían la información de una protesta vecinal contra el alcalde Dante Montaño Montero. ¡Exigimos justicia y que no quede impune esta nueva agresión contra periodistas!
En medio de las muchas malas noticias por la danza macabra de miles de muertos y enfermos por el nuevo coronavirus SARS-COV2-COVID19, más los que se acumulen, y la militarización del país, es de celebrar la buena noticia de su control en Oaxaca.
El mensajero fue el propio Gobernador Alejandro Murat Hinojosa, quien dio a conocer la buena noticia a nivel nacional, durante la conferencia mañanera de ayer, tras reunirse con el Presidente Andrés Manuel López Obrador en Palacio Nacional un día antes.
De ninguna manera se trata de echar al vuelo las campanas, por el contrario, es indispensable mantener una intensa y permanente coordinación entre los tres órdenes de gobierno, para redoblar esfuerzos, fortalecer y consolidar el control del COVID-19.
Obligado es llamar la atención de las autoridades federales, estatales y municipales, especialmente las del sector salud, a fin de evitar caer en el triunfalismo, por soberbia o, peor aún, por irresponsable negligencia u omisión. Sería muy grave.
Especialmente, sobre todo, porque en las benditas redes sociales ha trascendido la saturación de algunos hospitales reconvertidos, para atender a pacientes contagiados del virus del SARS-COV2-COVID-19, algunos de los cuales han sido rechazados.
Ello obliga a que el Secretario de Salud y titular de los Servicios de Salud de Oaxaca, Donato Casas Escamilla, relea la cartilla a los mandos superiores y mandos medios del sector salud, particularmente, a los directivos de las clínicas y hospitales.
Bajo ningún concepto y menos bajo ningún pretexto, el servidor público en cuestión debe permitir que sus colaboradores echen a perder el positivo trabajo que hasta ahora se ha realizado en las diversas jurisdicciones sanitarias establecidas en el Estado.
De incurrir en el grave error de bajar la guardia, los titulares de los tres órdenes de gobierno federal, estatal y municipales o bien, permitir que lo hagan los responsables del Sistema Nacional y Estatal de Salud, tendrían que pagar un alto costo político.
La paralización de las actividades productivas y el consecuente agravamiento de la crisis económica por el creciente desempleo ha traído como consecuencia la falta de ingresos que repercute en la economía familiar, especialmente en la alimentación
El horno no está para bollos, dada la creciente tensión social, nada ajena a los propios trabajadores de las instituciones del sector salud, por falta de equipo de protección preventiva, insumos y material, que tienen que comprar con sus propios recursos.
Ciertamente, los gobiernos, federal, estatal y municipales deben tener mucho cuidado al comprometerse a regresar paulatinamente a la nueva normalidad, porque hay diversos factores que juegan las contras en el control de los contagios del COVID-19.
Para no ir muy lejos por un ejemplo, claro y concreto, ahí está el caso de las organizaciones de vendedores ambulantes, como el que dirige Carmen Luján, quien en abierto reto desafía las medidas preventivas sanitarias vigentes.
Nada extraño ni nuevo en la capital oaxaqueña, en la que desde hace cerca de medio siglo numerosas organizaciones sociales, como las de los vendedores ambulantes, se convirtieron en poderosos grupos de presión política y chantaje económico,
Lamentable y dolorosamente, ha ocurrido así a ciencia y paciencia de las autoridades federales y, sobre todo, estatales y municipales, al ser fomentada su creación y financiamiento desde el PRI-gobierno a lo largo de los años.
Inicialmente, fueron los grupos de choque priistas para enfrentar a la oposición, pero al “chaquetear” muchos de sus dirigentes con la mayor experiencia en el activismo en los diversos sectores sociales y productivos, replicaron el esquema en otros partidos.
Ello ha ocurrido fundamentalmente en los partidos de izquierda, preponderantemente en el pasado reciente en el menguado Partido de la Revolución Democrática (PRD) y actualmente en el Movimiento de Regeneración Nacional (Morena)
Cómo ignorar que personajes siniestros como Ángel Benjamín Robles Montoya, Salomón Jara Cruz y Flavio y Horacio Sosa Villavicencio, han creado diversas organizaciones sociales, algunas radicales, que operan como grupos de golpeadores.
El control de los contagios del COVID19 en el Estado de Oaxaca, no es del todo obra exclusivamente de las estrategias y medidas sanitarias dictadas por el y Comité de Emergencia del gobierno del Presidente Andrés Manuel López Obrador.
En el caso de la Gran Señora del Sur ha jugado un papel definitivo y definitorio, además de la decisión del Gobernador Alejandro Murat Hinojosa el ejercicio del poder de los Municipios Indígenas con plena autonomía, conciencia y responsabilidad.
La actuación de algunas autoridades municipales no ha estado exenta, desde luego, de incurrir en abusos y excesos al imponer medidas sanitarias preventivas verdaderamente draconianas, como el toque de queda y no permitir entrar ni salir a nadie.
