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#Opinión Por:Rosy RAMALES
Es buena la propuesta de Ulises Ruiz Ortiz para el PRI: Un proyecto de Nación en base a cinco principios, entre ellos el combate a la corrupción elevando a graves los delitos cometidos por servidores públicos en el desempeño de su cargo con la sanción más alta: Cadena perpetua.
“Porque no es nada más la consulta a la base, ¿he?; es también un proyecto de Nación”, puntualiza sobre el planteamiento de Democracia Interna para su partido rumbo a las elecciones del 2018, empezando por las definiciones a darse en la próxima Asamblea Nacional, cuya fecha de celebración se desconoce aun; solo se sabe que será en la primera quincena de agosto, aunque, según ve, puede prorrogarse algo más.
En ese sentido, dice: “(En el PRI nacional) están preocupados”. Porque el grupo de priistas que encabeza prevé impugnar en todo el país los actos preparatorios rumbo a la Asamblea que no se ajusten a los estatutos. “Ahí andaba Pepe Guzmán con los sobres con el nombres bajo el brazo y que nunca se leyeron”, ejemplifica en relación a quienes fueron electos delegados en la reciente Asamblea Estatal en Oaxaca.
Platicamos en el restaurante Los Laureles, en la capital de su estado natal, donde estuvo este fin de semana en el marco de las festividades de la Guelaguetza.
Ruiz Ortiz fue el último gobernador de la hegemonía priista de más de 80 años. Increíblemente, la sucesión la perdió siendo entonces el mejor operador electoral del PRI. Sin embargo, su candidato, Eviel Pérez Magaña, obtuvo la más alta votación de la historia priista en la entidad.
¿Por qué no sometió a consulta del priismo la elección del candidato a sucederlo? Predicar con el ejemplo desde entonces le hubiese dado mejor calidad moral para sostener ahora con más fuerza la exigencia de llevar a consulta la selección de los abanderados del PRI a los cargos de elección popular (federales y locales) a elegirse en el 2018.
“Se hizo una encuesta”, justifica; aplicada, según explica, a todos los aspirantes de su partido a sucederlo en la gubernatura, y a todos les dio su lugar. Pero la encuesta la ganó uno: Eviel, quien en la constitucional perdió frente a Gabino Cué Monteagudo, candidato impulsado por una coalición conformada por el PRD, el PAN, el PT y Convergencia.
Para Ulises Ruiz, no ganó Gabino, sino la coalición. Era la moda de las coaliciones; esa era fuerte y fue el factor determinante en la derrota, que ni siquiera atribuye al juego en contra de priistas.
En síntesis, de acuerdo a su explicación, para cada momento histórico y para cada circunstancia hay un método para elegir a los candidatos. Y para las elecciones del 2018 es la consulta directa a militantes y simpatizantes, porque las elecciones del 2016 reflejaron que “el dedazo ya no funciona”; el PRI perdió siete estados.
LA PROPUESTA
Después de almorzar entomatadas con tasajo en la glamurosa terraza del restaurante, rodeada de jardines, Ulises Ruiz con ese brillo en los ojos cuando habla de temas electorales, expone su propuesta. Y sin duda que es interesante; él dice que no se trata de una elección interna a secas, sino se trata de dinamizar y probar al partido con votos constantes y sonantes para competir exitosamente; incluso, moviendo votos con los plurinominales.
¿Cómo? Pues eligiéndolos en consulta interna directa. Por ejemplo: Aquél que quiera una candidatura plurinominal al Senado, tendría que competir con todos los aspirantes priistas de su entidad, y el ganador ocuparía una posición en la lista nacional de acuerdo al porcentaje de votos que represente su votación obtenida en relación al padrón de la entidad.
Es decir, si en Oaxaca el ganador de la interna alcanza 600 mil votos, y estos equivalen al 35%, y en la Ciudad de México, el ganador obtiene 2 millones de votos, y estos representan el 20% en comparación al padrón de esa entidad, el de Oaxaca ocuparía el primer lugar en la lista nacional pluri al senado, porque la posición estará en función no del padrón, sino del porcentaje de votos que en la interna obtenga el ganador, pues serían los votos a aportar y a garantizar en la constitucional.
