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#Opinión Por:Alfredo Martínez de Aguilar
El inicio del proceso electoral federal para elegir presidente de la República y renovar el Congreso de la Unión en 67 días más, el próximo 8 de septiembre, encierra enormes sorpresas.
Desde ya podemos observar el intercambio, primero, del bombardeo aéreo, a través de la guerra de papel, mediáticamente, sobre todo, los disparos de mensajes y ‘memes’ en las redes sociales
Al paso de los días arreciará la guerra a muerte, política y hasta física, especialmente, por las senadurías y más aún por los escaños plurinominales de la lista nacional y de primera minoría.
En el ejercicio de creación de escenarios políticos futuros, varias de las ‘aspirinas’ quedarán fuera de los escaños, particularmente quienes ensoberbezcan y caigan en la provocación.
Como resultado de la obligación legal de respetar la paridad en todos los partidos, la senaduría de representación proporcional seguramente será para una veterana lideresa campesina.
Un factor indispensable que será el ‘fiel de la balanza’ en las próximas postulaciones de las candidaturas a diputados federales y senadores, será la lealtad con el PRI y el grupo en el poder.
Hoy, más que nunca, además, el presidente Enrique Peña Nieto, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa y la dirigencia nacional y estatal del PRI, tienen que ser sumamente escrupulosos.
Requieren coincidir en historias de vida con perfiles políticos exitosos que garanticen el triunfo del PRI. Si gana la presidencia, pero pierde la mayoría en el Congreso federal, no podrá gobernar el país.
Y un gran problema en todos los partidos políticos, claro que en menor medida en el Revolucionario Institucional, es la grave crisis de liderazgos y, por tanto, de candidatos ganadores.
En este sentido, mucho jugará a favor de la postulación a la senaduría de un alto funcionario federal de origen oaxaqueño contribuir de manera definitiva a ganar en el Estado de México.
Si las futuras nominaciones de candidatos a las diputaciones federales de mayoría relativa llamarán la atención, más lo harán las plurinominales por la Circunscripción 3, que incluye a los estados de Campeche, Chiapas, Oaxaca, Quintana Roo, Tabasco, Veracruz y Yucatán.
Sirva mencionar el caso del controvertido Alejandro Avilés Álvarez como ejemplo concreto de quien, enloquecido por la soberbia, perdió la dimensión de la realidad y quiso tirar al gobernador.
El polémico ex presidente de la Junta de Coordinación Política de la LXII Legislatura local del Congreso del Estado y ex dirigente estatal del PRI, tiene bien ganada fama de corrupto.
Ahí están en su negro historial las denuncias interpuestas ante la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos Electorales (FEPADE) por la venta de candidaturas al frente del PRI.
No obstante, ser sumamente vulnerable por la venta de candidaturas a alcaldías en un millón de pesos y diputaciones locales en tres millones de pesos, se dedicó a intrigar al Ejecutivo estatal.
Desde la Secretaría General de Gobierno, Alejandro Avilés Álvarez olvidó muy pronto el desvío multimillonario de los recursos del Congreso del Estado en complicidad con el PAN y el PRD.
En lugar de fortalecer la gobernabilidad y gobernanza en Oaxaca, como responsable de la política interior del Estado, se dedicó a echar gasolina al fuego de los conflictos políticos.
Lo sigue haciendo, luego de llegar al extremo de no tomar las llamadas al gobernador Alejandro Murat, a quien no dejaba de referirse a él como el “chamaco” con todo aquel que quería oírle.
Plenamente informado de la actitud abiertamente desleal de Alejandro Avilés Álvarez, hábilmente el mandatario estatal lo dejó correr hasta que terminó enredado en su propia pita.
Al igual que otros de los integrantes del gabinete legal y ampliado, que han malentendido la amistad y confianza, el ex secretario general de Gobierno olvidó quién y cómo es, realmente, Alejandro Murat. Sabe gobernar.
Dolido con el gobernante oaxaqueño, Avilés Álvarez sigue echando gasolina al fuego de los conflictos en Oaxaca, especialmente en la Universidad Autónoma Benito Juárez (UABJO).
Por su negro historial delincuencial, de ‘cuello blanco’, pero finalmente hamponezco, no es nada descartable que el asesinato del ex guarura de Avilés se trate, en realidad, de una ejecución.
Esta hipótesis, se fortalecería, de confirmarse que la constructora a la que robaron 750 mil pesos en el sangriento asalto en Bancomer, es propiedad del ex secretario general de Gobierno.
Porque lo que es ya por demás evidente, público y notorio, es que el asesinado en el asalto Miguel Napoleón Rodríguez Canales era una persona íntimamente ligado a Avilés Álvarez.
Mientras este último se desempeñó como secretario general de Gobierno el ex guarura muerto, fue responsable de la seguridad del complejo gubernamental de Ciudad Administrativa.
A los sabuesos de Antonio Yglesias en la Agencia Estatal de Investigaciones (AEI), seguramente, han llamado poderosamente la atención algunos detalles, por ejemplo, los lujosos zapatos del muerto.
Los investigadores del caso deben estimar que los zapatos de marca del ex guarura de Avilés cuestan en el mercado alrededor de 7,500 pesos y preguntarse, cuánto ganaba para poder darse el lujo de vestir y calzar de marca.
El ex coordinador de la diputación priista y presidente de la JUCOPO, ex dirigente estatal del PRI, tiene bien ganada fama pública de ser generoso con sus cómplices, pero mezquino con los demás y menos todavía de cumplir su palabra de pagar deudas.
Si el ex guarura de Alejandro Avilés muerto o ejecutado ya no laboraba como jefe de Seguridad del complejo gubernamental de Ciudad Administrativa en qué negocios sucios o limpios estaba metido para poder comprarse zapatos caros, poco comunes entre los guaruras.
Yen el mundo de las posibilidades, de estar involucrado en negocios sucios qué sabía o a quién estorbaba o cuál fue la razón para ejecutarle y callar para siempre al ex guarura Miguel Napoleón Rodríguez Canales.
No se trata de ser experto criminalista para deducir, por el modus operandi, que bien pudo tratarse de una típica ejecución con un certero balazo a la cabeza, disparado por un experto en el manejo de armas de fuego.
A los investigadores del caso llama, también, poderosamente la atención seguramente la mecánica del sangriento asalto frente a Bancomer de Periférico, ya que los asaltantes actuaron con toda precisión.
Conocido por anteriores ‘autorobos’ ampliamente en su expediente personal, de confirmarse que la constructora, cuyos trabajadores fueron asaltados, se fortalecerían estas hipótesis y las investigaciones darían un giro radical.
Otro detalle más que, seguramente, llama poderosamente la atención de los investigadores del caso, es que los cinco integrantes de la banda de asaltantes detenidos, son dirigidos por un veracruzano y curiosamente Alejandro Avilés es de Veracruz. ¿Será simple coincidencia?
@efektoaguila
