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#Opinión Por:Rosy RAMALES
Hay una ronda infantil cuya letra dice: “Soy cojo de un pie, y manco de una mano; oh, tengo un ojo tuerto y el otro apagado…”
Hasta parece ad hoc para el Sistema Nacional Anticorrupción, que este miércoles ha entrado en vigor, pero sin Fiscal, sin magistrados y sin conformación total en casi todas las entidades federativas.
Apenas 6 de las 32 entidades federativas presentan avances en la implementación de su Sistema Anticorrupción, que operará a la par del Nacional, y son Sonora, Querétaro, Nayarit, Puebla, Chiapas y Oaxaca.
No obstante las omisiones del Senado de la República y de las legislaturas locales, la presidenta del Comité de Participación Ciudadana de dicho Sistema, Jacqueline Peschard,
dice que no están “atados de manos”.
Y bueno, de mientras el Tribunal Federal de Justicia Administrativa funcionará con una sala auxiliar para la recepción y tramitación temporal de las denuncias.
Nada más falta que los legisladores del Congreso de la Unión digan como en la ronda infantil: “No se vale porque (el Comité) está brincando con los dos pies, de nuevo”. O sea, está sacando ventaja a pesar de la falta de magistrados, y eso no le guste a los hacedores de las leyes y de un plumazo borren el Sistema Nacional Anticorrupción.
Caray, es tanta la corrupción en nuestro país que necesitamos un Sistema para combatirla. Y la pregunta es: ¿Se podrá?
Eso sí, el Sistema prevé sancionar a servidores públicos y particulares por faltas administrativas, graves y no graves, entonces seguramente le cargarán la mano a los particulares, tal y como ocurre en materia fiscal; y no a todos, más bien a los más débiles, porque aquellos en contubernio con los poderosos siempre andan al amparo de la impunidad.
Hasta valorarán si las empresas cuentan con una Política de Integridad Empresarial. ¿Y cuál será el equivalente para valorar la honestidad de los servidores públicos?
Las cosas pintan para gatopardismo respecto a las esferas de poder público y político.
CASO OAXACA
En Oaxaca, los legisladores locales armonizaron la Constitución Política Particular, aprobaron la ley respectiva y eligieron al Fiscal Anticorrupción; incluso, sin mayor problema ni sobresaltos.
Pero no han adecuado lay leyes relativas ni han hecho los cambios necesarios en órganos autónomos vinculados al Sistema Anticorrupción como, por ejemplo, la Auditoría Superior del Estado, donde ha habido señalamientos de conductas poco decorosas; y donde funge como Auditor la herencia de las Legislaturas del ex gobernador Gabino Cué Monteagudo: Carlos Altamirano Toledo, como posición del PRD.
(¡Sí, como posición del PRD, pues en el sexenio gabinista los partidos aliados en la coalición electoral mediante la cual ganó Gabino, se repartieron los órganos autónomos; reparto en el que, por cierto, dieron alguna participación al PRI).
Y no es que ahora que en la entidad gobierna el PRI, el Auditor deba pertenecer a las filas priistas. Más bien, el titular de la Auditoría debe ser una persona ajena a los partidos políticos, valorado solamente por su trayectoria profesional en la materia, por su honestidad y buen prestigio.
En fin, a ver qué pasa.
LA CORRUPCIÓN, EN TODOS LOS ÁMBITOS
Cabe preguntar, incluso en forma reiterada, si la corrupción en México se terminará con la creación y puesta en marcha del Sistema Nacional Anticorrupción, considerando que la corrupción no se da solamente en el ámbito administrativo, sino en todos, empezando por el político electoral.
Ahí está el caso Coahuila, donde los candidatos del PRI y del PAN a la gubernatura, Miguel Riquelme y Guillermo Anaya, respectivamente rebasaron los topes de gasto de campaña, y ahora los partidos, en medio de acusaciones a los consejeros del Instituto Nacional Electoral, andan buscando cómo revertir el resultado del dictamen por la vía jurisdiccional electoral.
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