Por Rosy RAMALES
Ya están muy próximos dos periodos importantes en el proceso electoral concurrente en marcha: El registro formal de candidaturas ante las respectivas autoridades electorales administrativas y la sustitución en su caso.
Antes de la aprobación del registro, los partidos políticos y coaliciones pueden hacer las sustituciones libremente. Luego de la aprobación, solo por tres causas: Renuncia, inhabilitación, incapacidad y muerte.
En algunos partidos ya es casi costumbre solicitar el registro de candidaturas “patito” para reservar el lugar de la candidatura verdadera realizando la sustitución correspondiente.
Pero tengan cuidado porque en procesos electorales anteriores ha habido casos en que los “patitos” luego se niegan a renunciar y no los tumban ni con impugnaciones; terminan siendo los ganones de las elecciones.
La renuncia es la causa más común de sustitución de candidaturas, pero éstas deben realizarse en el periodo establecido por la autoridad electoral, caso contrario llega el momento de la imposibilidad técnica. Incluso, en ocasiones ni siquiera procede el cambio de nombres en las boletas electorales.
Las causas de inhabilitación e incapacidad pocas veces sobrevienen.
Y la muerte de candidatos y de candidatas se ha convertido en una causa preocupante, grave; las cifras de decesos se elevaron en procesos electorales anteriores.
Por ejemplo, el texto “Asesinatos políticos en el periodo electoral 2018” de Carla Angélica Gómez Macfarland y Juan Pablo Aguirre Quezada, resume lo siguiente:
“El proceso electoral 2018 en México fue un proceso violento. Decenas de candidatos asesinados marcaron este ejercicio democrático desde sus inicios, hasta poco antes de la propia jornada electoral. La consultora Etellekt emitió el ‘Séptimo Informe de Violencia Política en México 2018’ donde ‘presenta el número total de agresiones cometidas contra políticos y funcionarios no electos durante todo el proceso electoral federal’ (Etellekt, 2018). Según la propia consultora, fue un proceso histórico en cuanto a los altos índices de violencia y señala que ‘tan solo durante el primero de julio, se reportaron al menos 138 agresiones y 7 asesinatos contra políticos en 26 entidades’”.
“Asimismo, reportan: 774 agresiones contra políticos; 429 contra funcionarios no electos (funcionarios que no dependen de procesos electorales); 152 políticos asesinados de los cuales 48 precandidatos y candidatos a puestos de elección; 371 funcionarios asesinados (Etellekt, 2018).”
Y entre las principales causas se las muertes se encuentra el crimen organizado y género. El mismo texto refiere datos sumamente interesantes como los siguientes:
“…el control del territorio por cárteles o grupos de crimen organizado aumenta la probabilidad de asesinato a políticos. Ahora bien, conforme lo expuesto por Rubén Salazar de Etellekt “90 % de las agresiones documentadas en su informe fueron contra funcionarios y candidatos del ámbito local, y esto lo atribuye al interés de la delincuencia organizada por controlar políticamente a las localidades mediante las policías, así como servicios de agua y electricidad (Ortuño y Hernández, 2018).”
“Aunado a lo anterior, la violencia política en el proceso electoral 2018 también se llevó sobre las mujeres candidatas a puestos de elección popular. De los 28 precandidatos asesinados, 17 eran mujeres (Etellekt, 2018). Por lo que las razones de género también
son causas de violencia política, al punto de asesinar a precandidatas y candidatas.”