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#Opinión Por:Rosy RAMALES
Toda la atención atrae en estos momentos la muy próxima elección del Estado de México, para la cual faltan prácticamente ocho días. Pero no solo atrae el interés por su cercanía en el tiempo, sino porque de ella dependen en mucho los comicios del 2018.
En ese año, los mexicanos elegiremos Presidente de la República, senadores y diputados federales. Y en alrededor de 30 entidades federativas habrá elecciones concurrentes, como Oaxaca, por ejemplo, donde habrá comicios para diputados locales y concejales a los ayuntamientos.
Por eso es que después de las elecciones mexiquenses, arrancarán… o más bien dicho, arreciarán los procesos electivos extra legales para el 2018. Claro, extra legales, porque el proceso electoral federal y los locales en la mayoría de las entidades empezarán en septiembre próximo. Ahí la razón del por qué vemos infinidad de aspirantes como trompos chilladores.
Pero las candidaturas a Presidente de México, senadores, diputados federales y locales y a concejales dependerán en mucho (aunque parezca mentira) de las elecciones a la gubernatura del Estado de México, gane quien gane y pierda quien pierda.
Por ejemplo, si el PRI gana los comicios mexiquenses, podrá tener cierto margen de acción para operar holgadamente los procesos electivos del 2018. Aunque con tan alta competencia electoral, como pinta, más vale que no se confié ni una décima; el Revolucionario Institucional necesita perfiles ganadores para resultados contundentes en las urnas electorales, que le reporten altos porcentajes de votos en los comicios de senadores, diputados federales, diputados locales y concejales.
Y, por supuesto, para Presidente de México y para gobernadores en aquellas entidades donde en el 2018 haya comicios ex profeso. Si el PRI necea en imponer en candidaturas a familiares de políticos, compadres, amigos sin merecimientos, cuotas sin perfil, etc., mejor que se vaya haciendo a la idea de que terminará como el PPS, reducido a la nada política electoral.
Si Morena ganas las elecciones mexiquenses, uy, el agarrón que veremos entre los morenistas… bueno, más bien entre los perredistas que se mudaron al partido de Andrés Manuel López Obrador en espera de ser premiados con candidaturas redituables. Porque a eso fueron, si no ¿para qué abandonaron al PRD? Claro, con sus honrosas excepciones.
Pero si Morena pierde los comicios mexiquenses, morenistas y perredistas tendrán que apechugar y seguir en la guerra electoral hasta las elecciones de Presidente de México para las cuales AMLO tiene todas las posibilidades de ganar. Solo esperemos que en ese trecho se sacuda a los malos cuadros provenientes de otros partidos que nada más desprestigio le han traído; ahí está el caso de Eva Cadena.
Cuántos ciudadanos no están ávidos de acercarse a Morena y no se acercan nada más por ver como hacen mudanza los eternos vividores de la política.
En fin, que después de las elecciones del 2017, veremos con toda intensidad el 2018, sobre todo en torno al PRI y Morena… PAN y PRD ya se tomaron de la mano, aunque bastante mal.
SANTA MARÍA XADANI
En el estado de Oaxaca, derivado del proceso electoral del 2016, hay un solo municipio de los de régimen de partidos políticos, que se fue a elecciones extraordinarias de concejales al ayuntamiento porque el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF) anuló los comicios ordinarios.
Uno solo de los 153 de régimen de partidos (los otros 417 municipios oaxaqueños se rigen por Sistemas Normativos o Usos y Costumbres). Para la tranquilidad de la entidad es una ventaja que sea un municipio partidista con elección extraordinaria.
Sin embargo, los partidos políticos, con excepción del PRI, no quieren la elección; alegan falta de condiciones. Ja. Ellos mismos generan caos y lo argumentan en beneficio propio. Apenas el fin de semana pasado, hasta barricada de fuego le pusieron a los funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE) y del Instituto Estatal Electoral y de Participación Ciudadana de Oaxaca (IEEPCO) que acudieron al municipio para iniciar la capacitación de funcionarios de casilla.
Eso si consta, de las autoridades electorales no ha quedado. En Santa María Xadani, municipio localizado en la región istmeña, son los propios partidos políticos los que se oponen a que los ciudadanos y ciudadanas ejerzan su derecho a votar y ser votados. Y no es que no haya condiciones de paz, sino más bien es que intereses aviesos están empeñados en conformar un Consejo de Administración Municipal para gobernar el resto del periodo.
Un Consejo donde los espacios políticos sean repartidos entre todos las fuerzas políticas porque nadie quiere perder sus cotos de poder. Incluso, existe la sospecha de que mismos priistas opositores al grupo del PRI contendiente, alientan a los belicosos partidos opositores.
Vaya, hasta Morena anda metido en ese enredo antidemocrático.
La elección extraordinaria de Santa María Xadani está prevista para el cuatro de junio; y si llega a celebrarse con todos los riesgos que implica, los tribunales tendrán que avalar los resultados como ocurrió en los comicios federales del 2015, en que tomaron como validas las votaciones donde hubo hipótesis de nulidad, pues entonces privilegiaron la concurrencia a las urnas electorales a pesar de la violencia generalizada.
Extraña decisión, pero acertada como medida correctiva a los desestabilizadores electorales.
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