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Opinión por Rosy Ramales
La resolución de la Sala Superior del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF), que revocó la convocatoria de Morena para renovar dirigencia, tira los planes de aquellas y aquellos militantes que pretendían acaparar el mayor número de consejerías para asegurar la elección de dirigencias de Morena en todos sus niveles.
Hubo errores y vicios en el proceso morenista; incluso, de principiantes en trampas electorales como, por ejemplo, la exclusión de militantes del padrón interno y la omisión de los órganos partidarios para dar respuesta a quienes solicitaron saber su condición de miembros del partido.
Pero el agravio fundamental, que motivó la impugnación cuya resolución revocó la convocatoria, fue la manipulación del padrón electoral a utilizarse en el proceso interno de renovación de dirigencias de Morena.
Bueno, en la ponencia de la Sala Superior no se alude concretamente a manipulación, sino usa términos más sutiles. O sea, más bien se refieren a los agravios esgrimidos por Jaime Hernández Ortiz, quien argumentó determinaciones indebidas para decretar un “corte del padrón interno”, plazos fuera de los estatutos, etc.
Por tanto, el magistrado ponente consideró fundados los agravios, y el pleno de la Sala por unanimidad aprobó revocar la convocatoria emitida por la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia del partido Morena para renovar sus órganos a la dirigencia nacional.
Vaya, ningún magistrado discutió los términos del proyecto de sentencia
Porque “se afectó el derecho de las y los militantes al sólo permitir participar a quienes se afiliaron antes del 20 de noviembre de 2017”. Así que en Morena “debieron permitir la participación de quienes se afiliaron con posterioridad”, en términos de la propia normativa interna.
Lo anterior lleva implícito que el padrón interno “no resulta confiable, ni da certeza, para llevar a cabo el proceso interno, y se incumplió además con el proceso de credencialización que el propio partido estableció en sus estatutos.”
Así las cosas con los mal llamados “protagonistas del cambio verdadero” –es el nombre que en los estatutos Morena da a sus militantes–.
Y bueno, el Pleno de la Sala Superior resolvió revocar la convocatoria con la consecuencia de dejar sin validez todos los actos llevados a cabo en el procedimiento de elección de dirigentes del partido Movimiento Regeneración Nacional (Morena).
Por tanto, ordenó al Comité Ejecutivo Nacional (CEN) reponer el procedimiento de elección de sus órganos de conducción, dirección y ejecución; y a la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia resolver de inmediato los medios de impugnación intrapartidistas relacionados con la conformación del padrón interno.
Todo en un plazo de 90 días.
¿Qué tal?
Mmm… pues ese gran revés de la Sala Superior del TEPJF en realidad es un gran chance para las y los morenistas de limpiar el “cochinero”, como bien lo llamó Mario Delgado Carrillo.
Vaya, el Tribunal fue hasta benévolo al darles la oportunidad de prácticamente empezar de cero el proceso interno (porque bien pudo ordenar la reposición nada más de ciertas etapas).
Y eso quiere decir que al reponer la convocatoria podrán establecer un método claro y menos convulso para elegir dirigentes en todos sus niveles, empezando con la selección de los votantes (consejeros).
Claro esto último según el método que establezcan, siempre y cuando se prevea en los estatutos de Morena o que sea avalado previamente por el órgano competente estatutario; caso contrario, se corre el riesgo de nuevas impugnaciones y de nuevo revés del TEPJF.
Hasta podrían intentar la encuesta, con las condiciones anteriores.
Evidentemente, la resolución de la Sala Superior no gustó a ciertos morenistas, quienes presentes en el recinto de sesiones empezaron a cuestionar airadamente a las y los magistrados electorales acusándolos de violentar sus derechos. Ja.
Por supuesto, el magistrado presidente, Felipe Fuentes Barrera, decretó un receso y dejó hablando solos a los rijosos morenistas, quienes tendrán que acatar la resolución porque el TEPJF es la máxima autoridad en materia electoral y la Sala Superior la última instancia.
¿Está claro?
Así que aquellas y aquellos morenistas que ya se frotaban las manos para quedarse con las dirigencias en todos sus niveles, por haber obtenido el mayor número de consejerías, y que ya hacían planes para quedarse con el mayor número de candidaturas a cargos de elección popular, pues tendrán que hacer nuevos planes e idear estrategias.
Pues cabe la posibilidad de que con la participación de más militantes en el proceso electivo, el resultado sea diferente. Incluso, si optan por la encuesta siempre y cuando ésta tenga plena validez en términos de los estatutos o resoluciones de los órganos internos competentes.
En fin, en la víspera de Días de Muertos y Fieles Difuntos, la Sala Superior del TEPJF con su resolución dio a Morena su calaverita.
