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Opinión por: Rosy RAMALES
En la proximidad del proceso interno para la selección de los candidatos y candidatas a senadores y diputados al Congreso de la Unión, es hasta normal el nerviosismo en los círculos políticos; aumentan las especulaciones y todo tipo de run run.
Ya ven, apenas se conocieron los términos del convenio de la coalición “Meade Ciudadano por México” en relación al reparto de candidaturas al Senado entre los aliados (PRI, PVEM y PANAL), y se soltaron las conjeturas y una ola de escenarios. Claro, provenientes de los mismos militantes de los partidos prácticamente coaligados.
Y es lógico porque todos tienen su corazoncito y han estado trabajando a brazo partido para ganarse la candidatura, como para que de repente los partidos aliados pretendan otorgar la primera posición de la primera fórmula al Senado de la República a una persona advenediza, que lo mismo le guiña el ojo a los azules, que a los colorados, a los guindas y a los amarillos.
¿Cuáles son los méritos y el capital político electoral de Gerardo Gutiérrez Candiani para que el PVEM lo postule como cabeza de la primera fórmula al Senado? Ninguno a simple vista. El presidente Enrique Peña Nieto con nombrarlo titular de la Autoridad para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales le pagó bastante bien los días que invirtió en ensuciarse los zapatos caminando comunidades oaxaqueñas en busca de ser postulado a la gubernatura de Oaxaca en el 2016.
Caray, los políticos (aun con el camuflaje de empresarios) cuando buscan una posición van a las comunidades y quieren acabar con la pobreza en un abrir y cerrar de ojos; después, no se vuelven a parar ni por equivocación. ¿O Gutiérrez Candiani sí regresó a las poblaciones que visitó cuando andaba haciendo presencia para conseguir la postulación por el PRI (aunque como simpatizante) a la gubernatura oaxaqueña?
En fin, que en los corrillos priistas y verdes la militancia anda con los pelos de punta solo de pensar que Gerardo pueda ser el candidato que encabece la primera fórmula al Senado por la coalición “Meade Ciudadano por México”, porque sería una candidatura para perder: Carece de presencia real en las comunidades, no tiene capital político-electoral, no es nada carismático (por el contrario) y en la vallistocracia oaxaqueña lo identifican con la alcurnia del ex gobernador Diódoro Carrasco Altamirano, con quien hizo muy buena amistad.
Dicen que si Gerardo fuese el candidato, los priistas y verdes le estarían entregando la próxima gubernatura al PAN… bueno, al grupo de Diódoro, que es el mismo del ex gobernador coalicionista Gabino Cué Monteagudo, de quien los oaxaqueños tienen muy mala imagen. ¿Será?
Dalay. Relájense, hasta el momento todo es run run. Igual y a Gerardo le interesa más seguir al frente de la Autoridad para el Desarrollo de las Zonas Económicas Especiales, que es una posición más cómoda que una candidatura donde corre el riesgo que lo hagan papilla electoral.
O igual y las cúpulas del PRI y del PVEM andan pensando realmente en un cuadro priista para postularlo dentro de la coalición “Meade Ciudadano por México” como una candidatura del Verde, ya ven que este partido en Oaxaca funciona prácticamente como una franquicia administrada por el Revolucionario Institucional (PRI).
Aunque han sabido vender su amor bastante bien. Contrario a lo que parece, los Verdes son inteligentes y piden las perlas de la Virgen para por lo menos conseguir el oro. Quizá los verdes oaxaqueños salgan un poco del esquema, pero la cúpula nacional se pinta sola.
En fin, a ver qué pasa. Pero no es nada descabellado el planteamiento de que un cuadro priista entre como candidato del PVEM encabezando la primera fórmula al Senado. Mmmm…¿Hombre o mujer? Porque también deben definir el género. Recuerden que los criterios de paridad obligan a los partidos y coaliciones a registrar una de las dos fórmulas de cada entidad de género distinto, y en 16 entidades la primera fórmula deberá integrarse por mujeres, y en las 16 restantes, por hombres.
Habrá que esperar a ver qué pasa.
Por lo pronto, en los corrillos políticos dicen que este día el jefe político de los priistas oaxaqueños, o sea, el gobernador Alejandro Murat Hinojosa, habrá de reunirse con las y los aspirantes a las candidaturas al Senado de la República por esta entidad.
¿Quiénes? Eso sí no nos dijeron, pero suponemos que son los cuadros cuyos nombres han venido sonando: Mariana Benítez Tiburcio, Martín Vázquez Villanueva, Sofía Castro Ríos (quien recién renunció a la Secretaría de Asuntos Indígenas para buscar la candidatura al Senado), María de las Nieves García Fernández, Mariana Nassar Piñeyro, Raúl Bolaños Cacho Cué y Héctor Pablo Ramírez Puga Leyva. Más quienes se hayan acumulado.
Mmmm…¿habrá sorpresas? Y que no sea precisamente Gutiérrez Candiani.
¿Se reunirá con todos o solo con algunos?
¿Dónde habrá de reunirse? Tampoco lo dijeron. Puede ser en Oaxaca o en la Ciudad de México.
Y la reunión es lógica, Alejandro Murat es el jefe de los priistas oaxaqueños y como tal, en la praxis del PRI, debe hablar con los aspirantes para apapachar a quienes no resulten favorecidos y dar la buena nueva al cuadro elegido para la postulación vía PVEM, en su caso. O de plano para comunicar que esta vez el Revolucionario Institucional en Oaxaca no encabezará la primera fórmula, solo pondrá al suplente.
Claro, cualquier cosa siguiendo indicaciones de la cúpula nacional, porque las senadurías y diputaciones federales se deciden a nivel central. Eso sí, puede opinar y manifestar que los perfiles que necesita el candidato presidencial, José Antonio Meade, son perfiles que le sumen votos, no que le resten.
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