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Por Rosy Ramales
El Instituto Nacional Electoral (INE) actualmente lleva a cabo el proceso de selección y designación de consejeras y consejeros de Organismos Públicos Locales (OPL u OPLES), en renovación escalonada, de Baja California Sur, Campeche, Ciudad De México, Colima, Estado De México, Guanajuato, Guerrero, Jalisco, Michoacán, Morelos, Nuevo León, Oaxaca, Querétaro, San Luis Potosí, Sonora, Tabasco, Yucatán y Zacatecas.
Es un proceso a cargo de la Comisión de Vinculación del INE con los OPLES, pero bajo la supervisión del Consejo General, el cual finalmente deberá votar por las personas más idóneas para renovar en parte los órganos de máxima decisión en lo que en las entidades federativas se conocen como Institutos Estatales Electorales.
Y ojalá que con la incorporación de las y los nuevos consejeros del INE (Norma Irene de la Cruz Magaña, Carla Astrid Humphrey Jordán, José Martín Fernando Faz Zamora y Uuc-kib Espadas Ancona) terminen los vicios en los procesos de selección y designación de consejerías de OPLES, o por lo menos se acoten.
En otras palabras, y con toda seguridad, pululan aspirantes que esperan un cambio de 360 grados en lo que ya se había vuelto una práctica en el Consejo General del INE: Designación de cuotas y cuates, primero a favor de partidos políticos y después a favor de los consejeros presidentes de los OPLES.
Incluso, las mismas consejeras o consejeros del Consejo General del INE se daban así mismo sus cuotas o metían a sus cuates, concediendo lo mismo a Directores Ejecutivos, quienes impulsaban a consejerías de Organismos Públicos Electorales a personas con quienes hicieron amistad o algún otro tipo de relación en las entidades federativas donde trabajaron como Vocales Ejecutivos Locales del Instituto.
O sea, del 2014 a la fecha (o hasta unos meses atrás) el proceso de selección y designación de consejeras y consejeros de OPLES se convirtió en un mero protocolo para legitimar una serie de vicios, perversiones, corrupción. Se inscribían cien, doscientos aspirantes y que casualidad que quedaba consejeros de un Consejo Local o Distrital del INE, o la persona allegada a los poderosos: Gobernador, diputados o presidente del Organismo Público.
Y todos los demás aspirantes se quedaban en la recta final, cumpliendo cabalmente los requisitos y con mejores cartas que las personas seleccionadas.
¿O no? Digan que no. Claro, habrá entidades federativas que sean la excepción. Pero hay otras, donde consejeros del Consejo General del INE junto con partidos políticos y presidentes de OPLES se despacharon con la cuchara grande, en detrimento de la democracia y de los principios rectores de la actividad electoral: Independencia, imparcialidad, legalidad, certeza, objetividad y máxima publicidad.
Afortunadamente, esas consejeras y esos consejeros del INE ya no están. Claro, en la confabulación había excepciones.
Y como permitieron todo, tan solo en seis años varios Organismos Públicos Electorales se convirtieron en cotos de poder impenetrables por cualquier aspirante ajeno a las cúpulas electorales o gubernamentales, las cuales colocaban cuotas y cuates en las Direcciones Ejecutivas y en todo espacio de tales Organismos.
En fin, que en el proceso de selección y designación en marcha para las entidades arriba citadas se espera un cambio para bien; romper con la estructura viciada que se empezó a tejer desde el 2014 con la entrada en funcionamiento de los OPLES, porque los mismos actores políticos pervirtieron la figura.
Es los procesos de selección se han anotado hasta medias plantillas y plantillas completas de Organismos Públicos Electorales.
CASO OAXACA
En el OPLE-Oaxaca a finales de septiembre quedarán dos consejerías vacantes, porque termina el periodo de la consejera Rita Bell López Vences y del consejero Filiberto Chávez Méndez. Y en el proceso se selección y designación de las personas titulares de éstas consejerías, noventa aspirantes cumplieron los requisitos de elegibilidad, mismas que presentaron el respectivo examen el fin de semana.
¿Y qué creen? Pues en cuanto se supo de la lista de aspirantes, en medios de comunicación locales se empezó a ventilar el entramado de relaciones políticas y afectivas de algunos aspirantes con consejeros y funcionarios del propio Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) y de la Junta Local del INE.
¿Qué tienen legítimo derecho a participar? Pues claro; caso contrario se violaría su derecho político electoral de integrar órganos electorales.
Sin embargo, en el INE, sobre todo Norma Irene de la Cruz Magaña, Carla Astrid Humphrey Jordán, José Martín Fernando Faz Zamora y Uuc-kib Espadas Ancona deben revisar con lupa si existen intereses distintos detrás de quienes lleguen como finalistas después de haber pasado las etapas del concurso.
En la lista de noventa, pululan empleados y funcionarios del IEEPCO, quizá motivados por la suerte que tuvo Alejandro Carrasco Sampedro, quien recientemente siendo el vocero resultó seleccionado como consejero; un vocero que como tal dependía del consejero presidente, Gustavo Meixueiro Nájera.
Pero quizá no todos tengan la misma suerte de Alejandro Carrasco, porque Marco Antonio Baños y Benito Nacif ya no están en el Consejo General del INE; ambos tenían (o tienen) gran amistad con Gustavo Meixueiro y con el Secretario Ejecutivo del OPLE-Oaxaca, Luis Miguel Santibáñez (sus cercanos también concursan).
En la lista hay asesores de consejeros, personal del INE allegada a funcionarios de primer nivel de la Vocalía Ejecutiva, ex consejeros, afines de hueso colorado de priistas, perredistas, panistas y morenistas, que no militan pero que harían cualquier cosa porque les deben muchas cosas.
También hay hijos de funcionarios de los organismos electorales.
En fin, ya se verá que resulta del segundo filtro: El examen, el cual muchos lo aplicaron en la Junta Local del INE; otros en Juntas Distritales y otros en su casa.
Y el día del examen trascendió trampa y media.
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