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Por Rosy RAMALES
La opinión pública con frecuencia se centra en temas nacionales. Es lógico porque a nivel central se toman las decisiones sobre el rumbo del país en todos los aspectos. Más cuando se encuentra en marcha un proceso electoral de importancia mayúscula como el 2020-2021, que ayer inició.
Sin embargo, es necesario poner atención en lo local; ámbito donde puede darse el éxito o el fracaso de las decisiones centrales tomadas por la autoridad electoral nacional.
Lo anterior viene a colación sobre todo por el siguiente tema:
Como es sabido, se encuentra en marcha la renovación parcial de Organismos Públicos Locales Electorales (OPL u OPLES) en diversas entidades federativas; aquellos que fueron constituidos recién estrenada la reforma electoral 2014.
Conforme al procedimiento establecido en esa reforma, corresponde al Instituto Nacional Electoral (INE) seleccionar a las consejeras y consejeros de los OPLES tras una serie de filtros consistentes en exámenes de conocimientos, técnicos y psicométricos, además de un ensayo presencial y luego una entrevista con los integrantes del cuerpo colegiado que encabeza Lorenzo Córdova Vianello.
Planteado así, el procedimiento parece totalmente transparente e imparcial, ¿no?, salvo en la última etapa donde los finalistas quedan a merced de los representantes de los partidos políticos, quienes opinan sobre la idoneidad de los aspirantes de mutuo propio o llevando la voz de “padrinazgos”.
Quien compite sabe de las “reglas no escritas”, las cuales no debieran existir porque provocan que los institutos estatales electorales queden bajo el control de gobernadores, senadores, diputados, partidos, grupos políticos y poderes fácticos; justo lo que se quiso evitar con la reforma de 2014.
Reforma que de cierto modo dio el control al INE sobre los OPLES aun cuando la ley dé a éstos autonomía. El Instituto, ejerciendo sus facultades especiales, tiene bien sujetados a los Organismos Públicos Locales para los cuales, incluso, emiten casi todos los lineamientos para su ejecución en las entidades federativas.
Ah…pero como la ambición lleva a la mente humana a maquinar estrategias de control sobre los órganos electorales, el procedimiento de selección de consejeras y consejeros de los OPLES (con sus honrosas excepciones) viene siendo una mera formalidad para legitimar fraudes en la integración de estos órganos.
Y así, hasta burlan al INE.
CASO OAXACA
El OPLE-Oaxaca es uno de los organismos a renovarse escalonadamente en dos de sus consejerías, pues a finales del mes en curso salen la consejera Rita Bell López Vences y el consejero Filiberto Chávez Méndez.
Durante el proceso de selección se han ido depurando las listas de aspirantes hombres y mujeres. Tras los exámenes, se redujeron a alrededor de diez cada una. Y el ensayo presencial dio el resultado siguiente:
Mujeres: 1.- Casas Reyes Fátima Estela, 2.- Gómez Esteban Gabriela, 3.- Hernández García Jessica Jazibe, 4.- Hipólito Pérez Zaira Alhelí, 5.- Ramos Mendoza Edilia Rosalba, 6.- Santiago Hernández Norma Iris.
Hombres: 1.- Aguilar Aguilar Freddie, 2.- Cruz Vargas Rafael, 3.- Fuentes Muruaga Felipe, 4.- Hernández Hernández Carlos Armando, y 5.- Merlín Muñoz Juan Carlos.
Evidentemente, tan luego se dieron a conocer las listas, quienes se quedaron en el camino simple y sencillamente no lo podían creer, máxime cuando ni siquiera saben la valoración exacta de su ensayo, y cuando conocen a las personas que “sí lo aprobaron” sin pizca de experiencia en la materia.
O personas que se alejaron de la actividad electoral y ahora vuelven dejando atrás a aspirantes que en todo momento han estado activos y preparándose.
Claro, la inactividad no significa falta de conocimientos; hay personas que sin publicitarlo continúan estudiando. A veces también son golpes de suerte, no necesariamente es una regla la aprobación de los más preparados.
Lo que sí, hay situaciones que generan suspicacias, como las siguientes:
Una: La diferencia en el número de aspirantes hombres y mujeres: 5 y 6. La falta de homogeneidad da la impresión de pretender meter a quien obtuvo menor puntaje.
Dos: La relación Arón Baca Nakakawa – Gustavo Meixueiro Nájera, actual consejero presidente del OPLE denominado Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO); aquél fue asesor de éste.
Incluso, Arón tiene las siguientes publicaciones editadas por el IEEPCO: Informe país sobre la calidad de la ciudadanía en México – Comparativo de los datos a nivel nacional, región sur y Oaxaca; Ensayos sobre la Armonización Local en materia Político-Electoral (Coordinador y Capítulo de libro), y Los electores independientes en América Latina – En el Votante Latinoamericano (Coautor de capítulo de libro).
Tres: Arón Baca Nakakawa, en cuyo currículum de fecha 08 de septiembre del 2020 aparece como Subdirector de Coordinación con Organismos Públicos Electorales del INE, compite para consejero del OPLE de la Ciudad de México y encabeza la lista de idóneos en el resultado del ensayo.
Cuatro: La relación Zaira Alhelí Hipólito Pérez – Susana Harp. En círculos políticos locales vinculan a la aspirante con trabajos en la campaña de la actual Senadora de la República.
Cinco: La relación Norma Iris Santiago Hernández- Alberto Alonso Criollo, ex consejero presidente del Instituto Electoral de Oaxaca, antecesor de Gustavo Meixueiro. Por cierto, cuando el relevo éste hizo ciertos señalamientos a la administración anterior, pero hasta ahí quedó todo cuando menos públicamente. La aspirante sería impulsada por aquél, según comentan.
Seis: La relación Gabriela Gómez Esteban- Luis Miguel Santibáñez Suárez, actual Secretario Ejecutivo del OPLE-Oaxaca. Ella ha ocupado cargos como interventora para la liquidación de partidos políticos y como Coordinadora de Planeación e Igualdad Sustantiva, además de haber sido presidenta de consejo distrital local. Les atribuyen un vinculo “amistoso”.
Todas las mujeres y todos los hombres que legalmente reúnen los requisitos tienen el legítimo derecho de participar en los procesos de selección de consejerías electorales, aun cuando hayan trabajado o trabajen en los OPLES, aun cuando tengan vínculos amistosos con funcionarios de los Organismos o del propio INE.
Pero esa es una cosa, y otra, el que las relaciones constituyan padrinazgos y el propósito de controlar los órganos electorales con consejeras y consejeros a modo. Incluso, vía alianzas entre ex consejeros presidentes y el actual, o vía acuerdos con funcionarios del INE.
Son situaciones que las y los consejeros del Consejo General del Instituto Nacional Electoral deberían revisar con lupa antes de realizar la designación de consejerías.
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Correo: rosyrama@hotmail.com
