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#Opinión Por:Rosy RAMALES
El martes pasado aquí lo comentamos, que la entrante administración de Oaxaca iba en breve por colaboradores del ahora ex gobernador Gabino Cué Monteagudo. Y la semana pasada detuvieron al primero: Germán Tenorio Vasconcelos, quien fungiera como Secretario de Salud en el sexenio gabinista.
De acuerdo al Secretario de la Contraloría y Transparencia Gubernamental, José Ángel Díaz Navarro, en Salud “se detectaron expedientes sobre dotación de infraestructura sanitaria en las regiones más marginadas; y se advirtió que las obras no fueron realizadas y que dichas contrataciones se realizaron de manera irregular…”, etc. El caso es que el Ministerio Público consignó por el delito de Abuso de Autoridad.
Y Germán Tenorio no será el único detenido por el desvío de recursos generado en la Secretaría de Salud, hay órdenes de aprehensión a punto de ser ejecutadas en contra de servidores públicos de esta dependencia, cuyo ex subseretario general de Administración y Finanzas, Rafael Pérez Gavilán Escalante, fue asesinado de diez balazos catorce días después de haber dejado el cargo.
El hecho ocurrió en agosto del 2015, casi un año antes de concluir el sexenio gabinista. No se han tenido noticias del resultado de la investigación sobre el asesinato de Pérez Gavilán, en torno al cual corrieron dos versiones sobre el móvil: Ajuste de cuentas de naturaleza personal o silenciarlo ante la corrupción imperante en la Secretaría de Salud. En el estado de Oaxaca el quebranto financiero rebasa los quince mil millones de pesos, aunque se desconoce si solo derivado de las irregularidaes en la Secretaría de Salud o abarca otras dependencias. Eso sí, en los corrillos del gobierno local ha trascendido que van por más gabinistas, por lo menos de las secretarías de Finanzas (Sefin) y de las Infrasestructuras y Ordenamiento Territorial Sustentable (Sinfra).
¿Serán aquellos que ostentaron el cargo de Secretarios? ¿O se trata de servidores públicos menores? Pues se trata de aquellos, según dicen, cuya firma era necesaria para darle legalidad a los atracos al dinero público. Igual y Germán Tenorio no se llevó el dinero, pero firmó para que otros se lo llevaran.
Ciertamente, en su mayoría las y los ciudadanos oaxaqueños reclaman castigo para aquellos sevidores públicos del gobierno de Gabino Cué Monteagudo que llevaron al colapso económico a Oaxaca, entidad cuya deuda pública rebasa los 16 mil millones de pesos.
Sin embargo, con la aprehensión de Germán Tenorio Vasconcelos la sociedad oaxaqueña ha formulado preguntas como las siguientes: ¿Basta la detención de los ex funcionarios? Y Gabino Cué, ¿cuándo?
La gente sigue enojada. No le parece suficiente la detención de uno o más ex servidores públicos sin la confiscación de sus respectivos bienes, pues al final de cuentas ellos ya disfrutaron a placer los beneficios del quebranto al erario mientras en Oaxaca se enseñorea la pobreza.
Además, la sociedad oaxaqueña pide el encarcelamiento de Gabino Cué, quien fue el jefe de la administración pública estatal y, por tanto, el responsable directo del manejo de los recursos y quien permitió a sus colaboradores legales y extra legales hacer y deshacer con el patrimonio de los oaxaqueños.
¿O cómo es posible que un gobernador no se de cuenta de lo que hacen o dejan de hacer sus colaboradores? ¡Entonces no gobierna! Todos los días los medios de comunicación daban cuenta de denuncias públicas de presuntos actos de corrupción y el ex mandatario como si nada.
En fin, sin duda es buena la intención de la administración estatal encabezada por el nuevo Gobernador de Oaxaca, Alejandro Murat Hinojosa, de castigar a quienes dejaron colapsada la entidad. Sin embargo, la sociedad oaxaqueña le creerá solo hasta cuando haya encarcelado a su antecesor; caso contrario la gente seguirá creyendo en la existencia de un acuerdo político-electoral para no tocar a Gabino Cué.
Incluso, en la existencia de un acuerdo para alternar en la gubernatura tras la derrota del PRI en el 2010 alentada por mismos priistas: Primero Cué que posibilitó la derrota de Ulises Ruiz Ortiz y su candidato Eviel Pérez Magaña, y luego nuevamente el grupo priista relegado por los ulisistas.
Por lo pronto, en el estado de Oaxaca la gente sigue incrédula, no sea que al final le den una vez más “atolito con el dedo”, máxime cuando el abuso de autoridad no es un delito grave.
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