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CRÓNICA POLÍTICA: Zaachila, que entre el Ejército Mexicano

#Opinión Por:Rosy RAMALES

 

A tan solo quince minutos de la capital oaxaqueña, en el municipio prácticamente conurbado de la Villa de Zaachila, existe una agencia municipal de reciente creación denominada Vicente Guerrero, en cuyas inmediaciones se ubica un enorme basurero municipal, que más bien, según dicen, se asienta en la parte alta de la colonia Guillermo González Guardado.

Está y la Vicente Guerrero fueron fundadas como colonias por gente de izquierda, concretamente de la Unión Campesina Democrática (UCD), organización afín del PRD, en los tiempos del liderazgo de Salomón Jara Cruz, hoy Comisionado Nacional de Morena. En aquél tiempo –tal vez 20 años–, un día llegó la gente e invadió tierras e instaló inicialmente un cinturón de miseria.

Y, hoy, al parecer ya no lo es, aún cuando la imagen de ambos asentamientos sea de pobreza. En la zona algún tesoro debe existir donde se ha convertido en tierra sin ley, donde a plena luz del día ocurren enfrentamientos hasta con armas de fuego entre habitantes de la agencia Vicente Guerrero y la organización denominada Frente Popular “14 de Junio”, liderada por Francisco Martínez Sánchez.

“Don Panchito”, como es mejor conocido, inició su carrera como “líder social” durante los aciagos días del 2006 cuando el conflicto magisterial se convirtió en una masa amorfa (donde hasta priistas participaron) en contra del entonces gobernador Ulises Ruiz Ortiz. Tenía la encomienda de cuidar barricadas, dirigir comandos contra los policías y sentarse a negociar con el gobierno.

Martínez Sánchez fue integrante fundador de la belicosa organización Frente Popular Revolucionario (FPR), de la cual después se escindió y formó su Frente Popular “14 de Junio”. Su violento actuar lo ha llevado en dos ocasiones a la cárcel, y ha salido libre aparentemente por la presión basada en bloqueos a las principales arterias viales de la capital oaxaqueña y municipios conurbados por parte de sus agremiados, donde se cuentan mototaxistas y taxistas de sitios foráneos.

La primera vez salió libre el cuatro de junio del 2016 y en seguida hasta firmó una alianza de transporte junto con otras “organizaciones sociales” y algunos sindicatos, bajo el amparo de las autoridades de la Secretaría de Vialidad y Transporte (que atestiguaron el acto) del gobierno encabezado por el coalicionista Gabino Cué Monteagudo.

Cuatro de junio del 2016 no fue cualquier fecha; fue precisamente un día antes de las elecciones de gobernador, diputados locales y concejales a los ayuntamientos. ¿Casualidad? ¿O se aprovechó la coyuntura para negociar la salida de “Don Panchito”? En los corrillos políticos hablan sobre un trueque electoral: Los agremiados del “líder social” en cuestión darían su apoyo electoral a los candidatos de la coalición “Con rumbo y estabilidad para Oaxaca”, conformada por el PRD y el PT.

Pero no para todos, sino solamente para el abanderado a gobernador José Antonio Estefan Garfias y para el candidato a diputado federal por el nuevo distrito electoral local de Santa Cruz Xoxocotlán, Toribio López Sánchez; distrito donde precisamente se encuentra el municipio de la Villa de Zaachila, lugar donde se halla la zona de influencia de “Don Panchito”, que es la zona de conflicto.

No respaldaron a la planilla de dicha coalición al ayuntamiento de Santa Cruz Xoxocotlán porque la organización “14 de Junio” había comprometido el apoyo para la planilla del PRI, en la cual participaba la hija del cuestionado “líder social”.

Estos antecedentes electorales, pueden explicar el por qué el silencio de los cuadros prominentes del PRD; incluso del PRI, sobre el serio y grave conflicto en el asentamiento denominado Vicente Guerrero, en la Villa de Zaachila, donde todos los días los habitantes denuncian agresiones por parte de gente de la belicosa organización, pero además situaciones enmarcadas en un preocupante grado de delincuencia organizada.

La zona se ha convertido en tierra sin ley, donde los enfrentamientos se están convirtiendo en algo común como en el Viejo Oeste, que a punta de balazos resolvían la suerte de vidas humanas. Precisamente el domingo y el lunes de esta semana, ocurrió un nuevo enfrentamiento en el que por fortuna no hubo muertos, pero dejó un saldo de 50 viviendas quemadas y cinco vehículos particulares incendiados, según el parte informativo de la Secretaría de Seguridad Pública.

¿La gente empieza a hacerse justicia por propia mano ante el ambiente de miedo generado por la gente de “Don Panchito”? ¿O se trata de una guerra entre dos bandas? ¿Qué tipo de bandas? ¿Se disputan nada más el servicio de mototaxis y taxis foráneos? ¿Se disputan la riqueza que genera el manejo de la basura? ¿O se diputan el control de una plaza de otro tipo de ganancias? Incluso, venciendo el miedo, aunque en el anonimato, en los noticieros locales vecinos del lugar han denunciado prácticas ilícitas.

Todo amén del cobro de cuotas por parte de la gente de “Don Panchito”, quienes además cobran cualquier carro adicional que entre a tirar desechos al basurero, el cual, por cierto, pertenece al municipio de Oaxaca de Juárez, pero da servicio a varios municipios conurbados. Y su capacidad casi está al tope.

Precisamente por ello, en años anteriores el gobierno compró pedios aledaños para ampliar el basurero, predios que fueron invadidos por gente del “líder social” y que desde un principio se distinguió por su belicosidad. Ahí empezó el conflicto con los vecinos del asentamiento Vicente Guerrero, donde es necesaria la presencia permanente del Ejército Mexicano para poner orden y resguardar la paz de los habitantes de la zona en conflicto y de municipios conurbados afectados.

Por el momento, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa en el contexto del último enfrentamiento en la zona de conflicto ha declarado que su gobierno le apuesta al diálogo y a la negociación con las organizaciones sociales. Sin embargo, hay que distinguir entre éstas y grupos bélicos y de otra naturaleza.

Es probable que su declaración obedezca a mantener la paz en este mes de julio en que tiene lugar la máxima festividad de los oaxaqueños, la Guelaguetza. Pero pasada ésta, no debe haber razón para dejar al desamparo a la gente de la Vicente Guerrero y municipios conurbados que viven solados.

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Correo: rosyrama@hotmail.com

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