Igual sería respecto a diputados federales pluris, pero primero considerando la contienda interna en relación a las entidades de la respectiva circunscripción electoral. Y diputados locales en proporción al tamaño de la circunscripción local.
Los de mayoría (Presidente de México, senadores, diputados federales y locales, y concejales) de por sí van a contienda interna, donde el método hará la diferencia entre un PRI fortalecido y un PRI en posición de franca derrota.
No es mala idea. Incluso, planteado así el método le daría a los senadores pluris identidad con la entidad, considerando que en esencia los senadores representan a los estados. Ulises no toca este punto; él más bien plantea el procedimiento como una forma de evitar el arribo de amigos, parientes, novias, amantes.
“¿Y el método no fracturaría al priismo por enojo de los perdedores?”, preguntamos. “No, no si la consulta es real”, considera. Y ahí está el problema, porque los priistas son muy dados a la simulación; pero Ulises Ruiz cree que es posible la consulta real si hay voluntad por parte de la cúpula priista en el país y en las entidades federativas.
El rebelde ex gobernador oaxaqueño dice: “El presidente (Enrique Peña Nieto), podrá decir ‘va (Aurelio) Nuño, y podrán hacerle su credencial 01 de la época de Colosio para que cumpla los requisitos, pero eso es lo de menos; el PRI ya no lo aguanta. ¿Cuál es el problema del PRI? La cercanía con el gobierno”. Palabras más, palabras menos.
EL PROYECTO DE NACIÓN
Ulises Ruiz ve poco eficaz para una contienda exitosa la postulación de un candidato producto de “dedazo” en una época donde el gobierno priista trae el 85% del rechazo ciudadano. En cambio, sería mayor garantía un abanderado emanado de una consulta, que tenga el contacto con la base y con los electores en general, que vaya y los salude de mano, ría y se tome la foto con ellos, y además que exponga el proyecto de Nación basado en cinco principios:
Uno: Economía nacionalista, que rescate y defienda a la empresa pública.
Dos: Desarrollo social sin “comederos (comedores comunitarios) que no solucionan el problema” de la pobreza.
Tres: Seguridad pública con acciones contundentes contra la delincuencia organizada.
Cuatro: Gobernabilidad, donde se plantea la revocación de mandato de los cargos de elección popular, pues para qué esperar a la terminación del periodo.
Cinco: Combate a la corrupción, que incluye quitar el fuero al Presidente de México.
Cuando explica brevemente el proyecto de Democracia Interna, de la cual es impulsor, Ulises Ruiz saca a colación el caso Ayotzinapan, donde según su percepción el presidente Peña Nieto asumió la culpa sin tenerla, por defender al entonces gobernador Ángel Aguirre, a quien debió encarcelar junto con el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, y esposa, por la desaparición de los 43 normalistas.
“YO, YA HUBIERA CESADO A ESPARZA”
Al restaurante del hotel, localizado en la más lujosa zona residencial de la capital oaxaqueña, llega una pareja (hombre y mujer) y al ver a Ulises Ruiz se acercan a saludarlo de manera muy amable y efusiva. “Hola gobernador”, le dicen; él, correspondiendo al gesto, los invita a sentarse en su misma mesa.
Por supuesto, interrumpen la entrevista y es necesario esperar a que almuercen y se vayan. Son turistas, invitados del Gobierno del Estado de Oaxaca a la Guelaguetza. Mientras, saborean un delicioso chocolate oaxaqueño, uno de ellos le pregunta: “¿Qué piensas del socavón?”
Y Ulises Ruiz, rebelde como él solo por el momento, apresura: “Yo ya lo hubiera cesado”. Se refiere al Director General de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, Gerardo Ruiz Esparza, y a la postura del presidente Peña. Luego, se pone en el papel del dirigente nacional del PRI, Enrique Ochoa Reza, y así dice: “Es más, yo ya hubiera salido a decir, que a se le suspenden sus derechos mientras es investigado por el socavón”.
Las expresiones de Ulises Ruiz son en el contexto de acciones de combate contra la corrupción; al menos eso dice.
