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Opinión por: Rosy RAMALES
Reza la voz popular: “Más sabe el diablo por viejo, que por diablo”. Y la experiencia de cuadros priistas aconseja hacer “ajustes” en la presidencia del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, a cargo de Enrique Ochoa Reza desde el 12 de julio del 2016.
Y no solamente porque lo diga el senador Joel Ayala o las voces de los diputados federales reprimidos, sino porque los tiempos exigen al frente del Revolucionario Institucional un capitán probado en guerras electorales; 2018 no es una batalla, es la guerra.
Recuerden que Ochoa Reza salió de la Comisión Federal de Electricidad para presidir el CEN del PRI sin la menor experiencia partidista; una cosa es asesorar y otra muy distinta es dirigir un partido político longevo. Y haber sido director del Centro de Capacitación del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación tampoco lo hace avezado en la operación electoral.
Claro, en la praxis el jefe político del priismo nacional es Enrique Peña Nieto, pero él solo toma decisiones y el partido opera. En fin, para la guerra electoral el PRI necesita un estratega de colmillo retorcido junto con un equipo de equilibrios, no un séquito de burócratas.
Al final le asistirá la razón a Ulises Ruiz Ortiz, quien planteaba elecciones directas no solo de presidente del CEN del PRI, sino de candidatos y candidatas, incluyendo a los de representación proporcional como una estrategia para dinamizar la estructura priista.
Pero ya no cabe lamentar; es hora de actuar. Y Joel Ayala tiene razón al considerar que el PRI debe evaluar la pertinencia de mantener al frente a Ochoa Reza.
Al margen de cualquier inconformidad por la definición de candidaturas; el senador dijo:
“Esta es la primera etapa de cuatro que se dan rumbo a la Presidencia de la República. Sí estamos conscientes de que hay que afinar, hay que hacer ajustes en la dirección fundamentalmente y lo digo abiertamente en la dirección del Partido Revolucionario institucional… es un cambio obligado….”
Cierto, y sobre todo porque el PRI vive una etapa de emergencia.
¿PERO QUIÉN PARA EL CEN DEL PRI?
En estos momentos el timón el Revolucionario Institucional necesita cuadros con formación y vocación partidista. ¿Pero quién? Casi ya no hay de esos. Y a los existentes los tienen relegados.
De visible, ¿podría ser Emilio Gamboa? Ya que a Manlio Fabio Beltrones Rivera lo acabó el pleito con Miguel Ángel Osorio Chong.
Pero Gamboa no quiere.
TAMBIÉN AJUSTES EN CDE
La revisión de la estructura partidista debe comprender también ajustes en Comités Directivos Estatales del PRI en aquellas entidades donde el partido enfrenta el riesgo de perder; por lo menos para evitar se caiga a terceros o cuartos lugares.
Aunque son puestos por las cúpulas priistas locales, en los presidentes de los comités estatales cuenta mucho el respeto y reconocimientos de los grupos internos y de las bases hacia ellos; su voluntad política, su capacidad operativa y, entre tantas otras cosas, su relación con la oposición.
Vamos, cuentan hasta cualidades tan simples como el carácter.
Además, el PRI urge cuadros comprometidos con el partido para intentar salvarlo, no dejarlo a la deriva para su más pronta derrota. Hay entidades donde la precampaña sin candidato brilló por su ausencia, Oaxaca es un claro ejemplo.
En esa entidad, el senador Benjamín Robles en su calidad de Comisionado del PT en ningún momento dejó de mencionar, ni en sus eventos políticos ni en sus comunicados, al precandidato presidencial de la coalición “Juntos Haremos Historia”, Andrés Manuel López Obrador; además enunció permanentemente las bondades ofrecidas por esta alianza.
En cambio, el PRI local actúo como si José Antonio Meade no hubiese existido como precandidato de la coalición “Todos por México”; hasta después de la visita de éste efectuada prácticamente en los últimos días de la precampaña, fue cuando fluyeron los comunicados en torno a Meade.
Pero fuera de ahí el priismo oaxaqueño no se vio volcado hacia la precampaña, salvo cuando personalmente Alejandro Murat, en su calidad de jefe político, encabezó cada momento de la visita de Meade.
Y aquí cabe preguntar: ¿El presidente del CDE del PRI en Oaxaca siente la camiseta? Los seis años de orfandad priista, Germán Espinoza Santibáñez estuvo en el gabinete ampliado de Gabino Cué Monteagudo, entonces gobernador emanado de la coalición PRD-PAN-PT-Convergencia.
RAÚL BOLAÑOS, POR EL SENADO EN OAXACA
En el convenio de la coalición “Todos por México”, las candidaturas al Senado de la República en el caso Oaxaca se asignaron así:
Primera fórmula para el PVEM.
Segunda fórmula para el PRI.
Y por la primera fórmula irá Raúl Bolaños Cacho Cué, quien ayer renunció como Secretario de Desarrollo Social y Humano del gabinete del gobernador Alejandro Murat Hinojosa. Al aceptarle la renuncia, el mandatario hizo un amplio reconocimiento de su trabajo realizado al frente de la política social.
Raúl Bolaños fue muy bien recibido por el PVEM; el dirigente, Carlos Puente Salas, de inmediato lo nombró ayer mismo Delegado Nacional Encargado de la Campaña Presidencial en Oaxaca, y que en la praxis es el paso previo para hacerlo formalmente candidato a senador encabezando la primera fórmula.
Así, Raúl Bolaños ya está en ruta a la candidatura para las elecciones de julio próximo. Un cuadro priista como postulación del PVEM dentro de la coalición. Y a decir verdad, el Verde no tiene opción; en Oaxaca carece de cuadros internos competitivos.
Y con Raúl Bolaños tiene el perfil, que incluso le ha dado buenos resultados electorales al PVEM: Joven, bien parecido, preparado y talentoso; además con cierta experiencia administrativa y política.
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