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#Opinión Rosy Ramales
Después de la gubernatura, la elección más importante generalmente es la presidencia municipal capitalina; es ganar, nada menos y nada más, que el corazón político de la entidad. Y la persona triunfadora, de hacer un buen ejercicio de gobierno, puede convertirse en una propuesta para el Senado de la República (en el 2018) o para estrenarse en la reelección municipal.
En el caso de Oaxaca, la competencia electoral en la capital de tan polémica entidad se percibe tan reñida como la misma gubernatura. Pero con la siguiente diferencia: La elección municipal es de tercios, según la lectura de especialistas en materia electoral y según el resultado de algunas encuestas. Incluso, en el ambiente político también es la lectura.
Los tres candidatos en la competencia real por la presidencia municipal de Oaxaca de Juárez son: El panista Sergio Bello Guerra de la coalición “Con Rumbo y Estabilidad por Oaxaca (CREO)”, conformada por el PAN-PRD; el priista José Antonio Hernández Fraguas de la coalición PRI-PVEM-Panal, y el empresario Oswaldo García Jarquín de Morena.
¿En ese orden?
Pues semana a semana la tendencia se ha movido respecto de los tres. Aunque Oswaldo García se ha mantenido en la tercera posición, pero aproximándose al segundo lugar peligrosamente.
Entonces, ¿quién va en primer lugar y quién en el segundo? Es difícil preverlo, aún con resultados de encuestas, los cuales solo marcan tendencias; los electores indecisos y el voto oculto definirán al ganador de la jornada electoral municipal del próximo cinco de junio.
Claro, pensando idealistamente, porque en los hechos también son determinantes factores extra legales como la movilización coactiva de la libertad del voto, la compra de éste y hasta el riego de violencia. No obstante, con una buena estructura electoral (incluyendo a representantes de casilla), bien capacitada y a prueba de todo tipo de tentaciones, sobre todo económicas, es posible frenar o combatir prácticas viciadas.
Retomando el tema: Según resultados de una encuestadora seria, en esta semana el puntero es el candidato de la coalición CREO, Sergio Bello Guerra, pero solamente por un punto respecto del priista José Antonio Hernández Fraguas; y el morenista Oswaldo García Jarquín viene como a dos puntos de Fraguas y como a tres de Bello.
¿Acaso estamos prácticamente ante un empate técnico entre tres? Siempre es necesario considerar el margen de error de cualquier estudio, entonces dicho margen puede ponerlos al parejo. Ups. La elección de la presidencia municipal de la capital oaxaqueña pinta para recuento de voto por voto casilla por casilla.
Muy cardíaca. Similar a la elección de hace tres años. Aunque entonces ya se percibía el triunfo del priista Javier Villacaña Jiménez, aún la cerrada competencia con el panista Francisco Reyes. La diferencia de votos entre ambos fue tan reducida que se actualizó la hipótesis normativa del recuento de algunas casillas, y luego el recuento total.
Parece que la elección de la presidencia municipal de la capital oaxaqueña del próximo cinco de junio seguirá la misma ruta. Sin embargo, en este caso y a estas alturas no flota en el ambiente ese ánimo desbocado hacia el actual abanderado priista, José Antonio Hernández Fraguas, quien llegó algo tarde al proceso de selección del candidato del PRI; incluso se desapareció varios días después del destape del mexiquense Alejandro Ismael Murat Hinojosa como abanderado de su partido a Gobernador de Oaxaca.
Claro, Fraguas se mantuvo vigente por lo menos en la audiencia radiofónica porque con frecuencia lo entrevistaban sobre su postura en contra de que el PRI se decidiera por Alejandro Murat, a quien consideró inelegible de acuerdo a los mandatos constitucionales y a su experiencia como representante priista ante el Consejo General del INE.
En la llamada “operación cicatriz” Fraguas logra colarse como candidato a la presidencia municipal de la capital oaxaqueña, según porque el PRI lo había encuestado y el resultado lo daba como puntero. ¿Será? ¿Alguien vio esa encuesta? Cierta o falsa, lo hicieron candidato.
Y para haber llegado tarde al proceso de selección interna, pintan bien sus números, tanto que le disputa el triunfo a Sergio Bello Guerra, quien lleva tiempo haciendo trabajo social y presencia, gracias a su campaña a diputado local apenas en el 2015. Y de igual modo pintan bien los números para un personaje relativamente nuevo en contiendas electorales como lo es Oswaldo García Jarquín, quien trae, además, una buena planilla, integrada por personas de la sociedad civil, empresarios y militantes de izquierda.
No obstante los competitivos números de Fraguas, éste trae ciertos negativos como el haber sido presidente municipal en el 2007 sin concluir el trienio, pues en el 2010 encabezó la lista plurinominal de candidatos a diputados locales del PRI, y en el 2012 fue nombrado representante de su partido ante el Consejo General del INE; entonces su ausencia le restó base social.
Además, la ciudadanía de la capital oaxaqueña en buena parte todavía es anti PRI. Al parecer seis años no han sido suficientes para olvidar los sexenios priistas, sobre todo los dos últimos. Tal vez dicha circunstancia se refleja en el importante crecimiento del candidato de Morena, Oswaldo García Jarquín; joven, preparado, emprendedor y con una planilla interesante.
Los resultados del próximo cinco de junio revelarán que voto atrajo Oswaldo: Panista, perredista, priista o indeciso.
Según que Bello Guerra lleva la delantera por mínima, pero muy mínima, diferencia; no obstante de no ser candidato de arrastre. Pero ha hecho trabajo social permanente desde cuando ingresó como diputado de la actual Legislatura local (ahora tiene licencia). Y bueno, al parecer el panismo lo está arropando bien, además en la segunda posición de la planilla va Leslie Jiménez Valencia, con importante presencia en la capital oaxaqueña.
En fin, falta justamente una semana para que terminen de las campañas electorales. ¿Quién ganará la presidencia municipal de la capital oaxaqueña?
¿Y los independientes? Para dicha elección pulularon los independientes. Seguramente han formado parte de los estudios sobre las preferencias electorales. Pero al parecer ninguno despuntó tanto como para ganar la elección del próximo cinco de junio.
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