Y a propósito de Ochoa Reza, en algún momento Ruiz Ortiz comenta haber dialogado con él y con sus emisarios, y el dirigente priista le ha dicho: “Ayúdame”. “Le dije, órale, le entró, dame la CNC, el MT…jejeje, y no quieren”, refiere con cierta ironía mientras continúa su almuerzo oaxaqueño, por el que optó después de haber pensado inicialmente en huevos con machaca.
Válgame Dios, estado en su tierra natal desayunar un platillo regio y en plena Guelaguetza. Pero rectificó. Es más, Ulises Ruiz viste en ese día una camisa de lino color lila con bordado de las artesanas del municipio de San Antonino Castillo Velasco.
INCIERTO GANAR LA ASAMBLEA
Faltan pocos días para la XXII Asamblea Nacional del PRI, la fecha exacta se desconoce aun. Incluso, Ruiz Ortiz comenta que acaban de modificar las fechas para la celebración de las mesas nacionales temáticas. “Están preocupados”, insiste con cierto aire de triunfo pues de algún modo ha conseguido, junto con su corriente Democracia Interna, poner en aprietos a la dirigencia nacional.
Comenta: “Les he dicho: ¿Qué pasa si la ‘loquita’ se inscribe y gana? Porque han dicho que Ivonne (Ortega) está loquita, y a mi no me bajan de…”
Se refiere a la posibilidad de que la ex gobernadora de Yucatán se registre en el proceso interno para la sección de la persona que vaya a encabezar la candidatura a la Presidencia de México.
Y saca a colación: “Me dice Ivonne el otro día: ‘Me congelaron mis cuentas’” Y claro, considera tal acción como una tontería porque encabrita más al priismo rebelde. Como adivinando el pensamiento de su interlocutora, agrega: “No, a mi no me han congelado cuentas, porque no tengo grandes cuentas…y todos los bienes que tengo ya los sacaron en un procesaso”.
Las mesas temáticas y una Asamblea Nacional no se ganan con buenas intensiones; se necesitan delegados que vayan a dar la pelea y modificar los estatutos para, por ejemplo, establecer reglas claras para las consultas directas para seleccionar hasta a los candidatos a las posiciones plurinominales. ¿Los tiene Democracia Interna? Ruiz Ortiz reconoce que no…o más, bien, dice que el priismo oficial viene trabajando todo a “modo”.
“Después no se quejen cuando estemos en el velorio”, murmura en alusión a una derrota del PRI en el 2018, sobre todo en la elección del candidato del PRI a la Presidencia de México.
Por cierto, en algún momento de la platica Ulises Ruiz habla muy bien de José Ramón Narro Robles, y a pregunta expresa lo califica como “excelente” para la candidatura. Pero “hasta él tendría que entrarle a la consulta”, puntualiza.
URO ¿SE IRÁ DEL PRI?
Durante la plática, que dura un poco más del almuerzo, Ulises Ruiz menciona reiteradamente a Andrés Manuel López Obrador, líder nacional de Morena, y considera tener razón en alguna parte de su propuesta para el país. También manifiesta su desacuerdo por la admisión en filas morenistas de lo peorcito del PRD.
Habla con tanto entusiasmo de López Obrador que es imposible preguntarle si éste le ha hecho la invitación para adherirse a Morena. “AMLO no, pero sí morenistas”, despeja sin precisar nombres.
“¿Y se iría usted a Morena?”, indagamos. Pensativo, pero con dejo de ironía contesta: “Veremos”.
QUERÍA SEGUIR GOBERNANDO
Al final de la plática, preguntamos si en alguna ocasión ha hablado con José Murat Casab, quien lo dejó como su sucesor en el Gobierno del Estado de Oaxaca. No obstante, ambos tienen una evidente rivalidad que impacta en la política nacional y local. “Hemos hablado ocasionalmente”, comenta a duras penas.
“Bueno, ¿y por qué se pelearon si eran tan amigos (cuando menos eso aparentaban)?”, requerimos a Ruiz Ortiz, quien solo refiere: “Quería seguir gobernando”.
Ruiz Ortiz no dice más. También deja en el aire una probable aspiración al Senado de la República.
Y como la historia es cíclica, si el PRI pierde el 2018, URO se convertirá en aquél que tenía razón y aumentarán sus seguidores. Mientras, con su posición de rebeldía, ha conseguido los reflectores nacionales y la preocupación de la cúpula priista nacional.
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